El camino de Santiago, esa senda que ha servido y sirve de vía de comunicación entre pueblos y culturas desde el medievo, ha dado lugar a varias leyendas. Una de esas leyendas la encontramos atravesando la península desde Roncesvalles, en el pirineo navarro, hasta Santiago y la volvemos a encontrar de nuevo en el Camino Portugués Central, que parte de Lisboa recorriendo el país luso de sur a norte.

En el camino portugués, en la parte norte del país, hay una pequeña localidad, Barcelos, que cuenta con la leyenda del gallo. Curiosamente en el camino francés, cuando estamos en la comunidad de La Rioja, existe otra localidad, Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada. Entre ambas localidades hay una distancia que supera ampliamente los seiscientos kilómetros, pero su leyenda las une.

Las dos leyendas nos hablan de un supuesto robo. Una muchacha que trabaja en una posada se enamora de un joven peregrino que no le corresponde, por lo que la mujer despechada acusa al joven de robar una pieza de plata y de esconderla en el zurrón. Al día siguiente, se celebra un juicio sumarísimo en el cual el joven peregrino es declarado culpable y condenado a la horca, pena capital habitual en la Edad Media. El muchacho es ahorcado pero no muere.

En ambas leyendas el joven se salva de la horca ante la incredulidad del regidor local y la prueba de que vive es el canto de una gallina ya asada que estaba en la mesa del corregidor.

Desde entonces este ave identifica a ambos pueblos.

 

La leyenda del gallo de Barcelos se plasma en manteles, imanes, figuras de cerámica… La localidad pertenece al distrito de Braga, en el norte de Portugal, pero no hace falta ir hasta allí para comprar algún recuerdo con el gallo que se ha convertido en símbolo de identidad de país.

Barcelos te recibe con los brazos abiertos, como el resto de Portugal, con una buena gastronomía y con un casco histórico fácil de pasear y disfrutar. Llama la atención el puente medieval, de estilo gótico, que une Barcelos con Barcelinhos, permitiendo superar el río Cávado. El sólido puente de piedra se sitúa frente a la Catedral, la Picota, y el Palacio de los Condes de Barcelos. En este conjunto histórico hay un cruceiro que representa la leyenda: el gallo, el inocente en la horca y al apóstol  Santiago evitando que se ahogue.

 

La ciudad está llena de vistosos y coloristas gallos.

En la otra punta de la península, nos encontramos con el pueblo riojano de Santo Domingo de la Calzada, cuyo casco histórico ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico.

El religioso Domingo García impulsó la construcción del puente sobre el río Oja, la catedral, el hospital y el albergue de peregrinos. El camino de Santiago y Santo Domingo de la Calzada están tan vinculados que aún hoy se respira ese ambiente.

Pasear por su casco histórico es una delicia, nos acompañan sus intrincadas calles, sus casas señoriales y sus precisos rincones.

 

En su catedral hay un gallinero con un gallo y una gallina vivos justo enfrente del altar mayor. Este gallinero que sorprende a todos los visitantes, es una obra de estilo gótico del siglo XV, que recuerda a los peregrinos la leyenda del gallo. Existe constancia documental de que esta tradición se mantiene desde el siglo XIV. Lógicamente en la Catedral de se han ido sucedieron los gallos y gallinas, que han hecho las deliciosas de propios y visitantes.

 

El gallo y la gallina que viven en el gallinero gótico, como manda la tradición desde hace siglos, son de calor blanco.

 

 

 

 

 

 

La localidad, que se encuentra en un cruce de caminos, recibe a los peregrinos con los brazos abiertos, dispone del Albergue de Peregrinos Casa de la Cofradía del Santo,  que hoy tiene nuevas y modernas instalaciones.

Su  catedral que ahora es Concatedral como la de Logroño, cuenta con un campanario que al igual que los campaniles italianos está construido separado de la nave catedralicia. Es uno de los pocos ejemplos de campanario exento que podemos contemplar en nuestro país.

 

La torre al parecer se construyó separada buscando un terreno sólido que aguantase la pesada estructura, ya que tiene 70 metros de altura, es la torre más alta de La Rioja.

Santo Domingo y Barcelos dos pueblos unidos por un gallo…

 

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

 

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