La Rioja está llena de pueblos y rincones preciosos. Llama la atención que siendo una comunidad autónoma uniprovincial y de poca extensión tenga tanto que ver. Si nos salimos del recorrido turístico, la Rioja es una desconocida. Montañas, ríos y valles nos aguardan para asombrarnos con su belleza. Muchas son las rutas y los pueblos que nos están esperando.

 

Uno de ellos es Sajazarra, que se encuentra cerca de Haro -a tan solo 10 kilometros-, su historia está muy vinculada a esa localidad y a las disputas entre los reinos de Navarra y Castilla.

Cuando paseas por este pueblo de cuento de hadas lo que más te llama la atención es su pequeña extensión, lo bonito que es y lo cuidado que está.

Un gran acierto es que disponga de un aparcamiento disuasorio, de forma que los visitantes lo tengamos que recorrer a pie.

Lo primero que hicimos fue pasear por él y después ir a comer a un precioso restaurante, el asador Ochavo donde saboreamos unas buenas verduras y unas chuletas al sarmiento.

Paseando por sus calles de aspecto medieval, con casas de piedra muy cuidadas, enseguida llegas a  su impresionante castillo, que se encuentra en muy buenas condiciones, ya que en los años setenta del siglo pasado se llevó a cabo una restauración. Es propiedad privada, en él hay una bodega y es una pena pero no se puede visitar.

Cuando nos acerquemos a él nos vamos a encontrar con una fortaleza de planta rectangular, cuyos muros están reforzados  por medio de cubos redondos, al igual que la puerta de entrada, también reforzada por dos cubos, para mejorar aún más su defensa.

 

En el centro del recinto sobresale la Torre del Homenaje, de importantes dimensiones, que en sus esquinas cuenta con cuatro torreones octogonales. 

 

Esta torre impresiona al verla, parece inexpugnable ya que además de sus sólidos muros cuenta con matacanes (voladizos con un agujero en el piso para lanzar piedras, materiales ardientes…) y saeteras (huecos en el muro para usar los arcos y ballestas).

El recinto fortificado, hoy en día, no cuenta con foso defensivo pero parece que en su día lo tuvo.

Todo el pueblo estuvo amurallado. A día de hoy se conserva una de las puertas de acceso a la ciudad medieval y también podemos apreciar restos de la muralla en la parte trasera de algunas casas.

Sin caminar mucho, muy cerca del castillo, se encuentra la iglesia parroquial de la Asunción. Fijaos en el detalle de que está adosada a los muros defensivos. El templo es el resultado de varias ampliaciones, su origen es románico pero su torre ya es gótica.

 

Por si era poco lo que ofrecía este lugar, tenemos que el río Mardancho (o Ea) circunvala todo el casco histórico del pueblo. Justo detrás del castillo puedes dar un bonito paseo a la vera del río.

 

Sajazarra es algo más que sus monumentos, es un pueblo que ha sabido conservar su esencia y patrimonio, resistiendo a la terrible tendencia de construir casas nuevas y tirar las viejas. Pasear por sus calles es una lección de historia ya que nos traslada a otros momentos históricos sin necesidad de máquina del tiempo.

Por algo ha sido el primer pueblo riojano en pertenecer a la asociación “Los Pueblos más Bonitos de España” ¡Merecido lo tiene!

 

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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