Fecha última actualización 29/03/2019 por El Viajero Accidental
Aquí estamos otra vez con Marta Sánchez, esta vez es “Hungría: lago Balaton en autocaravana”. Seguimos con este viaje de Cantabria a Turquía, con Marta, su familia y su autocaravana.
Empezando Hungría: lago Balaton
11 de octubre, ¡HUNGRÍA! Ninguno de nosotros hemos estado antes en este país. En la frontera nos paran un poquito, nos piden documentacion y hasta se asoman un poco a la furgo y abren un par de armarios. Pero en todo este proceso Noa ni se despierta…¡menos mal!
El paisaje es tranquilo, bastante rural, muy frondoso, y mayormente llano, y es que Hungría en su conjunto lo es…arquitectura de casitas bajas y, en cuanto salimos de la autovía, muchos carriles bici y ciclistas por ellos.
Enseguida llegamos a la zona del lago Balaton, que es algo así como el mar de Hungría, y donde fue nuestra primera parada en el país y estuvimos un par de días con sus noches tan a gusto. La palabra con la que podríamos definir toda esta zona (al menos ahora), es “tranquila”. Pueblitos, orillas frondosas de lago, pescadores, bosques. Hay muchos anuncios de camping (aunque creemos que muchos de ellos están ya cerrados), pero los dos días dormimos por libre estupendamente.
El primero, en un sitio de los que hay bastantes a la orilla del lago, es una zona verde habilitada que hace las veces de muchas cosas: playa herbácea para bañistas, lugar de asiento y actividad de pescadores, pequeña zona de juego para niños…era sábado y había de todo un poco, familias, pescadores, gente en bici…nos llamó la atención que la gente en general nos saludaba y nos sonreía. Por otro lado, como de costumbre, con Noa es más fácil entablar conversación, y eso es lo que hicimos enseguida con un señor que estaba con sus hijos también. Hablaba estupendo inglés ¡qué bien! ¿será así en toda Hungría?? Pues….luego fuimos viendo que noooo….no. Y hasta nos enteramos de que Hungría ocupa el primer puesto en el ranking de “países europeos donde se habla menos inglés”. El segundo puesto es….¡taacháaann!, sí, para España…
Pues bien, este señor tan majo nos contó varias cosas, entre otras…¡que teníamos que haber comprado la “vignetta” para circular por las autopistas húngaras! ¡Aayy pero qué despistadillos estamos! Buff, menos mal que no nos pararon. Nos dijo también que es muy buen sitio para dormir allí…algunas cosucas sobre el país…un mercadito local que hay en un pueblo al día siguiente…
Pasamos una noche bien tranquila, acompañados de los pescadores. ¡Curiosa afición!, no la entiendo mucho, la verdad…se han pasado toda la noche sentados a la orilla del lago, con su caña…pero eso sí, parecían tan contentos, con sus neveritas y su mantina para el rocío de madrugada. ¡Tiene que haber de todo!
La bicicleta es un modo ideal de descubrir el lago Balaton. Hay carriles bien señalizados por todas partes y el terreno es bastante llano. Es una delicia pedalear por encima de las “crujientes” hojas secas otoñales, con temperaturas casi veraniegas. Tras dejar Révfülöp, hemos ido a parar a la península de Tihany, un pueblito con tejados de paja-brezo muy monos, y otro buen sitio para dormir a orillas del lago y cerca de campos de lavanda, la planta por excelencia de la región.
Y también probamos, por supuesto, el baño en el Balaton, cuyas aguas están menos frías que el Adriático y que en octubre nos supieron a gloria. En fin, todo sería cuasiperfecto de no ser por….¡unos terribles mosquitos totalmente carnívoros, especialmente al atardecer! ¡¡socorrooo!!
Hungría nos pareció más barato que en España, aunque no tuvimos oportunidad de gastar mucho: noches gratis y comidas siempre caseras tirando de lo que teníamos. Pero un par de vinos blancos muy ricos de la zona cuestan en total 2 euros en un jardín-terraza con wifi , y dos cafés no llegan a dos euros. Las cantidades son en florines y asustan un poco: un euro son unos 300 florines, así que a poco que te descuides, a pagar miles de florines…
En cuanto al idioma, ¡de difícil tirando a imposible! “Palabros” larguísimos, tildes simples y dobles, diéresis…y ninguna conexión con otros idiomas conocidos…
Y poco a poco nos iremos enterando de más cosillas por estas tierras del antiguo Imperio Austrohúngaro…mientras seguimos por caminos que nos van llevando hacia el más viajero de los ríos europeos: ¡allá vamos, Danubio!.
