La senda costera entre Castropol y Figueras

Hoy nos vamos a la senda costera entre Castropol y Figueras. Una ruta de senderismo entre estas dos villas de la marina occidental asturiana, ideal para hacer entre amigos, que es lo que hicimos nosotros.

Vamos primero a situarnos. La senda costera entre Castropol y Figueras bordea la Ensenada de la Linera, parte de la Ría del Eo. En el lado oriental de esta ría se encuentran las villas asturianas de Castropol y Figueras, en el lado occidental se encuentra ya la villa lucense de Ribadeo. Ambos lados, el gallego y el asturiano, unidos desde hace tiempo ya por el impresionante Puente de los Santos.

Aquí os dejamos mapa como referencia para poder hacer esta ruta de senderismo.

Este verano de 2020 ha sido para nosotros de turismo nacional, nos hemos ido hacia al norte y os hemos contado mucho sobre nuestros recorridos por Galicia y la marina occidental asturiana. Esta ruta asturiana por la senda costera entre Castropol y Figueras es parte de este verano dedicado al turismo de cercanía.

Nuestros amigos Mila y Jesús que pasan los veranos en Tapia de Casariego nos hablaron de esta senda y no pudimos resistirnos.

4km de senda lineal, de una dificultad pequeña, que se pueden hacer en las dos direcciones y que nosotros decidimos comenzar en la villa de Figueras.

Partiendo de Figueras

Partimos desde esta villa en su día sobre todo marinera y que hoy disfruta de una considerable actividad naviera.

Figueras tiene un importante patrimonio arquitectónico: el edificio de la Cofradía de Pescadores, la Torre del Reloj, la capilla de San Román, el palacio de Pardo Donlebún y el Palacete Peñalba. Una combinación de edificios de cuando era una villa esencialmente marinera junto con muestras de art nouveau. Y en especial lo que destaca de Figueras es su disposición en descenso hacia el mar, hacia su puerto, lo que hace que tenga unos miradores preciosos.

Y ya sin más retraso comenzamos nuestra ruta por la senda costera entre Castropol y Figueras.

La senda está señalizada constantemente por paneles informativos, mojones y señales que indican en dónde se encuentra el caminante y también mostrando las áreas de descanso y puntos de especial interés. El entorno es realmente bellísimo, vamos a dividirlo en varias etapas.

Comenzando la senda entre naturaleza

El comienzo de la senda es una inmersión en la naturaleza, con vistas hacia el otro lado de la Ensenada de la Linera viendo así al fondo Castropol. A la derecha vamos dejando algunas playas como la de Peñalba.

El recorrido es entre bosque, lo cual lo hace además agradable y suave en verano.

El Palacio de las Torres de Donlebún

Un lugar que nos llamó particularmente la atención en nuestro recorrido fue el Palacio de las Torres de Donlebún.

El palacio es originalmente del siglo XVI, terminado probablemente en 1711 por posteriores reformas. Está siendo restaurado para convertirlo en un hotel. El entorno es muy atractivo y no pudimos resistirnos a visitarlo.

Sobre la puerta se encuentra el escudo de la familia de los Pardo-Donlebún, familia con otros edificios reseñables en Figueras. Se cree que en este palacio nació Sancho Pardo-Donlebún, experto marino del siglo XVIII y participante en la incursión de la Armada Invencible.

Restos del Molino das Acías y la playa de La Linera

Seguimos bordeando la Ensenada de la Linera y nos encontramos con un antiguo molino en el que se aprovechaba la bajamar para impulsar las hélices del molino mientras se vaciaba lentamente el embalse. Cuando el nivel del mar sube , se abren las compuertas y se llena una zona de reserva, en la cual el agua queda retenida. Durante el descenso de la marea o en la marea baja, las válvulas que regulan la salida de agua se abren y el agua almacenada en la zona de reserva se vierte hacia el mar, impulsando la rotación de la rueda del molino.

Nuestra siguiente parada es el Viaducto del Esquilo donde se asienta una pequeña carpintería de ribera. Es esta una zona que nos gustó en particular.

Está aquí la playa de la Linera, lugar donde se asentaban tradicionalmente las carpinterías de ribera en las que se construían las embarcaciones de pesca. La vista de la ensenada es magnífica y también permite observar toda la actividad de cultivo de ostras y moluscos de la Ría del Eo (con la marea baja, claro).

Continuando por la ribera de la ensenada hasta llegar a Castropol

Continúa el recorrido ahora ya entre árboles acercándose a la villa de Castropol.

Merece la pena detenerse en el Peñón de Salías, donde hay un área de descanso, para desde ahí admirar una vista hacia Figueras y Ribadeo. La villa asturiana a la derecha y la lucense a la izquierda, verdaderamente bello el entorno. Una conjunción del azul del agua, el verde de los prados y el contrapunto espectacular del Puente de los Santos.

El recorrido termina en el puerto de Castropol. Al acercarnos podemos disfrutar de la gran belleza de la villa asturiana. Con la iglesia de Santiago Apóstol en lo alto dominando con su torre acabada en aguja, se eleva sobre esta parte de la Ría del Eo con elegancia. En el puerto llaman la atención las pequeñas embarcaciones marineras con su característica vela latina.

Es muy importante destacar las múltiples opciones que hay para este recorrido. como ya hemos explicado, puede comenzarse desde cualquiera de las dos villas. en el caso de comenzar en Castropol el sitio perfecto para dejar los coches es el parking público que hay al comienzo de su puerto.

Pero hay otra opción que nos parece muy, muy atractiva. Se puede regresar de una villa a otra también en barco. Esta es una opción solo para el verano, pero que desde luego recomendamos. Para muestra este vídeo con la llegada al puerto de Castropol. Pinchad en esta frase y aquí encontráis información sobre los servicios de pasaje.