Fecha última actualización 28/07/2018 por El Viajero Accidental
Reseña publicada en El Libro Durmiente
“Las asombrosas aventuras de Kavalier and Clay” fue un best seller en EEUU a principios de la pasada década. Como novela desborda imaginación y energía en su primera mitad, pero el relato se vuelve más torpe en su segunda mitad cuando los personajes ganan relevancia por encima de la acción.
El autor, Michael Chabon, que ha tocado con frecuencia el tema de la comunidad judía en EEUU, construye una historia vibrante, ambientada principalmente en el Nueva York de finales de los años 30 a principios de los 50. Sabe transmitir con naturalidad y fuerza la mezcla de inmigración, creatividad y afán de lucro que empujó la llamada edad dorada del cómic en los EEUU. El momento del nacimiento de iconos modernos como Superman y Batman.
Los personajes principales son dos inmigrantes checos judíos, primos hermanos, que combinan la habilidad para dibujar de uno con la capacidad para relatar del otro para crear una serie de personajes de comic de gran éxito. La acción en la primera parte de la novela es más importante que los personajes, Chabon crea un ambiente de aventura y de sofisticación, haciendo viajar al personaje central desde Praga hasta Nueva York, involucrándole con algunas de las figuras artísticas del momento (Salvador Dalí). La prosa de Chabon es dinámica, algo efectista a veces, pero sin resultar monótona.
La Segunda Guerra Mundial establece un antes y después, no ya histórico, sino en la propia novela. El relato se vuelve más denso, los personajes más apesadumbrados por su pasado. El contraste entre los años 50, con su carga de persecución política en EEUU, y la ¨época dorada¨ de los años 30, se hace evidente. Pero es ese aspecto más bien histórico el que predomina, por encima de los personajes, dejando un regusto a historia inacabada.
Un gran ejercicio de imaginación y tributo a una época histórica vibrante.
Nota del autor: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
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