San Vicente de la Barquera iglesia y castillo. Nos vamos esta semana a la villa marinera cántabra, la que bañan los ríos Escudo y Gandarillas. La del puente de la Maza.  

 

Poca presentación requiere San Vicente, pero vamos a situarnos.

En la costa occidental de Cantabria, cerca ya de Asturias se encuentra San Vicente de la Barquera.

Su entorno es pura naturaleza, resguardada en la ría que forman dos ríos: el Escudo y el Gandarillas. Por un lado la amplitud a oriente que sortea el famoso puente de la Maza, el que te concede deseos si lo cruzas sin respirar.

Y a occidente el Brazo Mayor, la belleza del río Gandarillas al llegar a San Vicente.

 

 

 

Un poco de historia.

No es posible hablar de San Vicente separándola del mar, de la mar.

San Vicente formó parte de las famosas “Cuatro Villas de la Costa”. Es decir, aquellas a las que Alfonso VIII otorgó fuero. Fueron Castro Urdiales (1163), Santander (1187), Laredo (1200)​ y la propia San Vicente de la Barquera (1210).

Estas villas se beneficiaron de su situación, puertos naturales importantes, y del comercio y construcción naval.

La disponibilidad de madera de alta calidad (como castaño, haya, roble y ciprés) junto con esos puertos naturales, ayudó a crear astilleros. Y la lana castellana era otra fuente de ingresos.

Se empezaron a fundar, a partir del siglo XII, las cofradías. Estas hermandades marítimas se convirtieron en instituciones articuladoras de la vida política.

Es el siglo XIII en el que la villa comienza su auge económico. Este auge fue posible gracias al comercio marítimo y los derechos de pesca.

 

 

En San Vicente se desarrollan las “chalupas de San Vicente”, naves de unos 15 metros de eslora que por su agilidad y versatilidad se usaron ampliamente por la Corona de Castilla. Incluso en los viajes colombinos se cree que participaron.

La villa mantuvo un sistema de gran rendimiento económico en los siglos XV y XVI. Mantenía una flota constante de unas 50 0 60 chalupas que explotaban durante todo el año. En verano acercándose a Irlanda para pescar, para después en septiembre bajar hasta Andalucía con su producto.

Permanecían allí durante el invierno pescando y volvían a San Vicente en primavera cargados de trigo.

Su decadencia se produce ya en el siglo XVI.

Participó en las Juntas de Puente San Miguel (los famososo Nueve Valles), interviniendo en la formación de las Ordenanzas de la provincia de Cantabria (1779). Se constituyó como ayuntamiento constitucional en 1822.

 

 

La iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles.

Para llegar a la iglesia hemos de ascender a la Puebla Vieja de San Vicente. La que estaba rodeada de la muralla y que dominaba estratégicamente la ría.

Camino de la iglesia nos topamos con el palacio de la Familia Corro. Este palacio renacentista es ahora sede el ayuntamiento. Fue construido por el siglo XVI por el inquisidor Antonio del Corro como hospital para los pobres enfermos.

 

 

Nos encontramos también en nuestra ascensión con el Hospital de la Concepción. Construido entre los siglos XIV y XVI, está estrechamente ligado a los peregrinos del Camino de Santiago.

 

 

 

 

 

Llegamos a la iglesia.

Se trata de uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura gótica en Cantabria. Su construcción se inició en el siglo XIII, prolongándose a lo largo de los siglos siguientes con otros añadidos.

El rey Alfonso VIII pidió a su secretario Miguel, en el año 1210, que cuidara de la edificación y mantenimiento de la nueva iglesia de San Vicente de la Barquera. El grueso principal de la iglesia quedará finalizado en el siglo XIV.

 

 

 

 

 

 

Ya en el siglo XV empiezan las reformas, con capillas laterales. Luego, hacia el año 1530, se empiezan a añadir: el crucero, el ábside y la torre, así como la capilla de la familia Corro con un “arco angrelado”, esto es, el adornado en su intradós con recortes en forma de arcaduras, la cripta, la sacristía con portada flamígera y el coro alto. A finales del siglo XIX pertenece la torre de campanas.

Del interior destaca la escultura exenta, principalmente la capilla funeraria de la familia Corro.

La pieza más destacada es el sepulcro renacentista del inquisidor Antonio del Corro, quien falleció en el año 1556; está realizado en mármol y se cree que su autor fue Juan Bautista Vázquez, el viejo. También está el sepulcro de sus padres, en alabastro.

 

 

 

 

 

 

 

 

El Castillo de San Vicente.

En la Alta Edad Media, este territorio fue repoblado por Alfonso I de Asturias a mediados del siglo VIII. Se alzó entonces el castillo, y alrededor de él fue creciendo la villa.

El Castillo de San Vicente, conocido también como Castillo del Rey, se encuentra en la Puebla Vieja. Es un Bien de Interés Cultural de Cantabria, con categoría de Monumento.

 

 

El Castillo del Rey cierra la muralla de la villa.

Sus muros actuales son posteriores, del siglo XIII en adelante. Formó parte del sistema defensivo de la villa de San Vicente, junto con las murallas. Fue restaurado en los años 1990. Actualmente se usa como museo y para exposiciones.

Se alza sobre una elevación rocosa, adaptándose su planta a las irregularidades del terreno. La forma general del castillo es alargada, de más de cincuenta metros de largo por unos veinte de ancho. Tiene dos torres: una de planta cuadrada al este y otra con forma de pentágono al oeste. Las une un cuerpo central, que en el pasado estuvo abovedado.

 

San Vicente de la Barquera Iglesia y Castillo

 

 

 

 

San Vicente de la Barquera iglesia y castillo, llegamos a nuestro final del recorrido.

Y no nos podemos despedir sin esa foto que resume todo sobre esta villa. La mar, los barcos, la Puebla Vieja, el Castillo, la Iglesia y los Picos de Europa al fondo (cortesía de Turismo de Cantabria).

 

San Vicente de la Barquera Iglesia y Castillo

 

 

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Nota del autor: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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