Fecha última actualización 17/07/2024 por El Viajero Accidental
Al fondo de la ría de Vigo nos encontramos con un archipiélago con mucha historia: el archipiélago de San Simón. Pero no solo las islas tienen mucho que contarnos, sino que también la ensenada donde se ubica tiene su lugar en la historia. En esta preciosa ensenada tuvo lugar la famosa batalla de Rande.
Empecemos por la orografía del lugar, la ría de Vigo nos recibe por mar protegida por las islas Cíes. Una vez dentro, la bahía dispone de gran calado para acoger a todo tipo de embarcaciones. Se da la circunstancia de que en un determinado punto, Rande, la ría se estrecha de tal forma que entre un lado y otro apenas hay 600 m. de ancho. Pasado el estrecho la ría se vuelve a ensanchar, formando así la ensenada de San Simón.
La ría tiene mucho que contar a lo largo de los siglos. Hoy nos vamos a ubicar en el siglo XVIII, el rey Carlos II El Hechizado muere sin descendencia, por lo que se desencadena la guerra de Sucesión, Inglaterra y España entran en guerra.
El problema estribaba en que si la Corona pasaba a manos de Felipe V de Borbón, nieto del rey francés, las dos potencias Francia y España se unirían y eso no interesaba a los ingleses y holandeses, por ello se declara la guerra.
En ese contexto histórico sale de La Habana rumbo a Cádiz “La flota de la Plata”, compuesta por galeones españoles y buques franceses que servían de protección naval. Durante la navegación por el Atlántico los españoles logran esquivar el asedio de la flota anglo-holandesa y ya cerca de las costas españolas se enteran de que Cádiz está siendo asediada, por ello deciden poner rumbo a Vigo y fondear al fondo, en la ensenada de San Simón.
Los galeones españoles venían cargados de un tesoro inmenso, sobre todo de plata. Al estar fondeados en la ensenada parte del cargamento es descargado y trasladado por tierra desde Redondela a Segovia, otra parte queda en las bodegas esperando órdenes.
Los navíos españoles estuvieron allí fondeados durante un mes, llegaron en el mes de septiembre de 1702. En el mes de octubre, una flota anglo-holandesa navegaba de regreso sin haber logrado conquistar Cádiz. Al enterarse de la situación de la flota de la plata, entra en la enseñada y la mala estrategia naval de españoles y franceses propicia una gran derrota. Los galeones españoles son quemados y hundidos.
Los ingleses necesitaban una gran batalla que contar, en el asedio de Cádiz habían fracasado estrepitosamente, por ello magnificaron el tesoro de Rande. Cierto es que consiguieron un buen botín, más de plata que de oro, pero su cuantía fue exagerada hasta tal punto que su fama ha llegado a nuestros días.
Para difundir la noticia de su gran hazaña bélica, los ingleses acuñaron monedas conmemorativas de plata y en menor medida de oro. La fabricación se realizó bajo la dirección de Isaac Newton, nada más ni nada menos. Este personaje al que todos imaginamos con una manzana, pensando en la ley de la gravedad, cuando se produce la batalla de Rande apenas se dedica a la ciencia. En ese momento Newton es parlamentario y director de la Casa de la Moneda, debe inventariar el tesoro y acuñar monedas con la palabra Vigo porque es deseo expreso de la reina Ana de Inglaterra. Si la plata apresada no llega, el tesoro real pondrá lo necesario.
Tras el empeño inglés, que incluso puso el nombre de Vigo a una calle londinense, el tesoro de Rande se vuelve legendario. La fama de los tesoros hundidos en el estrecho de Rande genera múltiples búsquedas y numerosos cazatesoros han organizado incursiones.
Se calcula que en el fondo del mar están los restos de como mínimo veinte galeones españoles y navíos de guerra franceses. Muchos se quemaron, otros están en el fondo de la ría y uno fue atrapado por la flota inglesa, el “Santo Cristo de Maracaibo”, que estaba en condiciones de navegar y se llenó con carga apresada en la batalla. Al no conocer la zona, la nave se hundió en un punto indeterminado. Muchos investigadores creen que puede estar entre Cíes y Baiona. Pero esta es otra historia.
