Fecha última actualización 22/04/2021 por El Viajero Accidental
Desde pequeña tenía ganas de entrar algún día en el Castillo de La Palma. Quizá por aquello de que empecé a pasar mis veranos a los 5 años en la casa de mi abuela Juana, que estaba situada en la “Estrada da Palma” (carretera de La Palma) en Barallobre. Es el nombre con el que se conoce entre los lugareños la carretera AC-133 que une Fene con Mugardos. Imagino que también influiría que cuando iba invitada a La Redonda para disfrutar de las fiestas de Mugardos, dábamos un paseo hasta las inmediaciones del castillo y lo veías como un sitio misterioso al que no podías acceder ¡Hoy os voy a contar mi visita al Castillo de La Palma! Hace unos días por fin atravesé esa puerta que da acceso a ese lugar que nos parecía mágico…
El Castillo de la Palma se encuentra ubicado en la entrada de la ría de Ferrol, frente al castillo de San Felipe. Sobre estas dos fortalezas, junto con el Castillo de San Martín, hoy desaparecido, recaía la defensa de la ría de Ferrol. Esta ría sufría continuos ataques, sobre todo de la Armada Inglesa, que buscaba tener la hegemonía marítima en el Océano Atlántico, aunque los franceses también hicieron sus incursiones. De ahí la importancia del llamado “triángulo de fogo”, formado por las tres fortalezas para defender adecuadamente la ría.
Este pasado mes de julio, tras dos años cerrado al público, se han reanudado las visitas al Castillo de La Palma con un gran éxito de asistencia. Se trata de un recorrido circular por las cubiertas de la fortaleza, desde dónde se puede contemplar alguna de las mejores vistas de la Ría de Ferrol, del patio interior del castillo y del sistema de raíles para el transporte de la munición mediante vagonetas.
La persona encargada de darnos las indicaciones para este circuito, marcado por el Concello de Mugardos, y de resolver las dudas que surjan durante el mismo es Patricia Casal Castro, técnico de turismo de este ayuntamiento, con quien ya hemos dedicado un podcast en Radio Viajera a la península de Bezoucos en la que se encuentra esta localidad. Así mismo Patricia se encarga de recordarnos el cumplimiento de las medidas de seguridad para el covid 19 como el uso de gel hidroalcohólico a la entrada y salida, el uso obligatorio de mascarilla, la recomendación de entrar agrupados por unidades familiares y de mantener la distancia de seguridad…
El castillo de Nuestra Señora de La Palma se construyó en el siglo XVI, concretamente en el año 1597. En el momento de su construcción era una pequeña batería, no tenía armamento. Posteriormente fue sufriendo varias reformas destinadas a convertirlo en un gran baluarte defensivo. En el año 1893 es cuando el castillo se remodela en su totalidad. Esta reforma del siglo XIX le confiere el aspecto que hoy contemplamos. Del siglo XVI sólo quedan los cimientos.
Al llegar nos vamos a encontrar con un foso seco de 4 metros de ancho, sobre el que estaba en su día el puente levadizo. Impresiona contemplar el contrapeso interior de ese puente levadizo. Hoy en día no se conserva el puente de madera, se pasa por un puente de hormigón, pero sí se conservan los pescantes y las cadenas que levantaban el antiguo puente.
En la fortaleza de La Palma, aunque la conozcamos como castillo es realmente una fortaleza, hay 4 partes claramente diferenciadas: la Línea Primera, la Línea Segunda, la Línea de Gola o de Pabellones y la Galería Aspillerada.
Nuestro recorrido comienza por la capilla. Su sacristía se comunica mediante una escalera de caracol directamente con las cubiertas de la fortaleza, si bien estas escaleras sólo podemos contemplarlas desde la parte de abajo o desde la cubierta, pero no está permitido el acceso a ellas por seguridad.
Desde las cubiertas del castillo se puede observar la disposición del triángulo defensivo de la ría de Ferrol formado por las 3 fortalezas del siglo XVI: San Felipe, La Palma y San Martín. Si se accede a la punta donde se encontraba el Castillo de San Martín aún podemos encontrar un muro y un ancla. Ese ancla y las anclas del Castillo de San Felipe se unían con una cadena para evitar la entrada de los barcos enemigos. Hay mucha gente que piensa que la cadena iba de La Palma a San Felipe pero es un error, bastante extendido eso sí. Era una práctica habitual en zonas estrechas y de aguas calmadas que tuvieran baluartes, en Asturias también se utilizaba.
En el año 1850 había que restaurar estas fortificaciones y hubo que tomar decisiones, quizá no siempre acertadas. Si bien en un primer momento se piensa en mantener los de la primera línea, es decir, San Martín y San Felipe, finalmente se decidió derribar San Martín y aprovechar la piedra para restaurar el Castillo de La Palma.
