Te vamos a seducir con Verona. Sí, ya sabemos que suena un poco facilón, seducir, Romeo y Julieta…
Pero nosotros caímos, estuvimos dos días y volveremos. ¿Por qué? Por dónde empezar…Vamos a ver, te lo vamos a poner fácil, con unos recorridos que no te agobien, porque de verdad que la palabra inolvidable se queda corta.
Vamos a empezar nuestros dos días en Verona | empezamos con su Arena e historia. Todo lo que quieres saber, volverás, no lo dudes.
Verona, muy al norte de Italia.
Te hemos hablado ya de nuestro recorrido por el Véneto, esa llanura en el nordeste de Italia, muy cerca ya de los Alpes.
Vamos a situarte primero. A poco más de 1 hora por la súper transitada E-70, o cómodamente por tren, Verona está muy cerca de Venecia.
De hecho el tren es una buena opción para llegar desde Venecia. Porta Nuova, su estación de tren, está razonablemente cerca del casco antiguo.
Si vas a hacer un recorrido más amplio por el Véneto y alquilas coche, como hicimos nosotros, te recomendamos buscar la estancia por fuera de la corona que forman las vías SS12 y SP1. Las distancias no son grandes y aparcar en el centro es complicado (y caro).
La posición de Verona es claramente estratégica. Desde su fundación en el siglo I a.C. por los romanos, ha sido un cruce de caminos que da paso a los Alpes italianos, austriacos y más allá a Suiza y Alemania. La influyente Múnich está a apenas 400km. Y más al oeste se encuentran las poderosas ciudades italianas de la Lombardía y el Piamonte: Brescia, Milán, Turín…
Verona es fiel reflejo de la variadísima historia de las ciudades del norte de Italia. Fue importante centro romano, ciudad independiente bajo el dominio de la familia Escala y después pasó sucesivamente por las manos de la Serenísima República de Venecia, la invasión francesa y la austriaca.
Y es esa variedad abrumadora la que te vamos a contar porque se traduce en arquitectura, arte, estilo de vida y gastronomía.
¿Por dónde empezamos? Vamos a su parte más antigua, te llevamos con calma.
Vamos a repartir este recorrido por Verona en dos días, en dos artículos.
El primero lo vamos a centrar en tres lugares, geográficamente cercanos y para darte una primera visión de la ciudad, la de su pasado más antiguo. Este mapa con el recorrido te los sitúa en la ciudad.
La vía Corso Porta Nuova lleva directamente a la Cittadella, antesala de la ciudad antigua. Hoy te vamos a llevar a la Arena, el teatro romano, después al Castelvecchio y por último a la Basílica de San Zenón.
La Arena de Verona, el origen romano de la ciudad.
La Arena (anfiteatro) de Verona fue construido a mediados del siglo I d.C. y es uno de los mayores de Italia. Podía albergar hasta 30.000 personas y en él se celebraban luchas de gladiadores, así como la caza de animales salvajes. Se encontraba de hecho fuera de las antiguas murallas romanas, para así permitir más afluencia de público.
La Arena preside la Piazza Bra y los jardines de Víctor Manuel II. Es posiblemente el entorno más turístico de la ciudad, con sus terrazas cubiertas orientadas hacia los jardines y la Arena.
La verdadera altura del anfiteatro no se adivina actualmente. Los bárbaros utilizaron parte de la construcción para ampliar la muralla de la ciudad en tiempos de Teodorico. Y en 1123 un terremoto también dañó la Arena.
El Festival de Verona.
El Renacimiento recupera la Arena para diversos usos y con el paso del tiempo pasan por ella oficinas de la Administración de la ciudad, artesanos, etc.
Es en 1913 cuando se produce un cambio determinante en el uso de la Arena.
En el año del centenario del nacimiento de Giuseppe Verdi, el tenor Giovanni Zenatello y su esposa, la mezzosoprano María Gay, promueven celebrarlo con la representación de la ópera Aida.
Desde entonces El Festival de Verona es una cita anual obligada para los amantes de la ópera. Esto permite que el estado actual del anfiteatro sea magnífico y es un reclamo más para el turismo de la ciudad.
Desde la Verona romana al Castelvecchio. Seguimos con nuestros Dos días en Verona | Empezamos con su Arena e historia.
Y desde la Piazza Bra, donde se encuentra la Arena, nos vamos a dirigir ahora hacia el oeste de la ciudad. Vamos a irnos al Castelvecchio, en la ribera del Adigio.