En el estrecho de Rande, donde se libró la batalla, enseguida comienzan las búsquedas de los cazatesoros.
Lo intentan españoles, ingleses, franceses, norteamericanos, italianos, suecos…
La más célebre de las expediciones se la debemos a Julio Verne.
En la obra Veinte mil leguas de viaje submarino, el Nautilus se sumerge en la ría de Vigo buscando el tesoro de Rande, el 18 de febrero de 1868.
Julio Verne no había estado aún en Vigo cuando escribe la novela pero era un lector empedernido, gustándole mucho documentarse a través de la prensa y de las revistas científicas, además había acudido a la Exposición Universal de París dónde se podía ver una nueva escafandra con regulador de aire.
El submarino ya estaba inventado cuando Verne escribe su novela Veinte mil leguas de viaje submarino. Un compatriota había diseñado un submarino llamado también Nautilus pero sin lograr solucionar el reciclaje del aire, incluso mucho antes en el S. XVII Cornelius Drebbel ya había inventado un artilugio sumergible que se movía con remos.
Verne dedica un capitulo a la bahía de Vigo. En él, el capitán Nemo explica a su prisionero Pierre Aronnax la batalla de Rande y la existencia de galeones que imagina repletos de tesoros: “Pues bien, Aronnax, estamos en la bahía de Vigo y solo de usted depende que pueda conocer sus secretos”. Con esta frase el capitán invita al biólogo a la búsqueda del tesoro. La expedición tiene éxito porque los buzos lo consiguen y cargados con el tesoro parten hacia las Islas Cíes y después a la Atlántida.
Como os decía Julio Verne no conocía Vigo al escribir la novela pero años más tarde sí visita la cuidad en dos ocasiones. La primera vez fue para refugiarse de una tormenta y la segunda porque el barco donde viajaba, el Saint Michel III, se averió.
Una vez en Vigo, Verne participó activamente en la vida social de la ciudad, donde fue recibido con los brazos abiertos. La ciudad ha querido conmemorar la relación de Verne y Vigo dedicándole una escultura de bronce del artista vigués José Morales.
En 2018 se cumplieron 150 años de la llegada literaria del Nautilus a Vigo y 140 años de la visita de Julio Verne a la ciudad. Con este motivo el MARCO organizó la exposición “Julio Verne. Los límites de la imaginación”, una exposición de la Fundación Telefónica que llegó a Vigo para nuestro disfrute.
Antes y después de Julio Verne han sido muchas las expediciones que han querido conseguir el tesoro, más de setenta. Algunas en sus ansias realizaron trabajos que destrozaron los pecios al arrastrarlos.
Este es el caso de la expedición del italiano Guiseppe Pino que, a finales del S. XIX y principios del S. XX, destrozó varios navíos para obtener algunos cañones, vajillas y poco más.
Hay una búsqueda digna de ser mencionada, se lleva a cabo en la mitad del siglo XX, el joven John Potter se propone recuperar el tesoro, cuenta con la moderna escafandra desarrollada por Cousteau y Gagnan para conseguirlo. Esta escafandra revoluciona la inmersión, antes sólo se podía estar 30 minutos sumergido y a no más de 10 metros de profundidad.
La expedición no logró resultados importantes pero ha pasado a la historia por las técnicas utilizadas y porque uno de los integrantes de esa expedición, Owen Lee realizó un documental de los trabajos digno de ser visto.
A día de hoy contamos con un museo de interpretación de la batalla de Rande: el Museo Meirande. Está en Redondela en las instalaciones de la antigua fabrica del alemán .
Resulta muy recomendable, está preparado para visitas con niños. Dispone de maquetas de galeones y buques en línea (así llamados por disponer los cañones uno al lado del otro). Además recrea la bodega del galeón y la sala del capitán, dispone de mapa, compases y otros elementos de ayuda a la navegación. Y además en ocasiones realizan visitas teatralizadas.
Y si queréis conocer más lugares interesantes en Redondela os recomendamos las visitas guiadas que nos proponen desde Troulanda. Recuerda siempre que reserves con ellos teclear el código elviajero2024 en cualquier reserva para obtener un 5% de descuento:
¡Bienvenidos a Vigo y a sus alrededores y a Verne!
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