Fecha última actualización 28/07/2018 por El Viajero Accidental

Reseña publicada en El Libro Durmiente

 

El Premio Booker de 2009 es una tensa descripción de la ambición del político inglés del siglo XVI Thomas Cromwell y sobre todo de su personalidad.

Es una novela histórica, sin duda, pero eso no debe distraer nuestra atención de lo verdaderamente relevante en ella. Ni el influjo de Ana Bolena sobre Enrique VIII, ni la propia personalidad voluble del rey inglés deben primar sobre lo que es el núcleo del relato: la implacable ascensión de Thomas Cromwell al poder.
Lo que más fascina en mi opinión del estilo de la escritora inglesa es la forma en la que crea el personaje de Cromwell. Lo bosqueja usando anécdotas de su vida, comentarios del resto de personajes e incluso usando el propio monólogo interior del político. Su compleja personalidad crece, se expande. Se sobrepone a la caída de su protector, el cardenal Wolsey, que por un momento le deja en aparente vulnerabilidad. Desde ese momento los acontecimientos se desarrollan con aparente naturalidad. El rey Enrique se vuelve más y más dependiente de Cromwell, incluso más de lo que perece ser de Ana Bolena.

El estilo de Mantel no es fácil de seguir con sus continuas escenas retrospectivas de la vida de Cromwell, de su niñez, de su juventud en Italia (ver el artículo sobre Florencia en elviajeroaccidental). Es muy interesante su relación con su hijo Gregory, en la que se percibe una mezcla de decepción y al tiempo el alivio del padre que ve que su hijo elige una vida menos implacable, menos violenta.
Aunque la historia se va desarrollando con aparente normalidad, no es fácil sorprender al lector con hechos históricos muy conocidos, la tensión que crece a medida que se acerca la ejecución de Tomás Moro se describe con belleza e intensidad. Cromwell muestra su humanidad al tratar con Moro, muestra el hecho de que preferiría que el antiguo Lord Canciller se mostrara transigente, que se comportara como un político y no como un mártir. Es en la descripción de esos días cuando Hillary Mantel muestra con claridad que Cromwell era un ministro moderno, un hombre enfocado en los objetivos de su rey y los suyos propios, no en verdades o principios inmutables.

La novela es un bello retrato de un político moderno en un mundo pre-moderno.

 

Nota del autor: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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