El guionista y el dibujante de Asterix y Obélix nos mostraron una aldea gala que se resistía a la romanización. Sus divertidas aventuras nos presentan la vida de un poblado celta. No podemos transportarnos en el tiempo pero si trasladarnos hasta Porto do Son, en la provincia de A Coruña, donde se conserva un castro, es decir un poblado celta fortificado, en buenas condiciones y con una ubicación envidiable.

Se sitúa en una preciosa península, en la parroquia de Baroña, rodeada del océano Atlántico. Como la mayoría de los castros está en un lugar alto, poseyendo así buenas condiciones de visión que le otorgan ventaja en una posible guerra o escaramuza.

En Baroña el asentamiento celta data de la Edad del Hierro, su castro se enmarca dentro de la cultura castreña que se desarrolló en la parte noroeste de la península, desde el río Duero hasta Asturias, León y Zamora.

En Galicia los castros son especialmente abundantes, se han contabilizado más de dos mil.

El de Baroña es un magnífico ejemplo de castro marítimo. Se encuentra bien protegido, para su defensa se excavó, en el istmo que une la península con el pueblo, un foso de dimensiones considerables y detrás una doble muralla

Se accede al interior por una puerta monumental con escalinata. Una vez dentro podemos observar unas treinta construcciones de forma redonda u ovalada, no todas servían como vivienda, se piensa que eran usadas para desarrollar actividades artesanales o como almacén. Podemos observar que las distintas construcciones se van adaptando a la orografía del precioso promontorio sobre el mar.

Se cree que la economía de sus moradores se basaba en el mar, alimentación y venta de sus productos -pescados y mariscos- y también en una agricultura destinada al autoconsumo. Por razones desconocidas en el siglo I d. C. los moradores abandonaron el lugar.

 

 

El viento y el mar fueron erosionando este preciso lugar, hasta que el yacimiento fue descubiero en los años treinta del pasado siglo por Sebastián González García, posteriormente se hicieron algunas intervenciones y en el pasado año 2012 se realizó una importante rehabilitación.

Su acceso es gratuito y está bien señalizado. Desde la carretera bajamos por un camino bien indicado. Si vuestra visita es a la hora de la puesta de sol pero aún con luz, su belleza os dejará impactados.

¡Seguiremos recorriendo Galicia de cabo a rabo! ¡Hasta la próxima!

 

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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