Fecha última actualización 19/10/2024 por El Viajero Accidental

Paseando por Vigo, hoy ciudad industrial, moderna y cosmopolita es difícil imaginarse una villa medieval con una muralla desde el Castro hasta A Laxe.

Pero lo cierto es que la antigua existencia de una muralla nos ha dejado su huella en nombres de lugares como la Puerta del Sol, la Puerta Gamboa… y asoma también en el baluarte de San Sebastián y en la fortaleza de O Castro.

 

Castillo del Castro y Batería del Rellano
La verdad es que hoy cuesta imaginar la ciudad rodeada de una muralla defensiva. Podría parecer que su orografía bastase para su defensa. Pero nada más lejos de la realidad, como muchas ciudades gallegas era asaltada continuamente. Principalmente eran los piratas ingleses quienes se acercaban a nuestras costas.

Muchos fueron los ataques pero el pirata más famoso en arrasar la villa fue Francis Drake, a finales del siglo XVI. Entonces Vigo no tenía muralla defensiva y aún continuó así bastante tiempo porque no había medios para ello.

Fue medio siglo después cuando se empezó a construir a toda prisa ya que la cosa se complicó: entramos en guerra con los portugueses. El Castillo de Castro, construido en lo alto del monte del mismo nombre, se rodeó de un recinto amurallado con salientes donde se ubicaron los distintos baluartes. Esta tipo de fortaleza poligonal se conoce como fortalezas en forma de estrella.

 

Forma de estrella

 

El sistema defensivo de la villa se completaba con la fortaleza de San Sebastián, hoy desaparecida. Su solar lo ocupa el horroroso ayuntamiento nuevo y la plaza que tiene delante. Para quien no conozca Vigo puntualizaremos que el edificio del ayuntamiento es el que se encuentra a la izquierda de la garita en la siguiente fotografía. Y además existían unas murallas que llegaban hasta a Laxe y volvían al Castro.

Ayuntamiento desde O Castro

 

Aún así la protección de la ciudad era insuficiente. Las murallas fueron hechas con poco dinero, a toda prisa, con cascotes y piedra irregular. Además la ubicación de la fortaleza de O Castro está bastante alejada del mar. Y ese Mar Oceánico, como se le llamaba entonces, estaba lleno de depredadores a la rapiña. Una prueba de ello es la famosa batalla de Rande en la cual la ciudad fue arrasada y saqueada, después de que en el estrecho de Rande las tropas angloholandesas hundiesen los galeones españoles que venían cargados de tesoros de las Américas. Esta batalla llamó la atencion del escritor Julio Verne, quien en 2000 leguas de viaje submarino puso al capitán Nemo a buscar los tesoros de Rande, encontrándolos gracias a tener el Nautilus. Es muy interesante el artículo y el podcast que hemos dedicado ya a la batalla de Rande.

El endeble sistema defensivo vigués motivó que en la fortaleza de el Castro, tras una primera muralla se construyeran dos recintos amurallados más para lograr un sistema defensivo mejor. De manera que la fortaleza fue construida en tres fases y totalmente completada en el año 1695.

El primer recinto con la fortaleza en su interior, se conserva en su totalidad. En segundo recinto amurallado está casi entero. Y el tercero ha desaparecido, su lugar lo ocupa la carretera que circunvala el monte. En fotografías podemos apreciar los 3 anillos de los que hablamos, teniendo en cuenta que el tercero sería la citada carretera. Se distingue también esa forma de estrella.

 

Merece la pena visitar esta fortaleza, no sólo por su belleza y las vistas que se contemplan desde ella, sino también porque ahora se puede realizar una visita guiada y recorrer los túneles que la atraviesan que han sido recientemente rehabilitados. La visita a los túneles se realiza con el hilo argumental de otra batalla contra los ingleses, en esta ocasión es la acontecida tan solo 17 años después de la batalla de Rande: el asedio a la fortaleza del Castro en 1719.

 

Los ingleses ganaban en número, la población recibió la orden de huir al interior y en la fortaleza se encerraron para resistir diez compañías de militares, apenas cuatrocientos hombres, y otros cuatrocientos civiles armados con lo que podían. El mando inglés decidió destruir la fortaleza a cañonazos. Los vigueses se encerraron en unos túneles horadados debajo de la muralla pero el bombardero fue de tal intensidad que tuvieron que rendirse, tras cinco largos días de asedio.

 

Esta batalla hoy puede revivirse adentrándose en los túneles bajo el sonido de las bombas, que simulan el terrible ataque inglés. Os puedo asegurar que el ruido es ensordecedor. Esta visita con guía es gratuita pero hay que concertarla con anterioridad llamando a los teléfonos del Concello de Vigo: 010 si llamas desde fijo o 986 810 260 si llamas desde móvil.

Los túneles son dignos de ver, están excavados de forma manual en roca granítica. Además la visita esta musealizada y se realiza acompañados de un guía, quien además nos explicará las distintas edificaciones que vemos, como el polvorín y el patio de armas. En el polvorín asistiréis a la proyección de un vídeo en el que nos refrescan lo que nos han ido contando durante la visita.

Antiguo polvorín
El polvorín

En el espacio del Patio de Armas se encuentran 5 mástiles, con el nombre de cinco barcos que llegaron a asolar la ciudad. Es algo simbólico que representa los muchos barcos que atacaron la villa.

Patio de Armas de O Castro

 

 

A lo largo de la historia los ingleses no pararon de incordiar, pero no fueron los únicos. Un siglo más tarde del asedio a el Castro fueron los franceses -con Napoleón como emperador- quienes atacaron y conquistaron Vigo. Eso sí, les duró poco porque la plaza pronto fue recuperada, apenas tres meses. Hoy en día esta gesta se conmemora con la fiesta local de La Reconquista. Todos los 28 de marzo los vigueses echan de nuevo a los franceses de la villa.

Reconquista

 

Hoy la fortaleza de O Castro está ajardinada, con sendas y árboles singulares que disfrutamos todos los vigueses. En ella podemos ver ciertas curiosidades como unos cañones rusos que nada tienen que ver con la historia de Vigo pero que alguien colocó en la entrada a la fortaleza. También podemos contemplar unas anclas recuperadas en el estrecho de Rande, un cruceiro y varias esculturas, además de numerosas especies exóticas de plantas y árboles.

 

Y no podemos dejar de mencionar las impresionantes vistas de la ría de Vigo que podemos contemplar desde sus miradores.

 

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¡O Castro es una fortaleza de la que disfrutamos mucho los vigueses y los foráneos que nos visitan!

 

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