Es un castillo mucho más moderno que el de San Felipe. El castillo mugardés tiene una planta poligonal irregular, con lo cual no queda ninguna zona sin defender ni cubrir porque evita ángulos muertos en la defensa. Si atacaban por primera línea la defensa se llevaba a cabo desde las cubiertas, por las que hoy en día paseamos, porque controlaban tanto el exterior como el interior del castillo. Si atacaban por el monte disponían de una galería aspillerada. Las aspilleras son aberturas que se hacen en el murallón, verticales, estrechas y profundas, para introducir los fusiles. En esta galería hay además huecos en la parte inferior para defenderse de ataques desde el foso. Si atacaban desde tierra, por la entrada, estaba el foso y el puente levadizo, y una línea más alta que era la línea de gola de pabellones. Esta línea de gola junto con la galería aspillerada formaban el frente de tierra del Castillo.
Si vemos el castillo desde el mar o desde la baliza de La Palma, contemplamos una puerta de mar a la que se accede mediante un muelle-rampa. Formaba parte de la batería de revés, en la línea 1ª, que junto con la batería de flanco retirado debían encargarse de batir los barcos que conseguían traspasar la entrada de la ría de Ferrol.
Desde ese muelle por un sistema de raíles se distribuían las pesadas cargas de artillería, mediante vagonetas, por todo el recinto hasta el polvorín que se encontraba debajo de la gran casamata.
Es un edificio acasamatado, abovedado en su totalidad por eso podemos andar por su cubierta, con una leve inclinación a dos aguas. El motivo de hacerlo así en el siglo XIX es que en caso de recibir un impacto sufriría menos que si fuera un muro recto. Es un edificio muy moderno, arquitectónicamente hablando.
En la segunda línea encontramos la gran casamata, una construcción militar abovedada con una ventana, donde está la tronera y por tanto donde estaba el cañón. La casamata se realiza siempre para instalar dentro de ella algún tipo de arma defensiva, generalmente las piezas de artillería, los cañones. En su día hubo dos cañones Krupp de gran alcance, como consecuencia de su peso y del retroceso sufrió daños y hubo que poner un pilar de sustentación para proteger este edificio, esta casamata. A principios del siglo XX, en previsión de un posible ataque durante la 1ª GM y a pesar de la neutralidad de España, teniendo claro que sería la primera zona que atacarían se refuerza con hormigón y en su parte superior se instala la sala de comunicaciones, es la casamata que hoy contemplamos en el Castillo de La Palma.
En la cubierta nos vamos a encontrar la parte superior de la escalera de caracol de la que hablábamos antes, y la torre del reloj que en su día tenía 3 campanas, con nombres de reinas, que hoy se encuentran en el Museo Militar de A Coruña.
Merece la pena destacar también el proyectil que veréis al lado de las escaleras circulares, cerca de la salida. Es una reproducción de un proyectil de tetones que con esa forma hace que su impacto sea más desgarrador.
Otra curiosidad que podréis contemplar desde las cubiertas si hay marea baja será todo un símbolo de Mugardos... " o cú da raiña". Es una pequeña piedra redonda que se encuentra en el mar, próxima al castillo. Según la leyenda popular fue lo primero que pisó Mariana de Neoburgo cuando llegó a España para casarse con Carlos II el Hechizado, y lo hizo con tan mala suerte que al pisarla cayó de culo, de ahí su nombre. En nuestra visita a La Palma la marea estaba alta y no se divisaba, pero os dejamos aquí la foto que le hicimos en una visita reciente al mirador de A Bailadora.
El Castillo de la Palma se convierte en prisión militar durante la Guerra Civil. En los años 80 estuvo encarcelado el golpista Antonio Tejero. En los años 90 deja de cumplir funciones militares y en el año 2001 el Ministerio de Defensa decide venderlo. El Castillo de San Felipe lo compra el concello de Ferrol y el Castillo de La Palma lo compra una sociedad de inversores para convertirlo en un hotel. A día de hoy sigue sin construirse pero sigue siendo propiedad privada. Fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1994.
Echamos en falta ciertos cuidados como puedan ser cristales rotos, puertas en mal estado, o alguna que otra mala hierba, pero la verdad es que impresiona el buen estado de la estructura ¡Ha sido una auténtica gozada contaros que al fin hemos entrado en esta impresionante fortaleza! Por muchas veces que hayas contemplado desde fuera el Castillo de la Palma, por tierra y por mar, no eres capaz de imaginar sus dimensiones reales.
¡Seguiremos recorriendo Galicia de cabo a rabo y os lo contaremos porque nos gusta compartir Galicia! ¡Hasta pronto, viajeros accidentales!
Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
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