Fecha última actualización 11/03/2019 por El Viajero Accidental
Este artículo forma parte del viaje que contamos en nuestro Podcast, “El norte de Italia” que puedes escuchar en ivoox. ¡¡Incluye entrevistas, reseñas de libros y mucho más!!
Empezamos en Florencia el recorrido de elviajeroaccidental por La Toscana. En este mes dedicado a Italia, no podía fallar un recorrido por la gran ciudad renacentista.
La ciudad de los banqueros, los artistas y la lucha por el poder. La antigua ciudad estado, república breve, sede del archiducado e incluso efímera capital de la nueva Italia decimonónica. La ciudad donde Maquiavelo puso negro sobre blanco los principios de la política moderna.
La concentración de historia y arte es abrumadora. Así que empecemos primero por poner en contexto Florencia.
Un poco de historia
(ver https://es.wikipedia.org/wiki/Florencia#Edad_Media)
La riqueza artística de Florencia es el reflejo de la riqueza económica y financiera de una ciudad que al salir de la Edad Media se convierte en un foco económico y financiero. En el siglo XIII dos factores convergen para hacer a Florencia particular: los burgueses se imponen a la aristocracia y el desarrollo económico pasa a financiero (en Florencia se emite el Florín, la moneda de curso legal dominante en Europa occidental desde 1252).
A partir de ahí Florencia es fiel reflejo de la fragmentada Italia (antes de que fuera Italia). Pisa, su gran competidora, entra en declive a partir de finales del siglo XIII. A la larga esta fragmentación pondrá a Florencia, La Toscana y la península entera a merced de las nuevos estados-nación y los antiguos imperios (Francia, España y Austria).
Y en el siglo XV, ya en pleno Renacimiento, entran en escena los Médici. Florencia y los Médici, una de esas relaciones que van dejando un rastro de grandeza y arte. Los Médici, banqueros no aristócratas, convierten a Florencia en la gran ciudad líder de La Toscana y de lo que llega a ser el Archiducado. Primero Cosimo el viejo y después Lorenzo el Magnífico en 1469, el gran mecenas de Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci o Botticelli.
Los Médici, cuya desigual fortuna es reflejo de la inestabilidad política de los estados italianos, permanecen como gobernantes de La Toscana hasta que a mediados del siglo XVIII son sustituidos por los Lorena, de la casa de Austria. Y a partir de ahí las guerras napoleónicas, las guerras por la unificación de Italia y por fin la independencia.
La ciudad
Recorrer Florencia es una labor que hay que preparar con cuidado. Por mucho que se repase y uno quiera asegurar que no se pierde nada, siempre habrá algo a lo que dedicar algo menos de tiempo. Esta ruta que vamos a describir se centra en lo principal. Lo hicimos en dos días, que separamos claramente.
Primer día
En nuestro primer día comenzamos por La Academia. Por una pura cuestión práctica, aquí es necesario comprar las entradas previamente en la web. Está bien organizado y cuando llegas no hay que esperar.
La Academia es, por supuesto, el David de Miguel Ángel. Hay mucho más, pero se queda eclipsado por esta obra impresionante. Merece la pena entender las razones para las aparentes desproporciones del cuerpo de David, aunque eso lo dejamos a la decisión del viajero.
Desde ahí tomamos la Via Cesare Battisti para llegar a la Piazza della Santissima Annunziata. En ella encontramos la iglesia del mismo nombre que es una anomalía en la ciudad puesto que es barroca, estilo desde luego secundario en la ciudad del Renacimiento.
Desde aquí paseando llegamos a la Basilica di Santa Croce, un plato muy fuerte en Florencia. Ya la plaza en sí misma donde se encuentra esta belleza renacentista es un placer.
Buenos días Piaza Santa Croce, Florencia
Gepostet von Elviajeroaccidental am Mittwoch, 23. August 2017
En el interior encontramos un cierto contraste entre la belleza del mármol de la fachada y la austeridad interior. Es particularmente atractivo visitar el Cimabue, el Cristo crucificado que iremos encontrando en muchas iglesias y catedrales en la Toscana. Este es especialmente bello y sufrió por la gran inundación del Arno en 1966, teniendo que ser restaurado con la participación del Opificio delle Pietre Dure (una institución con este nombre se merece cualquier tipo de ayuda o subvención, seamos sinceros).
