Fecha última actualización 11/09/2020 por El Viajero Accidental
De Roma a Finisterre…el final de un gran viaje. Hemos acompañado a Abel Antón en este recorrido entrañable por varios países, sus vivencias, sus amigos…y ahora llegamos a Finisterre. Le hemos acompañado todo el camino y nos da un poco de pena llegar al final…ha sido un gran placer y estamos agradecidos de que quisieras compartirlo con nosotros.
Etapa 20. 16 de agosto. Ponferrada – Sarria.
La mañana empieza fría, Guillem y Ariadna deciden no salir en bici y alquilar un coche para seguir la ruta Xacobea hasta Santiago ya que los kilómetros de la llanura castellana y el puerto de la Cruz de Ferro pasaron factura.
Comenzamos la etapa Sergi y yo, los dos sabemos que la etapa de hoy será bastante dura porque tenemos por delante el tan famoso Puerto de O Cebreiro. Pedaleamos juntos hasta llegar a Las Herrerías pasando por Villafranca del Bierzo y aquí decidimos separarnos por la dificultad del terreno y la diferencia de estilos de bicicletas.
Afronto el puerto con mucha energía y decido no parar e intentar seguir un ritmo exigente hasta O Cebreiro, cuando llego arriba descanso unos minutos y sigo para no quedarme frío para superar los otros dos picos que me faltan, el alto del Poio y el alto San Roque. Al pasar tanto tiempo solo da para pensar y recordar muchos momentos y en este lugar recordaba la última vez que pase por esta carretera, fue en marzo de 2016 en mi segundo camino y estaba cayendo una nevada importante y hacia bastante frío. Yo calculo una diferencia de más de 30 grados al día de hoy.
Bajando hasta Triacastela decido alargar un poco más la etapa al ver que no es muy tarde y me encuentro bien. Busco la carretera más rápida hasta Sarria y a los pocos kilómetros comienzo a rodar por una carretera entre aldeas con musgo en el asfalto y los árboles dando una sombra muy fresca y así continuo casi hasta Sarria.
Llegando a Sarria busco un albergue, pero esta vez tiene que ser privado porque está a tope todo. El precio es casi similar al público.
A descansar después de cenar para la siguiente etapa.
Etapa 21. 17 de agosto. Sarria – Negreira.
Es agosto y las mañanas en Galicia son muy frescas, son las 7 de la mañana y comienzo mi penúltima etapa, en ella me pierdo los bonitos paisajes y pueblos gallegos ya que tengo que hacer la etapa por carretera y no por las sendas y caminos que recorre la típica ruta Xacobea.
Apenas llegando a Portomarin ya puedo unirme a la ruta de peregrinaje y buscar un bar para tomarme un café y entrar en calor por la niebla que me acompaña.
Según avanza la mañana va levantando la niebla y subiendo un poco la temperatura y cuando entro a Palas de Rei decido hacer otra parada para tomarme un refresco.
El terreno gallego es muy exigente y decido intentar llegar sin parar hasta un bar que ya es una parada obligatoria para comer un bocata cerca de O-pedrouzo , pero a escasos 2 kilómetros me entra mi primera pájara desde Roma y tuve que parar un rato por seguridad y me comí medio paquete de galletas que llevaba en la mochila para una urgencia como esta, pero esto no impidió comerme el tan esperado bocata en este bar y poder disfrutar de su peculiar decoración de camisetas y objetos personales que dejan los peregrinos a su paso.
Desde aquí sé que son pocos los kilómetros que me faltan hasta Santiago, pero lo que no sabía es que fuese tan complicado entrar a la ciudad por sus obras de la autovía y que al llegar me encontrase en la situación de no tener un alojamiento disponible, claro es viernes y agosto además son las 17:30 así que busco el albergue más cercano en dirección a Finisterre y para mi asombro está a 20 kilómetros. Tardo algo más de una hora en llegar y rápidamente lavo la ropa y me doy una vuelta por el pueblo de Negreira y descanso después de los 140 kilómetros.
Etapa 22. 18 de agosto. Negreira – Finisterre.
Comenzando mi última etapa y sabiendo que hoy llegare al destino que soñaba hace 23 días paso gran parte de la corta etapa haciendo memoria de las aventuras que viví y también de las que no viví ya que durante 2700 kilómetros y 23 días no sufrí ningún pinchazo ninguna avería de la bicicleta y tampoco tuve problemas físicos, también tuve mucha suerte con la climatología en cuanto a la lluvia y cuando más calor pase fue en Italia que está repleto de fuentes.
Pasan los kilómetros y llego a la costa de nuevo después de unos 10 días que me despedí del mar mediterráneo en Perpiñán. Llegando aquí sé que me falta muy poquito para llegar a ese último mojón de km0 que indica el final del camino y el final de la tierra.
Entrando al pueblo de Finisterre con la emoción de haber superado mi sueño de unir Roma y Finisterre en la que muchos creían que era una locura y otros muchos sabían que no lo conseguiría llego al centro del pueblo y busco el albergue para asegurarme poder darme una ducha y descansar y cuando estoy terminando de lavar la ropa, para mi asombro me percato que en el hall del albergue se encuentran mis tres amigos catalanes (Sergi, Ariadna y Guillem) que tuvieron el detalle de venir hasta Finisterre para volver a encontrarnos y pasar un último día juntos y poder disfrutar de una tarde de playa y de la famosa puesta de sol.
Recomendaciones para viajar en bicicleta.
-Planifica el terreno y la época del año en la que viajaras y así adecuar el equipaje.
-No cargar con equipaje innecesario y dejar en casa los “porsiacaso”, te darás cuenta de que aun llevando lo justo siempre te sobrara algo.
-No te olvides de una navaja multiherramienta, una bomba de aire, una cámara y parches. También recomiendo llevar una manta térmica, unas bridas, aceite de cadena, un mechero y una batería portátil con linterna.
-Si viajas por carretera lleva siempre luces traseras y algo reflectante, también puedes poner un mini retrovisor en el manillar que te evitara muchos sobresaltos.
-Siempre con el casco puesto y super PROHIBIDO llevar auriculares.
-Si viajas con mochila que esta se pueda abrochar en pecho y cintura, así se ajustará muy bien a tu espalda y no se moverá.
-Si viajas por otro país debes llevar la mente muy abierta y saber que no todos tienen tus costumbres y te deberás adaptar a sus costumbres y normas.
-El mayor enemigo en estos viajes son las prisas, viaja disfrutando lo que ves y si puedes comer las comidas locales de cada lugar.
Vínculos en este artículo:
Más de Abel Antón y su “De Roma a Finisterre”:
Nota del autor: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
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