Lugo me sorprendió mucho más de lo que esperaba, de hecho recomiendo continuamente visitarlo. Antes de conocerlo a fondo pensaba que su interés se centraba en la muralla pero es mucho más. Lugo tiene la fortuna de contar con 3 Patrimonios de la Humanidad: la Muralla, la Catedral y el Camino de Santiago.

Al llegar, la muralla romana te asombra no sólo por su estado de conservación sino porque te enseña cómo pensaban los romanos cuando fortificaban sus urbes.

Hay que reconocer que aquellos hombres eran muy trabajadores, realizaron una muralla con un grosor que asusta y gracias a ello su adarve o paseo de ronda es un vial peatonal muy usado, ya que su anchura en algunos tramos se aproxima a los siete metros y es una gozada pasear por ella, con la ciudad a nuestros pies.

 

Los romanos primero levantaron su urbe y varios siglos más tarde construyeron la muralla, en una época convulsa que aconsejaba protección. El recinto amurallado, de trazado cuadrangular con esquinas redondeadas, se dotó de cinco puertas de entrada y salida, que estaban custodiadas. El sistema defensivo de la urbe se completaba con los puestos de vigilancia establecidos en las torres -las estructuras cilíndricas que hay en la muralla, conocidas con el nombre de cubos- que al ser espacios curvos posibilitan una visión total del exterior, sin ángulos muertos.

El sistema de defensa era tan completo que en el exterior de la muralla había un foso, hoy desaparecido. Pero además en el interior, pegado a las murallas, se creó un corredor sin edificaciones que estaba destinado a la intendencia, siendo muy útil en tiempos de contiendas. A medida que la urbe fue creciendo, ese espacio se fue ocupando por viviendas, huertas, patios de colegio, infraestructuras… de forma que el intervallum hoy no existe.

 

La muralla que hoy contemplamos ya no tiene cinco puertas sino diez, ya que entre finales del siglo diecinueve y principios del veinte, se destruyeron algunas zonas de la misma para abrir cinco puertas más, que comunicasen el casco histórico con el ensanche de la ciudad dónde se fueron ubicando distintos servicios públicos (la estación del tren, el hospital, la cárcel…).

La vieja muralla ha resistido a las distintas intervenciones que el poder imperante en su momento consideró “necesarias”. Hoy es la única muralla romana que se conserva entera en todo el mundo y por ello ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.

Para conocer la Catedral de Lugo hay que saber que este edificio ha pasado por reformas, ampliaciones, cambios de estilo arquitectónico -si bien el imperante es el románico- y no le ha faltado tampoco un terremoto que se llevó por delante la integridad de su retablo mayor.

 

Dos son las caras que nos enseña la catedral. La primera de ella es su fachada principal con su gran atrio que se encara hacia la muralla, la segunda es la cara redondeada que nos recibe en la Plaza de Santa María cuando callejeamos por el casco histórico de la ciudad.

La fachada principal inicialmente era románica pero llegó a estar en tan pésimas condiciones que en su momento se optó por derribarla y construir otra de estilo neoclásico que es la que ha llegado a nuestros días.

 

Al otro lado, en la plaza de Santa María, la catedral nos muestra un perfil abombado que no disimula las cinco capillas que contiene. En esta bonita plaza también podéis contemplar el Palacio Arzobispal, que más que un palacio parece un pazo rural gallego plantado ahí en medio .

Ya estando en esa la zona no puede pasarnos desapercibida la puerta de la fachada norte, donde se encuentra una joya del románico gallego, se trata de un Cristo Pantocrátor y la representación de la última cena esculpidos en piedra. Este conjunto es muy coqueto, merece una buena foto.

 

Si optamos por entrar en la catedral nos vamos a encontrar con dos curiosidades: el retablo y la ubicación del coro.

La catedral contaba con un gran retablo mayor pero el terremoto de Lisboa de 1755 lo partió. Tras esta catástrofe se dividió en fragmentos, los dos más grandes están colocados a los lados del altar mayor.

Si nos fijamos en el coro, su emplazamiento llama la atención. Está en la nave central y por ello al entrar no se ve el altar mayor, que está tapado por el coro, más concretamente por su parte trasera. El emplazamiento del coro en la nave central es algo raro de encontrar puesto que la mayoría han sido recolocados en otros emplazamientos, de hecho es la única catedral gallega que mantiene el coro en la nave central.

De las cinco capillas que tiene destacan la dedicada a San Froilán y la ofrendada a A Virxen dos Ollos Grandes. Esta última, que presenta un trazado espectacular, es obra de Fernando de Casas Novoa, un arquitecto gallego que después de su trabajo en Lugo emprendió camino a Santiago y construyó una de las partes más importantes de la catedral compostelana, nada menos que la Fachada del Obradoiro.

 

Un tercer patrimonio: El Camino Primitivo. La ciudad de Lugo forma parte del trazado del Camino Primitivo que parte de Oviedo y va atravesando en su recorrido impresionantes paisajes. Este camino entra en Galicia por la provincia de Lugo, se junta con el Camino Francés en Melide (Coruña) y tras algo más de trescientos kilómetros llega a Santiago de Compostela.

Al atravesar el Camino Primitivo la ciudad de Lugo, es frecuente que cuando callejeamos por la ciudad, o nos sentamos a comer, nuestros compañeros sean los peregrinos que una vez visitada la ciudad la abandonan por la Puerta de Santiago. Esta famosa puerta ya existía en la época romana pero ha sufrido muchas modificaciones desde entonces, como es fácil de adivinar a la vista del templete que se le realizó para colocar la imagen de Santiago Matamoros.

Las obras realizadas en el entorno de la Puerta de Santiago son un recuerdo tangible de la importancia del Camino Primitivo en la ciudad. Al estar dicha puerta situada frente a la catedral, se construyeron en los cubos de la muralla unos asientos de piedra para facilitar el descanso de los caminantes. Esta circunstancia es inédita, en ninguna otra parte de la muralla hay asientos.

Además al ser considerada una puerta de salida de los peregrinos, la ornamentación se realizó por el interior de la muralla ¡Mucho mueve el Camino, hay que favorecerlo!

El Viajero Accidental contó con Camiños con arte para conocer la ciudad. La visita dura unas dos horas por un precio módico, si pinchas aquí entrarás a su página web donde tienes toda la información sobre sus visitas, que incluyen también la catedral.

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Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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