Fecha última actualización 03/09/2020 por El Viajero Accidental
Este verano 2020 ha sido el momento de ir al Norte, con mayúsculas. Nosotros hemos estado en Tapia de Casariego en la marina occidental asturiana. Un sitio que recomendamos y por el que vamos a hacer un recorrido en este artículo al que os invitamos.
Tenemos muy buenos amigos allí, en concreto una de nuestras colaboradoras en podcasts, Milagros Bas que pasa allí todos los veranos, aparte del vínculo familiar que tiene con la villa. Así que tuvimos unos anfitriones excepcionales.
Tapia de Casariego en la marina occidental asturiana
Tapia de Casariego es un concejo pequeño, en el occidente asturiano muy cerca ya de Galicia. Con una extensión de unos 66km2 y con una población de unos 4.500 habitantes.
Forma parte del Parque Histórico del Navia, un proyecto promovido por el Principado de Asturias junto con los concejos de la comarca del río Navia: Boal, Coaña, El Franco, Grandas de Salime, Illano, Navia, Pesoz, Tapia de Casariego y Villayón. Este proyecto pretende promover el turismo sostenible en el entorno de la comarca.
Nosotros nos vamos a centrar en un recorrido por su historia, su vocación al mar, sus monumentos y paseos por la costa.
Historia y personajes que dejan huella
Tapia de Casariego tiene entidad de municipio independiente desde el siglo XIX, dado que antes pertenecía a la cercana Castropol.
Desde la prehistoria ha sido la zona propicia para los asentamientos humanos. Existen en el municipio once asentamientos castreños. Seis de ellos se sitúan en la línea de costa, mientras que los cinco restantes se localizan en el interior del territorio: Castro de Santa Gadea, Castro de Campón, Castro del Esteiro, Castro del Toxal, Castro del Figo, Castro Castello, Castro del Picón, Castro Coronas, Castillos de Pereira, Castro del Corcovón y Castro de Castrovaselle. Todo ello se cree que ligado a la explotación minera que data de tiempos ya previos a la invasión romana.
En la Edad Media la villa depende del Obispado de Oviedo, cedido por el rey Alfonso VII. Con Felipe II consigue en el siglo XVI la independencia jurisdiccional, pero es el siglo XIX el que alumbra el nacimiento de Tapia de Casariego como municipio independiente, ligado a una figura que dará nombre a la villa.
Será D. Fernando Fernández-Casariego, Marqués de Casariego, el artífice de la conversión de Tapia en una villa a partir de la aldea primitiva, logrando que el Gobierno aceptase en 1863 la creación del nuevo concejo de Tapia, independiente de Castropol. Costeó también la construcción de un Instituto de Segunda Enseñanza, la casa consistorial, nuevos muelles y otras obras, que cambiaron radicalmente su fisonomía. El territorio del nuevo concejo se obtuvo segregando del de Castropol las feligresías de San Esteban y San Martín de Tapia, San Andrés de Serantes y Santa María de Campos con San Salvador de Salave, y anexionándose la parroquia de Santa María del Monte del concejo de El Franco. Más tarde se acordó denominar la capital del concejo como Tapia de Casariego en recuerdo a su benefactor, que había obtenido en 1872 los títulos de marqués de Casariego y vizconde de Tapia.
La Plaza de la Constitución reúne las iniciativas del Marqués de Casariego: el ayuntamiento (año 1864), las escuelas de primera enseñanza (año 1863-65) y el instituto (año 1866-67). Los tres edificios con planta rectangular y fachada de dos pisos. Y todo ello próximo a la iglesia de San Esteban.
Es por tanto profunda la huella dejada en la ciudad por parte de este tapiego que desde un humilde origen, llega a ser senador por Zamora y Oviedo sucesivamente, así como consejero del Banco de Isabel II.
Bajando al puerto
Desde la Plaza de la Constitución vamos a bajar hacia el puerto y desde allí recorreremos el borde del mar hacia el oeste.
El puerto de Tapia es una amplia construcción compuesta por cuatro diques o muelles.
