En mi viaje a Noruega quedé impresionada por la belleza de los fiordos, así que cuando se me acabaron las vacaciones y comencé a trabajar me faltó el tiempo para contar la belleza de los fiordos. Y allí estuve narrando mi viaje hasta que me encontré con un comentario que me dejó estupefacta: una compañera me preguntó de la forma más natural si me habían impresionado más que la Ribeira del Sil.

Sinceramente, me quedé sin saber qué contestar.

Existe una zona ubicada al norte de la provincia de Ourense y al sur de la provincia de Lugo que abarca las riberas del río Sil y Miño, conocida como la “Ribeira Sacra”, donde nos vamos a encontrar con un paisaje singular y bellísimo, montañas de paredes casi verticales entre los que discurre los ríos mencionados.

En contra de lo que pudiera pensarse no han sido los ríos los que han trazado un paisaje singular. El origen del cañón del Sil no es fluvial sino tectónico, en algún momento la corteza terrestre se fracturó en los grandes bloques graníticos entre los cuales discurre el río.

Al igual que los glaciares formaron los fiordos, que son golfos estrechos y profundos entre elevadas montañas, en Galicia el cañón del río Sil se formó con la fracturación de la corteza terrestre. Los geólogos nos dicen que ambas formaciones datan del periodo cuaternario.

 

El río Sil sirve de frontera natural entre las provincias de Lugo y Ourense, uniéndose el Miño en Los Peares, en la Ribeira Sacra. Esta zona mágica de paredes casi verticales, está llena de bosques autóctonos y monasterios medievales.

El Sil tiene menos longitud que el río Miño y es menos famoso, pero es mucho más caudaloso, de hecho en él se han construido las centrales hidroeléctricas. La primera de ellas, la de San Estevo en Ourense, fue construida a mediados del S.XX utilizando a muchos presos franquistas como mano de obra. Posteriormente la obra hidrográfica fue complementada con otra presa construida unos ocho kilómetros más arriba: la presa de San Pedro. Estas obras convierten en navegable al Sil.

 

A principios de este siglo se volvieron a hacer obras para obtener mayor rentabilidad eléctrica a las centrales, construyéndose San Estevo II y San Pedro II.

Para realizar estas obras fue necesario vaciar varias zonas del embalse. Yo tuve la feliz idea de realizar una marcha, hace algunos años, con un club de montañismo de mi ciudad, que comenzó en lo alto de la montaña y llegó hasta el fondo del embalse.

 

No me da pudor decir que cuando llegó la hora de la subida no lloré porque no creí que eso sirviese para convencer a mis compañeros de que llamasen al helicóptero de salvamento. La dificultad del sendero de subida se las trae, las paredes son casi verticales, solo me animó a continuar ascendiendo la certeza de que no quedaba mucho tiempo para que comenzase a anochecer. Ahora lo recuerdo con una sonrisa.

 

No es necesario realizar esos esfuerzos para visitar la Ribeira Sacra, se puede conocer navegando o recorriendo sus bellos rincones con nuestro vehículo. Si optáis por navegar, se organizan viajes en catamarán con diversos recorridos y distintos embarcaderos. Para recorrer el  Cañon  del río Miño, debemos embarcarnos en la provincia de Lugo, en el embarcadero de Belesar. La gestión de billetes la realiza la diputación de Lugo (reservas.rutasembalses.es). Para recorrer el Cañon del Sil  podemos embarcar tanto en la provincia  de Lugo, embarcadero de Doade, gestionado por la Diputación Lugo, como en la provincia de Ourense, embarcadero de San Estevo (Nogueira de Ramuín) y embarcadero de  Abeleda -A Teixeira- (www.catamaranesribeirasacra.com)

 

Si en este momento no podéis desplazaros personalmente , os recomiendo leer la última novela de Dolores Redondo, “Todo esto te daré”, – ganadora de la 65 ° edición del Planeta-, que  está ambientada en este lugar. Numerosos son los párrafos en los cuales la autora narra la belleza de recorrer el río en una pequeña embarcación, los paseos entre viñedos, la dureza de la vendimia en estas tierras y la idiosincrasia del rural gallego.

 

La denominación Ribeira Sacra comprende 25 ayuntamientos, a ambos lados de los ríos Cabe, Sil y Miño.

