En Las Merindades burgalesas es complicado decidirse por cual dirección tomar. Son tantos los lugares de interés que es difícil de creer que la belleza del paisaje te asombre una y otra vez. Podemos acercarnos a la villa medieval de Frías, en el valle de Tobalina, con su castillo rocoso y sus casas colgantes, pero también podemos dirigirnos al complejo kárstico de Ojo Guareña y conocer la ermita de San Bernabé, acercarnos a admirar el puente natural de Puentedey, visitar Espinosa de los Monteros, Oña, Pedrosa de Tobalina con su espectacular cascada… Lo dicho sobran sitios que conocer y donde asombrarnos con su belleza ¡Hoy nos vamos a detener en San Pantaleón de Losa! 

Un lugar que no deja indiferente a nadie es el pueblo San Pantaleón de Losa, una entidad local menor que pertenece al ayuntamiento de Valle de Losa. En esta pequeña localidad hay una colina con una forma muy singular, parece una proa de un barco que ha encallado en medio del prado, en la vega del río Jerea.

 

En la parte alta de esta colina, conocida como la Peña Colorada, nos vamos a encontrar -sobre los restos de un castro- con una ermita románica que está rodeada de leyendas. Fue construida en el siglo XIII con piedras de otra ermita que se encontraba próxima. Para levantar la edificación sus constructores debieron superar el gran desnivel de la montaña, baste decir que la diferencia de altura entre la parte trasera y delantera de la ermita es de ocho metros. En la parte trasera está el ábside con dos metros de altura y sin embargo la fachada frontal sobrepasa los diez metros.

 

Su estilo arquitectónico es muy original. Su fachada frontal no es simétrica, si nos situamos frente a la puerta de entrada a la izquierda veremos una gran figura, un hombre con barba y pelo largo, que en su hombro izquierdo tiene una especie de saco o manto, que agarra con las manos. No hay consenso sobre a quién representa, las teorías más admitidas nos hablan de un atlante o de Sansón, pero también hay quien dice que representa al santo.

 

En el derecho nos encontramos esculpido un zigzag que bien podría ser un rayo pero también hay teorías que dicen que podría ser una serpiente y sobre la portada podemos ver una ventana ciega.

El por qué de este enigmático templo en un lugar tan alejado del mundo alimentó leyendas y fue objeto de peregrinaciones. A ello se une que durante siglos en esta ermita se guardó una pequeña ampolla de vidrio que supuestamente contenía la sangre del mártir Pantaleón, que se licúa cada 27 de julio -día que coincide con el martirio del santo-. Está ampolla ahora está en un convento de Madrid, pero durante siglos la sangre de San Pantaleón se vinculó con la leyenda del Santo Grial. Esta leyenda fomentó las peregrinaciones, por esto en el S XVI se realizó una ampliación de estilo gótico.

 

La ermita de San Pantaleón de Losa fue durante siglos iglesia parroquial pero en el siglo XIX se construyó una iglesia en el propio pueblo, en la parte baja de la colina ¡Imagino que los parroquianos debieron celebrarlo porque la cuesta se las trae! Se puede subir en coche por una pendiente angosta y pedregosa. Para llegar, una vez que se está en el pueblo, hay que dirigirse a la izquierda, y cuando se llega arriba debes dejar el vehículo en el aparcamiento y subir el desnivel de la colina.

 

Las vistas desde lo alto de Peña Colorada son espectaculares, contemplas un bosque de pinos, robles y encinas… el lugar merece una visita. En verano se puede entrar en la ermita, en un horario amplio de mañana y tarde. Durante el resto del año su interior sólo es visitable los sábados.

Esta construcción se declaró Monumento Artístico en 1944 y recientemente la Junta de Castilla y León ha protegido todo el entorno declarándolo Bien de Interés Cultural.

Las Merindades no te dejarán indiferente… ¡Anímate a conocerlas!

 

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

 

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