A todos nos suena la comunidad de La Rioja, de sobra conocida por su vino, pero pocos estamos preparados para las sorpresas que nos depara. En este pequeña autonomía podemos realizar numerosas rutas. Sus paisajes espectaculares nos van a enamorar y sus pueblos, alejados de aglomeraciones y del bullicio, nos van a permitir disfrutar de nuestros días de vacaciones.

Desde La Rioja llana y llena de viñedos, pronto llegaremos a la Sierra de Cebollera -que ostenta la categoría de Parque Natural- y allí nos esperan numerosas rutas y unos pueblos que no olvidarás.

Al igual nos pasará con la Sierra de Cameros, que está formada por la Sierra del Camero Viejo y la Sierra del Camero Nuevo, en ella te vas a encontrar pequeños pueblos que se han ido edificando en las laderas escarpadas de las montañas. No podemos dejar de visitar Torrecilla de Cameros, Ortigosa de Cameros o Villoslada de Cameros. Y en cualquiera de ellas es una opción muy interesante degustar unos “caparrones con todos sus sacramentos”.

 

Ya que estamos hablando de la sierra riojana, resultaría imperdonable olvidarnos de la Sierra de la Demanda. Por cierto, debe su nombre a un largo litigio sobre la posesión de unas tierras. En esta zona encontraremos pueblos muy singulares como Canales de la Sierra, que cuenta con un teatro corrala que es el más antiguo de toda La Rioja.

 

Pero si hay una localidad turística por excelencia esa es Ezcaray, localizada en el extremo occidental de la Sierra de la Demanda en el curso alto del río Oja.

 

Y en esa misma comarca está Santo Domingo de la Calzada, importante enclave del Camino Francés. En su catedral nos vamos a encontrar con un gallinero. La torre de esta catedral es la más alta de toda La Rioja y se puede subir a sus terrazas.

 

Si lo que nos interesa es el turismo cultural qué mejor que conocer San Millán de la Colloga, con los monasterios de Suso y Yuso. Allí se escribieron las primeras palabras en lengua castellana, las glosas.

 

Si somos amantes de la historia no podemos perdernos la visita a Nájera, la que fue capital del Reino de Pamplona, y a su impresionante Monasterio de Santa María la Real.

 

Naturalmente en nuestro viaje a La Rioja el vino estará presente en todo nuestro recorrido. Visitar una bodega es toda una experiencia que no os podéis perder. Y tampoco dejéis de ir al Museo Vivanco, en Briones, considerado como uno de los mejores museos del vino de todo el mundo. Cuenta con varias salas de exposición permanente, una de exposición temporal y un precioso jardín, el Jardín de Baco. En él podremos aprender sobre todo lo relacionado con el mundo del vino: el cultivo de la vid, la vendimia, las técnicas de elaboración….

 

Ya veis, no falta nada en esta comunidad autónoma en la que nos encontraremos con numerosos atractivos para llevar a cabo un turismo responsable.

 

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo. No tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”.

 

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