Hacia el Danubio…
Sigue Hungría y sigue Octubre…
Dejamos el lago Balaton con sus aguas azules, sus barcos, sus carriles bici, y sus mosquitos…y vamos hacia el norte por carreteras locales, sin tener del todo claras las intenciones de los próximos días…ir viendo…Tenemos ganas de ver el Danubio…a Budapest no tenemos muy claro si ir…y aparte de eso, como siempre, hay muchas cosas interesantes por el camino.
En principio, la primera parada es Pannonhalma, el monasterio más grande de Hungría aparte de para verlo, porque allí hay un camping que parece bastante simpático y vamos necesitando poner una lavadora…Pero nada, a pesar de que en teoría aún está en fechas de apertura, nos encontramos el camping cerrado. No hay manera de pagar en Hungría por dormir, jajaja…aprovechamos para llenar agua, subimos un poco más y hacemos una pernocta “monástica”, con bonitas vistas del monasterio y de todo el valle. Es un monasterio que está totalmente activo, con alumnos y profesores, con monjes que allí viven…y que entre otras cosas supongo, hacen un vino que ¡ha ganado el premio al mejor de Hungría en 2010!
A partir de ahí, suponíamos que sería la tónica general, campings cerrados y casi todo “buscarse la vida”. ..En realidad no es problema (más bien una ventaja para el capítulo “gastos”), pero los aspectos prácticos a tener en cuenta son llenar agua (pero podemos hacerlo en fuentes, por ejemplo), y vaciar, las “grises”(en alcantarillas, por ejemplo), y las “negras”, del wc, sin emplear el llamado “químico” para poder vaciarlo en un wc público. En cuanto a la lavadora, hasta ahora con campings cada ciertos días nos apañábamos, pero a falta de ellos habrá que ponerse las pilas con el tema lavanderías, cosa que aún no hemos hecho…Ay, si es que esto es casi lo único que nos falta en nuestra casita con ruedas para ser ” cuasi-independientes”…
Antes de coger la “curva” del Danubio, aprovechamos para conocer Györ que, aunque es la principal ciudad del noroeste de Hungría, no es demasiado grande y se entra muy bien. Y merece mucho la pena, con una interesante historia y su centro lleno de preciosos edificios barrocos.
Y llegamos al Danubio, que para nosotros es un río muy especial porque, muy felizmente, seguimos a pedales una parte de su curso, -la austriaca-, en nuestro primer “viaje largo” con Noa con poco menos de un añito…y nos trae muy buenos recuerdos. La parte de Hungría es de casas más sencillas, humildes, digamos que ligeramente más “destartalado” todo que Austria, que parece como recién sacado de una postal….pero tiene mucho encanto. Antes de Budapest hay unos cuantos lugares con arquitecturas y monumentos interesantes varios, además del propio Danubio y sus orillas, que ya es de por sí un atractivo: Esztergom, Visegrad, y Szentendre, que es donde paramos nosotros. Lo llaman “el pueblo de los artistas” porque en los años 60-70 recalaron allí muchos y establecieron su residencia. Sigue teniendo un aire bohemio y muy atractivo, con sus callejuelas empedradas y sus talleres de pintura.
Y aquí, otra vez que intentamos ir a un camping que en teoría cerraba “mañana” 15 de octubre, pero debían de tener ganas ya y…chapado que estaba. Charlamos con una pareja de abueletes franceses, que estaban con su autocaravana cerca de la entrada, aparcados en una zona arbolada, a los que les pasó lo mismo que a nosotros, y decidimos quedarnos allì con ellos a dormir también. Echamos un vistazo a un camping cerquita, a unos 15km de aquì y unos 30 de Budapest, que “seguro”està abierto…pero la parejuca de franceses nos recomendaron mucho un camping del que venían ellos, nos dicen que está fenomenal, etc, etc, y que, aunque está prácticamente en Budapest, “no es difícil entrar”. Ejem, ejem, en las urbes y sin navegador, de entrada las posibilidades de liarse aumentan bastante y esos casi dos millones de habitantes nos daban un poco de respeto, pero nos animó lo bien que nos lo ponían…”bueno, pues…quizà sí…un poco de ciudad…a ver qué tal se nos da…”….
¡pues vamos que nos vamos, Budapest!
Vínculos en este artículo:
En cuanto al idioma, ¡de difícil tirando a imposible!
Pannonhalma, el monasterio más grande de Hungría
Esztergom, Visegrad, y Szentendre
Más de Marta Sánchez en El Viajero Accidental:
Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
Deja tu comentario