Fecha última actualización 14/04/2022 por El Viajero Accidental
Al otro lado del Peloponeso. Habíamos hecho una pequeña parada en nuestro recorrido por Europa y Asia Menor con Marta Sánchez y su familia. Pero aquí están de nuevo.
Viajes fantásticos en autocaravana.
“Yasu”, adiós, Peloponeso, vamos a conocer un poquito de las tierras griegas “de más allá”
….y para ello, haremos una especie de bucle, desde la salida de Peloponeso por Patras, iremos hacia el este, luego subiremos hacia el norte para después volver a bajar hacia el sur y la costa por el oeste.
Por el camino, lugares tan míticos como Delphi y Meteora…y otras sorpresas que, al final, siempre acaba deparando todo viaje. Y éste no es una excepción.
La primera sorpresa es la parada costera, Nafkaptos, que resulta ser el antiguo Lepanto de los tiempos medievales. Así que fue exactamente aquí donde se libró la batalla naval de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, entre el Imperio Otomano y las flotas combinadas del Vaticano, España y Venecia.
¡Sí, fue aquí donde “el manco de Lepanto” perdió su brazo! En el pequeño puerto y de cara al mar, varias placas (en griego y en español) conmemoran la participación española en este evento.
Y hasta una estatua de Cervantes que preside la entrada al pequeño y coqueto puerto circular amurallado.
Por cierto, que muchas cosas se llaman Lepanto en Nafkaptos, desde bares o negocios hasta una “radio Lepanto…”.
También tiene un castillo de sucesivas fortificaciones, que preside las alturas del pueblo, una playa bonita, y muuuchos, muuuchos “páq-ques” para Noa, que está encantada descubriendo unos y otros.
Más de una vez hay que parar y bajar de la bici para montar en un columpio o un tobogán que aparece de repente…y es que la chiquilla tiene algo asi como un “radar de parques” hiper-mega sensible y casi siempre a pleno rendimiento😉. Cosas que pasan a padres con hijos pequeños…😉.
Así que entre otras cosas nos dedicamos a conocer parques…¡cómo no! Que tiene que haber un poco para todos en este viaje a tres….☺.
La temperatura sigue fresca pero el tiempo luce azul y espléndido…
En definitiva, ¡buena pernocta en Nafkaptos!
Desde aquí, al otro lado del Peloponeso, seguiremos costeando, y el paisaje es precioso, porque vamos a la orilla del mar, pero este mar aquí no es el mar abierto, sino una franja estrecha con las tierras del Peloponeso al otro lado.
Así que es todo un espectáculo, ver esa franja de mar muy azul enmarcada por las montañas blancas “del otro lado”.
A la vez, otras montañas nevadas apareciendo en el horizonte, como el cercano monte Parnassos, de más de 2.500m. Parece casi un paisaje de fiordos noruegos….
Por cierto, que llevo todo el viaje en Grecia queriendo fotografiar una cosa que hay a montooones en las carreteras…¡y de momento no lo he logrado, aaayyy!
Son una especie de mini-monasterios a los lados de la carretera, algunos son normalillos y otros cutres, pero otros son auténticas obritas de arte, y rivalizan en belleza con muchos de tamaño real. Hemos visto muchíiiisimos y son como…como…¡muy griegos! Las carreteras griegas no serían griegas sin ellos. ¡Y todavía no he hecho foto a ni unoooo!
Justo los más chulos…el que es monísimo y con unas montañas nevadas al fondo, el rústico enmarcado en un paisaje boscoso, el azul y blanco en paisaje marinero…los hay de todo tipo…pues eso, que los más chulos siempre pillan mal…que si en mitad de una curva…que si con coches detrás….que si ya lo pasamos y por no retroceder….en fin, ¡a ver si lo logro antes de cambiar de país!
Así que, aún sin fotos de los mini-monasterios pero sin contratiempos, que es de lo que se trata, nos plantamos en Delphi, un lugar especial y mágico, nada menos que…¡el Centro de la Tierra!, al menos, así era en la Antigüedad…
Delphi es de los sitios más evocadores y especiales de todas las antiguas ruinas griegas que se conservan en Grecia, que son unas cuantas.
Impresiona, primeramente, su emplazamiento, bajo enormes peñas rocosas y en las faldas del monte Parnassos, un sitio magnífico, con vistas al golfo de Corinto y a las montañas, lleno de verdor, con un valle de olivos allá abajo a sus pies…¡estos griegos de antes sabían lo que elegían!
“El oráculo de Delphi”, una mezcla de magia, mitología, creencias…peregrinos de a pie y personajes importantes de su tiempo, de cerca y llegados de rincones remotos, a consultar las más variadas cosas…aquí se decidieron desde alianzas de Imperios hasta matrimonios.
A través del enigmático Oráculo, en boca de la Pitonisa, que entraba en trance, parece ser que por unos “vapores mágicos” que emergían en un lugar concreto de esta tierra. El lugar era de importancia tal, que aquellos imperios y ciudades-estado que se consideraban beneficiados por el oráculo, regalaban (y erigían), lujosos pequeños templos (llamados “tesoros”), algunos cubiertos de oro, mármol…de los que hoy se conservan únicamente los restos. Aparte de estos “tesoros”, estaba el altar principal, dedicado al dios Apolo, y lugar principal del Oráculo, un sitio con una energía muy especial.
Y por supuesto, los habituales teatro, anfiteatro, ágora, otros templos menores…el conjunto, en fin, es increíble.
Con las pilas cargadas y nuestros oráculos personales consultados, 😉 tiramos rumbo norte….
Los paisajes se tornan montañosos, más cumbres nevadas asoman allá en el horizonte, y en cualquier sitio aparecen sorpresas como pueblos chulos en parajes campestres que se prestan a la parada de nuestra “capsulita” que es restaurante, hotel…es lo que tiene llevar la casita a cuestas!.
Y, más lejos y más al norte, nuestra siguiente parada y fonda será allá donde empiezan a asomar unas rocas “aaañes, aaañes”…¡Meteora y sus alucinantes monasterios colgados en la montaña, allá vamos!
Llegamos así al final de este Al otro lado del Peloponeso. ¡Pronto más aventuras de Marta, su familia y su autocaravana!
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Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
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