No se sabe a ciencia cierta de dónde proviene el topónimo de Ribeira Sacra pero las últimas investigaciones orientan hacia una traducción equivocada, al parecer la denominación no hace referencia a la ribera sino al roble, árbol sagrado de los celtas. Sea como fuere la Ribeira Sacra está plagada de monasterios, entre los que cabe destacar el de San Estevo de Ribas de Sil (convertido en Parador), Santa Cristina de Ribas de Sil, Montederramo, Ferreira de Pantón, San Pedro de Rocas y otros muchos monasterios del medievo, tantos que sería tedioso enumerarlos.

 

El monasterio de San Estevo se muestra majestuoso en medio de un bosque autóctono de castaños centenarios, es maravilloso. Todos son dignos de ver pero si no disponéis de mucho tiempo en vuestra visita y solo podéis visitar uno, yo lo tengo clarísimo, debéis visitar el Monasterio San Pedro de Rocas. Su nombre es clarificador, está excavado en la roca literalmente, hay indicios de sus primeros moradores en el Siglo VI. Tras diversos avatares, llega a nuestros días con un campanario singular, añadido siglos más tarde (S XV), construido encima de una roca de unos 14 metros y al que se puede subir por una escalera exterior.

 

 

Las laderas de la Ribeira Sacra orientadas al sur están repletas de cepas de uva distribuidas en “socalcos” (terrazas) en las que se cultivan diversas variedades de uva. Desde el año 1997 existe la D. O. Ribeira Sacra, con variedades blancas como el godello (uno de mis vinos gallegos preferidos, que compite en mi paladar con el albariño) y variedades tintas como el mencía, aunque existen otras muchas variedades de uva en esta zona. Creo que a nadie se le escapa la dificultad de realización de las tareas propias del cultivo de la vid en un terreno tan escarpado, en el cual, además de vendimiar de una manera heroica, se realiza escalada.

 

Si lo que queremos es disfrutar de unas vistas panorámicas debemos dirigirnos al mirador de Torgás (municipio de Paradas de Sil, Ourense), también llamado “Los balcones de Madrid” porque desde allí se despedían de su familia y “tierriña” los que emigraban a la meseta, generalmente a Madrid. Hoy unas barandillas de madera nos permiten contemplar la verticalidad de las paredes del cañón. En un día claro podremos ver las viñas del lado lucense, el Santuario de Cadeiras construido a 500 metros sobre el río Sil y las tierras de Monforte de Lemos.

La altura de los cañones es considerable, no tenemos más que pensar en los 500 metros sobre el Sil del Santuario de Cadeiras y ahora pensar en el “Preikestolen” (el púlpito) que es el mirador más conocido de los fiordos noruegos, una piedra vertical ubicada 600 metros sobre el fiordo Lysefjorden.

 

En un viaje conocí a Mª Antonia y Andrés, unos amigos mallorquines, que unos cinco años más tarde de coincidir en nuestro recorrido por la cordillera del Atlas vinieron a Galicia solo para visitar los cañones del Sil. Me dejaron muy sorprendida, no solo porque tuvieron la amabilidad de venir a verme a las Rías Báixas sino también porque venían impresionados por la belleza de la Ribeira Sacra. Sentí un orgullo tremendo por “a miña terra”, ya que estos amigos me contaron en Marruecos sus innumerables viajes por todos los continentes y a estos viajeros tan experimentados, les encantó la Ribeira Sacra.

Venid a visitarnos, contratad el viaje en catamarán, recorred los viñedos y la ruta de monasterios medievales, no os arrepentiréis, al contrario entenderéis lo que os digo, visionareis el escenario descrito por la escritora Dolores Redondo en su última novela y reservareis unos días de vacaciones para volver una y otra vez a la Ribeira Sacra, a esta zona en la que nos encontramos con la mayor concentración de monasterios del medievo de toda Europa, ahí es nada.

Una zona tan espectacular, que ha atesorado su propia cultura agrícola y vitivinícola, que muestra de manera única como el hombre se adapta e interactúa con la naturaleza es digna de ser preservada para las generaciones venideras. Eso han debido de pensar diversos agentes sociales que están trabajado con ahínco para que la Ribeira Sacra tenga el reconocimiento de Patrimonio Mundial de la UNESCO. La Ribeira Sacra ya ha sido declarada Bien de Interés Cultural por la Xunta de Galicia y el Consejo de Patrimonio Histórico ya ha aprobado su candidatura a Patrimonio Mundial de la UNESCO.

¡El Viajero Accidental tiene muy claro que lo va a lograr porque lo merece!

Si te han impresionado los fiordos gallegos es probable que te guste también la actividad cascada Ezaro kayak.

 

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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