La historia de los ferrocarriles mineros ha marcado el destino de muchos pueblos. A principios del siglo XX la industria necesitaba distintos minerales, carbón y hierro eran los más demandados. Se hizo necesaria la construcción de infraestructuras, hoy en desuso. Algunas de ellas se van rehabilitando, destinándose a la promoción turística de la zona donde se ubican.
En la ría de Vigo, en el ayuntamiento de Redondela, muy cerca del estrecho de Rande se construyó un cargadero para la compañía Minerales de Hierro de Galicia y aún está sin rehabilitar.
No es el caso de la estación de Barruelo de Santullán, pueblo palentino que fue, durante más de 100 años, un activo centro minero que abasteció de carbón a los trenes españoles hasta que se electrificaron, en los años sesenta del siglo pasado. Tras años de abandono, su estación ferroviaria se ha rehabilitado y convertido en todo referente del turismo activo.
Hoy me gustaría hablaros de la Vía Verde del Eo, una antigua vía de un tren minero que me sorprendió mucho. Yo ya había estado en varios ocasiones de vacaciones en Ribadeo, pero en esta última ocasión descubrí, paseando por su litoral, EL PARQUE ETNOGRAFICO DEL CARGADERO, situado dejado del Puente de todos los Santos.
Este parque explica de forma lúdica la historia minera de esta comarca. El mineral llegaba a Ribadeo en tren, a Puerto Estrecho. Una vez allí el cargadero disponía de una estructura metálica que se adentraba en la ría y mediante una vertedera abatible se llenaban los barcos.
El descubrimiento de unas minas de hierro fosfórico en el ayuntamiento de A Pontenova, en Lugo, supuso un gran empuje para la economía de esta zona fronteriza entre Galicia y Asturias. A principios del siglo XX, una compañía bilbaína decide explotar el yacimiento y las infraestructuras que debe acometer no son pocas.
En la zona minera se construyen unos hornos de calcinación que a altas temperaturas eliminan sustancias no deseadas y para transportar el mineral de forma eficiente, se construye una línea de ferrocarril desde Vilaoudrid-A Pontenova -localidad de interior- hasta la ría de Ribadeo para, desde allí, distribuirlo por mar. En los años sesenta del siglo pasado como resultado de una fusión de ayuntamientos Vilaoudrid pasó a llamarse A Pontenova.
La línea tenía un metro de ancho de vía y la locomotora pronto fue conocida como “A Chocolateira” por el característico ruido que emitía, y aunque fue construida para transportar el hierro también sirvió para el transporte de viajeros de Vilaoudrid a Ribadeo.
Para el trayecto fue necesario horadar 13 túneles y levantar 4 puentes metálicos además de otros 2 de cimentación de piedra. El recorrido cuenta así mismo con 4 estaciones (Villaodrid, San Tirso, Porto-Vega y Ribadeo) y 4 apeaderos. ¡¡¡No está nada mal para un trayecto de poco más de treinta kilómetros!!!
A principios del siglo XX llegó a haber un importante numero de trabajadores desarrollando su actividad como mineros, maquinistas, fogoneros… pero en los años sesenta la actividad empresarial cesó y llegó el abandono, hasta que a principios de este siglo se rehabilita la zona en la que se encuentran los hornos, el cargadero, se habilita la ruta como vía verde…
No podíamos dejar la zona sin trasladamos a A Pontenova, queríamos ver los hornos. Tuvimos la suerte de que la oficina de turismo estaba abierta en domingo y allí nos atendió Carlos, el técnico de turismo de la misma, que además de darnos mucha información nos facilitó fotografiar la exposición. Además, nos encontramos con que se había organizado una ruta de senderismo, Ruta das Minas, con un recorrido de 12 km.
El recorrido de la línea ferroviaria descubre paralelo al río Eo, inicialmente por el margen derecho pero pronto se pasa a la parte izquierda de la ría de Ribadeo. La belleza del paisaje es espectacular.
Desde 2007 esta comarca forma parte de la Reserva de la Biosfera de la UNESCO.
El objetivo es lograr convertir los 34 kilómetros de la vía ferroviaria en una gran vía verde, de momento están habilitados varios tramos.
¡No dejéis de visitar y recorrer la Vía Verde do Eo!
Mencionaré como curiosidad, que el ingeniero encargado de esta obra fue el vizcaíno Julio Lazúrtegui, quien llegó incluso a pensar en prolongar la vía férrea de Ribadeo a Villablino (León), para lograr tener la siderúrgica de la zona toda unida. El ingeniero se construyó una preciosa casa en Ribadeo, hoy convertida en casa de huéspedes, La Casona de Lazúrtegui, y dónde nos alojamos antes de saber la historia de este ilustre vecino ¡Fue un acierto! Está rehabilitada con gusto y el trato del personal es muy bueno.
¡Elviajeroaccidental recorriendo Galicia de cabo a rabo!
Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
Me ha gustado mucho leer su artículo. Mi abuelo era Vasco y trabajaba como capataz de minas en la mina de Bilbao (Gallarta) y junto con otros se desplazó a Villaoudriz a abrir esta mina. Se llamaba Antonio Toral Gómez. En 1930 más o menos se volvió a Gallarta. En un par de días iré a hacer la Ruta de las Minas. Un saludo.
¡Muchas gracias por leernos! Intentamos en nuestros artículos vincular lo que hoy vemos con su pasado. La historia de los pueblos refleja lo que son y en A Pontenova (Vilaoudriz) han hecho un esfuerzo importante por conservar su pasado minero. Suena muy interesante lo que cuentas sobre la ruta de las minas, esperamos que la disfrutes y te acerque al trabajo de tu abuelo. Un saludo
Pasei moitas veces pola Ponte Nova. Era a miña rota preferida para viaxar a Ourense dende Mieres (Asturias), e a máis fermosa. Excelente reportaxe grazas. É unha magoa que a nosa cultura de conservar os nosos camiños de ferro fose tan cativa. Canto teríamos que deprender dos suizos. Saúdos dende Vigo.
¡Xosé Luis, non podemos estar máis de acordo contigo! Coñecemos Suiza e pensamos que é un exemplo a seguir, sen dubida.
Grazas por leernos. Saúdos dende Vigo, tamén.