Seguimos por el Peloponeso.
Peloponeaseando….y terminando enero.

¡Bueno! Pues enero se nos iba terminando y nosotros seguíamos por tierras del Peloponeso y ya íbamos que podía dar mucho, mucho de sí. Nos adentramos en Kynouria y poco a poco yendo para Arkadia, que es la región central del Peloponeso. En principio más o menos de este a oeste y después…bueno, pues de aquí para allá recovequeando entre sitios con atractivo, que son muchos.

Uno de los aspectos más atrayentes de Grecia es su naturaleza.

Peloponeso es territorio agreste, y en cierto modo bastante remoto, con altas montañas como las Taighettos, nevadas gran parte del año, mucho verdor, costa en la que casi nunca vimos hoteles o construcciones que la afeen, bosques, olivos, cítricos, pueblos en su mayoría pequeños…

El clima depende de dónde se esté. Si en las montañas, puertos de montaña o pueblos cercanos: clima continental

Si no, clima mediterráneo cálido, y en enero muy templado, que por lo que vimos que atrae a mucho viajero del centro y norte de Europa, que se acercan por estas tierras a pasar un invierno mucho más templado que en sus latitudes. ¡Así que no éramos los únicos “forasteros” que andábamos por aquí!

Y de esos sitios chulos y variados, aquí unas muestras.

Leonidio, que se ha convertido en meca de escaladores, que vienen buscando estas paredes impresionantes de la garganta de Badron, y las temperaturas suaves que permiten escalar todo el invierno.

 

Seguimos por el Peloponeso

 

Seguimos por el Peloponeso

 

Y aquí una muestra…esta parejita de jóvenes escaladores italianos que conocimos pernoctando en Poulithra, un pueblito costero cercano a Leonidio. Greta y Leo, muy majetes, rápidamente desplegaron el mapa de Italia y nos dieron un montón de ideas para cuando pasáramos por allí. Noa al principio tenía un poco de respeto a su perro, Ramón, grandote grandote, pero acabó montada en plan caballito…A cambio nosotros les invitamos a almorzar y luego todos seguimos camino…¡buenos encuentros en ruta!

 

 

Rumbo sur las carreteras son agrestes, todo naturaleza…y alguna increíble construcción, como el monasterio de Panagias Elonis, prácticamente colgado sobre la roca.

 

Seguimos por el Peloponeso

 

 

El pueblito de montaña de Kosmas sería perfecto para pernoctar, de no ser porque….¡uuyy!!, pero cómo se ha puesto el tiempo por aquí arriba…

 

Seguimos por el Peloponeso

 

Pero en cuanto bajamos un poco, enseguida la cosa mejoró,… al despertar en Geraki, vimos desde el alto donde estábamos las nieves que habían caído en las montañas, y también la llanura que se extiende hasta el mar.

 

 

Y a tiro de piedra estaba Monemvasia, a veces llamado “el Mont St Michel griego”. Aunque las comparaciones son odiosas, la verdad que en cierto modo se parecen, pero lo particular de Monemvasia es que uno no lo ve desde lo lejos, como Mont Sant Michel, sino que lo único que se ve es la grandiosa roca que lo esconde. Y es sólo tras bordearla, y adentrarse tras un adusto arco de piedra, cuando se descubre la maravillosa sorpresa que se esconde detrás…

 

 

Detrás de la pared de roca….Monemvasia. Y entre la roca, y el agua, nosotros y alguna autocaravana más, sitio de lujo con agua y electricidad gratuitas.

 

 

Seguimos por el Peloponeso

 

Quizá por la bonita luz que disfrutamos, quizá por el armonioso conjunto que se extendía ante nuestros ojos entre el agreste espolón rocoso y el mar, quizá por la tranquilidad de una mañana cálida de enero, quizá por el efecto increíblemente estético que forman las siluetas de las casas de piedra en tonos ocres con los tejados claros y las siluetas de las cúpulas bizantinas, quizá por el aire de primavera temprana, los higos chumbos, los olivos, la malvasía, las flores,….que Monemvasia nos pareció tan, tan especial

 

 

 

Las luces cambian los sitios, si duda, y un poco más tristote lo dejamos lloviendo…

 

 

…próximo destino, Gythio y su camping Gythion Bay, abierto todo el año.
Lo de siempre: coladas…reorganizaciones…disfrutar un poco del entorno del camping (aunque llovió parte del tiempo), que se extendía al pie de la bonita playa de Mavravoula.

 

 

Había mucho ambiente autocaravanero en este simpático y bien llevado camping a la orilla del mar y entre olivos y naranjos.
Viajeros de diversas partes de Europa, desde Suiza hasta Rumanía…muchos olivos de los que hacen un rico aceite que compramos allí mismo…naranjas y mandarinas que pueden cogerse a libre disposición….margaritas en la hierba, y olor a primavera temprana…

 

 

Seguimos por el Peloponeso

 

Seguimos por el Peloponeso

 

Y desde aquí, tomamos rumbo a las tierras del mítico Mani, y además… preparados para recibir compañia, porque los siguientes días…¡fuímos un pasajero más “dando cambolitas”! Teníamos una visita en ruta muy muy especial: ¡nuestra querida Yolanda!. ¡¡Bienvenidaaaaa, amiga!!

 

Seguimos por el Peloponeso

 

 

Más de Marta Sánchez y su gran viaje en autocaravana en El Viajero Accidental:

 

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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