Los Accidentales estuvimos en Tallín la joya medieval del Báltico, el pasado verano. Tallín es una abigarrada concentración de historia, arte y arquitectura. Una ciudad pequeña y coqueta.

 

Tallín la joya medieval del Báltico

Tallín joya medieval

 

Tallín, capital de Estonia, concentra en muy poco espacio siglos de historia turbulenta. Su situación entre el gigante ruso al norte y este, el gran vecino sueco al oeste y la influencia alemana al sur ha contribuido a convertirla en un crisol de influencias.

Ya en el siglo X aparece Tallín con varios nombres, Koluvan para los eslavos y Lindanise para los escandinavos. Pero es en el siglo XIII cuando los daneses la ocupan y la bautizan Reval, nombre que mantuvo hasta el siglo XX.

Tallín la joya medieval del báltico tuvo su época dorada en el medievo como parte de la Liga Hanseática. Esta asociación comercial de ciudades, bajo influencia germánica, acogió a Tallín con los brazos abiertos. La ciudad estonia era un punto ideal para el comercio entre este y oeste.

 

Tallín la joya medieval del Báltico

Pasado y presente resumido

 

Tallín pasó a lo largo de su historia de unas manos a otras, es lo que tiene cuando tus vecinos son tan poderosos. Estuvo bajo influencia germánica hasta el siglo XVI y eso se nota en múltiples lugares, como la Catedral Mayor con sus tumbas de caballeros teutónicos, una colección digna de visitar.

 

 

A continuación la dominación fue sueca, de hecho hasta la Gran Guerra del Norte de 1710 en la que el empuje del zar Pedro I el Grande de Rusia hace que Tallín caiga bajo la órbita rusa.

El Imperio ruso concede a Estonia un estatus especial, el Ducado de Estonia, incluso manteniendo el alemán como lengua oficial. Sin embargo a finales del siglo XIX las políticas de rusificación acaban con esta situación aboliendo el estatus especial de la entonces llamada Reval. Estonia no sale ya de esta órbita hasta que la Unión Soviética colapsa a principios de los años 90 del siglo XX.

 

 

Recorriendo Tallín la joya medieval del Báltico

Recorrer Tallín es fácil, pero ojo, hay mucho que ver.

La estructura urbana se basa en una colina, la Toompea, que domina la ciudad vieja que está a sus pies y rodeada por la muralla. En Toompea están las catedrales principales, los miradores y el parlamento estonio.

En Toompea han vivido históricamente las autoridades políticas y eclesiásticas. Por eso se encuentran allí la Catedral Mayor, que ya hemos visto, y la catedral ortodoxa de Alejandro Nevsky. Esta es un fiel reflejo del proceso de rusificación que se acentúa a finales del siglo XIX.

Su aspecto exterior es el típico de las catedrales ortodoxas con sus cuatro cúpulas en forma de cebolla. Pertenece al estilo historicista ruso típico del siglo XIX.

 

 

También está en Toompea el parlamento estonio.

 

Parlamento de Estonia

 

La posición elevada de Toompea permite disfrutar de vistas de la ciudad vieja desde dos principales miradores: Kohtuotsa y Patkuli.

 

 

 

A partir de aquí vamos a bajar a la ciudad vieja para disfrutar de esta joya medieval.

Para bajar a la ciudad amurallada se pueden seguir dos vías principales: las calles de la Pierna Larga y la Pierna Corta. La calle de la Pierna Larga es más amplia y su puerta amurallada refleja la mala relación entre los habitantes medievales de Toompea y los de la ciudad vieja, puesto que se cerraba todas las noches.

 

 

La calle de la Puerta Corta tiene un atractivo, en su parte alta se encuentra el Jardín del Rey de Dinamarca.

Y también encontramos en la misma calle una referencia al pintor Michel Sittow que había trabajado en la corte española de Carlos I.

 

Tallín la joya medieval del Báltico

Casa del pintor M. Sittow

 

Y por esta calle llegamos al ayuntamiento y a su plaza. El ayuntamiento data de principios del siglo XV y se encuentra en excelente estado de conservación. Actualmente se usa también como sala para exposiciones, aunque conserva su uso para la celebración de plenos. Históricamente aquí se reunía la directiva elegida por los gremios, que de acuerdo a las normas hanseáticas que emanaban de la ciudad alemana de Lübeck, gobernaba Tallín.

 

 

Desde el ayuntamiento nos acercamos a la Iglesia del Espíritu Santo, la Calle Larga y los Gremios.

En primer lugar al salir de la plaza del ayuntamiento nos encontramos con la iglesia del Espíritu Santo. Esta iglesia, inconfundible gracias a su reloj, data del siglo XIV. Su interior acoge un abanico muy valioso de obras de arte, desde grabados, sillería hasta el altar mayor.

Se la considera la catedral de los estonios, habiéndose impreso aquí el primer libro en lengua estoniana: un catecismo elaborado por Wanradt y Koell.

 

 

Es desde la iglesia del Espíritu Santo que nos podemos encaminar por la Calle Larga (Pikk) y observar el poder de los gremios en esta ciudad. Como ya hemos comentado, su pertenencia a la Liga Hanseática la hizo prosperar, y en ese contexto los gremios profesionales jugaban un papel primordial.

En concreto merece la pena pararse a admirar la fachada de la Casa de la Hermandad de los Cabezas Negras. Era esta una hermandad de gremios de comerciantes solteros en la edad media. Una curiosidad es que eran los encargados de levantar el árbol de Navidad en la plaza del ayuntamiento, siendo así Tallín la primera ciudad europea en adoptar esta tradición.

 

Tallín la joya medieval del Báltico

Casa de los Cabezas Negras

 

Son también dignos de una visita los edificios llamados las Tres Hermanas en la Calle Larga. Son representativos de las casas típicas de los hombres de negocios de la época dorada de Tallín.

 

 

Cuando hablamos de Tallín la joya medieval del Báltico, tenemos que hablar de su muralla y de la calle Viru. Las dos torres a la entrada de la calle Viru dan una idea de lo que era esta ciudad amurallada. La muralla puede visitarse en varios de sus puntos.

 

 

La ciudad vieja invita a adentrarse por sus rincones medievales. Como por ejemplo el pasaje de Santa Catalina.

 

 

Y por último vamos a hablar del Hotel donde nos hospedamos y un descubrimiento gastronómico.

Nos quedamos en el hotel San Olav, en un edificio antiguo que nos gustó bastante. Al mantener la estructura antigua, algunas de las vigas aparecían por los sitios más insospechados.

 

 

Y en cuanto a la gastronomía, nuestra experiencia fue limitada. Pero sí que en parte por suerte y en parte por curiosidad, llegamos a un restaurante en el sótano del Tallinna Linnateater (ubicación aquí) que es un teatro al aire libre en la calle Lai. Allí disfrutamos de un Gulash muy bueno, aparte de unos entrantes (queso y pescado) típicos de Estonia.

 

 

Dos días estuvimos en Tallín y de allí partimos hacia Helsinki, ¡¡¡¡de la que muy pronto hablaremos!!!!

 

 

Links en este artículo:

capital de Estonia

Liga Hanseática

Pertenece al estilo historicista ruso típico del siglo XIX

Casa de la Hermandad de los Cabezas Negras

calle Viru

pasaje de Santa Catalina

Tallinna Linnateater (ubicación aquí)

 

Más sobre el Báltico en El Viajero Accidental:

 

Nota del autor: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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