FOTO DEL PATIO INTERIOR
Aquí en Castelvecchio nos encontramos con la familia Escala, o della Scala en italiano. Hablar de los Scala es hablar del esplendor de Verona en los siglos XIII y XIV, antes de que sucumbiera a las potencias circundantes.
El Castillo Viejo, Castelvecchio, ahora un museo, fue construido entre 1354 y 1356 por orden de Can Francesco II della Scala (llamado Cangrande II). Su fin era guardar el lado norte de Verona, justo al borde del río Adigio. Cangrande llegó a ostentar el cargo de Capitán General de la Liga Gibelina y con él Verona extendió su poder a Vicenza y Mantua.
Los della Scala (los Scaligeri como se les denomina en Italia) dominaron Verona en los siglos XIII y XIV, hasta que en 1387 fueron anexados a Milán por la familia dominante, los Visconti.
La historia de los Scaligeri es pura historia de las ciudades-estado italianas del Renacimiento.
El museo.
Y en el Castelvecchio museo nos encontramos con la presencia de Dante, el poeta renacentista. Fue Cangrande I uno de sus protectores, y Verona una de sus ciudades preferidas, como se recuerda en este cartel que conmemora los 700 años de la muerte del poeta italiano. No hay que olvidar que Dante era uno de los más eminentes Gibelinos, es decir aquellos que defendían la preminencia del poder terrenal (reyes y príncipes) sobre el poder papal (los Güelfos).
El museo está distribuido en treinta salas y en campos relacionados: escultura, pintura italiana y extranjera, armas antiguas, cerámicas, joyas, miniaturas y antiguas campanas ciudadanas.
El castillo, que acoge el museo, en sí mismo consta de dos partes separadas mediante un pasadizo dominado por un torreón. A nosotros nos encantó y tuvimos la inmensa suerte de poder visitarlo casi solos.
Una maravilla que no hay que perderse: la Basílica de San Zenón.
Tras nuestra visita al museo-castillo de Castelvecchio, seguimos con Dos días en Verona | Empezamos con su Arena e historia.
Nos dirigimos ahora hacia el noroeste, siguiendo el río Adigio en dirección a San Zenón.
Está a poca distancia andando y además se puede hacer por un agradable paseo a la ribera del río.
Y tras ese corto paseo, llegamos a San Zenón.
Esta basílica es sin duda de lo que más nos gustó de Verona. Es el edificio religioso más conocido de Verona, y solo por nombrarlos aunque sea una vez, en su cripta la tradición dice que se casaron Romeo y Julieta…no nos extraña.
Como es habitual en Italia, la arquitectura de la basílica es una acumulación de capas procedentes de siglos y siglos de historia.
San Zenón murió en 380. Sobre su tumba, se erigió la primera iglesia, de pequeño tamaño, por Teodorico el Grande, rey de los ostrogodos. Fue destruida en el siglo IX, pero fue inmediatamente reconstruida por el obispo Rothaldus y el rey Pipino de Italia. Este edificio fue a su vez destruido por una invasión magiar a principios del siglo X.
Finalmente, en 967, el obispo Raterius construyó el actual edificio románico, con la ayuda financiera del Emperador Germánico, Otón I. Y no fue hasta 1398 que la basílica alcanzó su forma actual con la reconstrucción del tejado y del ábside en estilo gótico.
A nosotros lo que nos encantó de entrada fue la fachada que combina la toba blanca con el mármol rosa.
De ahí al interior, con su planta de cruz latina. Y el presbiterio que se alza sobre la cripta y es accesible mediante las escaleras de los laterales.
Anejos a la basílica se encuentran también la iglesia de San Próculo, del siglo VI o VII, y una abadía del siglo IX con su claustro.
Y para reposar, un poco de gastronomía local.
Y como ya te hemos contado hasta ahora, nuestro gran privilegio fue poder pasear por Verona con la tranquilidad de saber que vas a encontrar sitio.
¡Vaya que lo encontramos!!
Justo al lado de San Zenón está la Osteria Abazia Verona, y allí nos sentamos. Allí disfrutamos de unos de los platos más ricos de nuestra estancia en el Véneto: bigoli con ragù d’anatra. Pasta fresca algo más gruesa que los tallarines o espagueti, con un ragú de pato. Te dejamos la receta, no te quejarás eh!!
Y hasta aquí llega nuestra primera etapa, Dos días en Verona | Empezamos con su Arena e historia.
No tendrás que esperar mucho para la segunda entrega!!!!
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Nota del autor: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
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