Los diques son los de Afuera (muelle de Fora), hacia el Oeste desde la Isla del Faro, de 135 m de longitud; dique del Rocín, al Oeste, que arranca próximo a la punta de San Blas, de 105 m de longitud; dique de Entreislas, que une la Isla de Faro con tierra firme y mide 55 m; y finalmente, muelle de Tierra o de Comercio, de 140 m de longitud y con una cabeza de forma trapezoidal cuya base mide 45 m de ancho.
El acceso al puerto desde el noroeste no es fácil debido al islote Orrio de Tapia, redondo y cónico, con poca altura, enlazado a la isla de Tapia por arrecifes, que descubren a bajamar a gran distancia, lo cual representa un peligro para la navegación.
Pero desde tierra, desde el interior cuando uno llega al puerto tras la bajada desde el centro de la villa, justo esos diques le dan un aire de protección que invita a pasear hacia el faro, del que hablaremos en un momento.
Es en el puerto donde se concentran una serie de restaurantes que hacen honor a la fama de la cocina del Norte, y en especial a la asturiana. Nosotros no nos pudimos resistir y disfrutamos tanto de las carnes como de los pescados.
El faro se denomina Faro Isla de Tapia, y tiene más de 140 años de antigüedad. Se encuentra en una pequeña isla que a su vez está unida al continente por un dique que permite el paso a pie en cualquier momento del día. No se puede visitar el interior. Este faro empezó a funcionar el 1 de septiembre de 1859 , y su iluminación alcanza en condiciones normales 15 millas náuticas.
Paseo hacia el oeste disfrutando de sus miradores
Una vez disfrutamos de su puerto, faro y la buena comida que se sirve en Tapia de Casariego, nos dirigimos hacia el oeste bordeando la costa para disfrutar de algunos de sus miradores. Es el Paseo de la Guardia.
En nuestro camino primero podemos admirar desde lo alto el Muelle del Rocín. En este punto se nos concentran los elementos históricos y es necesario detallarlos para mejor entender todo lo que ofrece Tapia de Casariego.
El Muelle del Rocín se extiende 105m hacia el este, en dirección hacia el faro, para cerrar la bocana del puerto. Es por tanto un elemento clave para protegerlo de los elementos. Se finalizó en 1880 y su última remodelación fue en 2014.
Al principio del muelle, abajo desde donde miramos, está un lugar llamado A Cucía. Aquí la gente del mar cocía los aparejos con cáscara de pino, esto los teñía de marrón y con ello hacía más fácil la pesca.
También está aquí uno de los dos cañones de hierro que se conservan de la fortaleza de Os Cañóis. Pero ya desde 1870 ese cañón se ha utilizado como noray para el amarre de barcos.
Y es a continuación que nos encontramos el Mirador de Os Cañóis. Está sobre un antiguo fortín defensivo que se construyó por autorización de Carlos III en 1780 para frenar las incursiones de la piratería. Desde este mirador podemos contemplar gran parte de la costa asturiana y lucense, con unas vistas excepcionales. No solo eso, también allí se exponen las 2 balizas de gas que se usaron en el puerto de 1958 a 1991.
Y siguiendo nuestro recorrido llegamos a la piscina municipal de agua salada. Una instalación sin duda atractiva para el verano, pero que a nosotros nos interesa porque originalmente fue una cetárea. ¿Y qué es una cetárea? Pues un vivero dedicado a los seres vivos marinos que de forma constante recibe y recicla agua marina, en el que se crían crustáceos destinados al consumo. Ahora su uso es puramente recreativo.
Y ya desde aquí bordeando las playas más cercanas al puerto, llegamos al final de nuestro recorrido.
Hay mucho más que ver en Tapia, por ejemplo hacia el interior sus casas palacio sobre las que se puede leer más aquí.
Nosotros seguiremos hablando de Asturias, tanto a occidente como a oriente. ¡¡Hasta pronto!!
Vínculos en este artículo:
D. Fernando Fernández-Casariego, Marqués de Casariego
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Nota del autor: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
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