En la Santa Croce están enterrados Dante, Maquiavelo y Miguel Ángel. Poco más que decir ante semejante despliegue de hombres ilustres. Visitar sin duda la Capella dei Pazzi, obra de Brunellleschi, a la que se accede desde el claustro. La familia Pazzi era una de las competidoras de los Médici y en su intento, fracasado, de derrocarlos pierden su fortuna y así queda inacabada. Pura historia florentina.
Y de la Santa Croce cruzamos el Arno por el Ponte Vecchio para llegar al Piazzale Michelangelo y desde allí admirar las vistas de la ciudad.
El paseo hasta el Piazzale se puede hacer a pie con paciencia y con ganas de hacer algo de ejercicio. Pasar antes por el Ponte Vecchio es una experiencia, aunque sin duda este puente se ha convertido en la zona más concurrida de Florencia. Mejor admirar desde cierta distancia, cruzarlo es un ejercicio de paciencia dependiendo de la hora del día.
Y a la vuelta de nuestra visita al Piazzale, nos preparamos para un plato muy fuerte: La Galería Uffizi. La galería de las oficinas, puesto que eso es lo que iba a ser tras quedarse pequeñas las del Palazzo Vecchio, es el museo más visitado de Italia. Construido por orden de, cómo no, un Médici, Cosimo I. Una espectacular concentración de arte renacentista que a punto estuvo de perderse si no hubiera sido por el legado de la última duquesa Médici al pueblo de Florencia.
Obligatorio comprar las entradas por la web, puedo uno pasarse perfectamente más de tres o cuatro horas deambulando por sus galerías. Dos pisos de salas ordenadas cronológicamente, el Renacimiento. No vamos a intentar describirlo ni tampoco inundar con fotos nuestro artículo. Solo algunas impresiones. Es interesantísimo ver cómo evolucionan los temas de las obras desde la salida de la Edad Media hasta la entrada plena en el Renacimiento, y destacar dos obras que nos gustaron especialmente, ambas de S. Botticelli: “La calumnia de Apeles”, un ejemplo cómo el centro del arte se movía hacia el hombre y sus pasiones, y la “Adoración de los Magos” que es un tributo a los Médici, un fiel reflejo de la relación artista-mecenas.
Después de La Galería Uffizi lo único que puede hacer uno es descansar, disfrutar del atardecer y prepararse para el siguiente día.
Y qué mejor manera de prepararse para el día siguiente que reponiendo fuerzas conociendo la cocina local. Nos acercamos a la Piazza del Mercato Centrale, una zona que nos gustó por los numerosos sitios para cenar al aire libre o en interior.
Nos recomendaron cenar en Trattoria Mario nuestras amigas de Mad Queens. Sin embargo Mario estaba de vacaciones, así que justo al lado encontramos a la Osteria Pepò que nos encantó. Y aquí está la prueba, una espectacular bistecca toscana.
Bistecca Pepò
Segundo día
Nuestro segundo día en Florencia estuvo todavía más cargado de sitios a visitar y arte que admirar, pero creemos que el recorrido hecho nos permitió apreciarlo todo.
Comenzamos el día dirigiéndonos a la Basilica di Santa Maria Novella. Sin duda una perla que requiere dedicación y no tener prisa para admirar el templo en sí mismo, sus claustros, refectorio, etc.
El complejo está formado por la Biblioteca, el Claustro Grande, el Claustrillo de los Muertos, el Refectorio, la Capilla de los Papas , la gran Capilla de los Españoles y el Claustro Verde. Éstos dos últimos lugares se merecen una visita más atenta: el Claustro Verde fue construido por Talenti y pintado, un siglo después, por Paolo Uccello, que usó, para pintar la Génesis y el Diluvio Universal, todos los tonos de verde, y de aquí deriva el nombre del claustro; la Capilla de los Españoles se hizo por voluntad de Cosme I, en 1540, en la vieja sala capitular, como lugar de culto para los españoles que habían llegado a Florencia junto a Leonor de Toledo, su esposa. La capilla está decorada con frescos de Bonaiuti, obras maestras que traducen en imágenes el pensamiento teológico de Santo Domingo.
Santa Maria Novella nos pareció una parada que no se puede perder en Florencia. El Cristo de la Basilica, los frescos de los claustros y de las capillas, en fin todo forma un conjunto de gran belleza. Está además bien documentado dentro de la iglesia de tal manera que se puede seguir la historia ligada a la misma con facilidad.
No muy lejos de Santa Maria Novella, en la calle Borgo Ognissanti, está la Iglesia de Ognissanti. Es esta una iglesia barroca y que merece la pena una visita por su Cristo crucificado y también por ser el sitio que conmemora el nacimiento de Americo Vespucio, el cartógrafo que dio nombre al Nuevo Mundo.
Desde Santa Maria Novella nos dirigimos a la Basilica de San Lorenzo, la iglesia de Los Médici.
El interior de San Lorenzo contrasta con su exterior, que por falta de fondos ya no pudo ser cubierto por mármol. Cosme de Médici la encargó inicialmente a Brunelleschi, pero fue terminada por Antonio Manetti. Lo espectacular de San Lorenzo se encuentra en las dos sacristías, la vieja obra de Brunelleschi y la nueva de Miguel Ángel, esta última sepulcro mediceo.
San Lorenzo es el sitio ideal para admirar los trabajos en mármol, no en vano se creó en la época de la construcción de la sacristía nueva el Opificio delle Pietre Dure, en concreto para la Capilla de los Príncipes. Los Seis grandes sarcófagos de esta Capilla están vacíos; los restos de los Médici están enterrados en la cripta inferior.
Y naturalmente nos estamos reservando para la visita al foco central de Florencia, El Duomo y el resto de edificios adyacentes.
Il Duomo di Santa Maria del Fiore es el sitio emblemático de Florencia, uno de los más fotografiados del mundo.
Este alarde arquitectónico es fiel reflejo de la ambición de una ciudad-estado que se creía el centro del mundo. La catedral de las flores, erigida sobre una antigua catedral, es exuberante con su revestimiento de mármol de diferentes colores (aunque su fachada neogótica data del siglo XIX, pero ciertamente se completó con buen criterio).
Lo que admira es la unidad de estilo con el Baptisterio de San Juan y el Campanile de Giotto. Y no olvidaremos el Museo de’ll Opera que merece la pena sin duda.
Empecemos por el Duomo. De nuevo, es necesario adquirir las entradas anticipadamente para poder disfrutarlo como merece. La visita al interior de la catedral merece la pena combinarse con la subida a la cúpula (visitas separadas). En el Duomo es buena idea al entrar buscar a la izquierda una mesa donde están los guías de la asociación Nártex. Hemos hablado ya de Nártex en otros artículos en elviajeroaccidental, esta asociación “hace hablar a las piedras”. Nunca mejor dicho puesto que estos voluntarios hacen un recorrido del interior del Duomo que merece la pena. Te enteras gracias a ellos de que en la pared de la nave izquierda está el fresco del retrato ecuestre de John Hawkwood, Condottiere legendario al servicio de las ciudades-estado italianas del Renacimiento. Recomiendo a quien le guste la historia que le eche un vistazo a la vida de Hawkwood, o por ejemplo a la reseña en elviajeroaccidental de la novela “En la corte del lobo” sobre la vida de Thomas Cromwell, valido de Enrique VIII y banquero además de mercenario en Italia.
El Duomo es sin duda imponente, pero a nosotros nos maravilló el Baptisterio de San Juan con sus puertas de bronce de Ghiberti. Es difícil describirlo, mejor verlo:
Y nosotros hicimos la subida a la cúpula. La cúpula más grande del mundo, junto con la de San pedro en Roma y San Pablo en Londres. Un alarde de ingeniería de Brunelleschi. Y un esfuerzo de varios cientos de escalones para los turistas, pero que permite estas vistas:
Recomendamos completar la visita con el Museo de’ll Opera, justo detrás del Duomo. Permite entender mejor la historia del Duomo y de su construcción.
Estos dos días nos permitieron hacer más cosas por supuesto. Disfrutar de la Piazza Maggiore, con su Palazzo y torre identificativa de Florencia. La Piazza della Repubblica con sus terrazas donde uno se sienta a tomar el Spritz por la tarde para que le vean, claro.
Una experiencia que se debe repetir. Y solo es el comienzo de un recorrido por La Toscana.
Links del artículo:
Osteria Pepò y Trattoria Mario
Historia de John Hawkwood y los Condottieri
Nota del autor: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
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