Fecha última actualización 23/05/2025 por El Viajero Accidental

Esta villa ourensana es muy conocida por el gran trabajo de protección, conservación y rehabilitación que se realiza sobre su casco histórico y que comenzó a finales del siglo XX. Pasado y presente se conjugan armoniosamente.

La villa crece y gana habitantes sin que los comercios, bares, farmacias y demás negocios del casco histórico se rotulen perdiendo sabor e identidad. Al contrario, se integran perfectamente en la estética de un conjunto monumental.

Caminar por sus calles empedradas, contemplar restos de la muralla que le sirvió de protección y admirar su arquitectura civil y religiosa es algo que merece la pena.

 

En la rúa Entreascercas, próxima a la plaza do Eiró, nos encontramos el conjunto escultórico que homenajea a la fiesta más importante de la villa. Hace referencia a un suceso acaecido el día de Corpus Christi allá por el siglo XIV. Un hidalgo cruzó las calles del pueblo montado en un buey. Hay quien dice que los judíos de la localidad no eran muy respetuosos con la procesión del Corpus por lo que Xan de Arzúa, nuestro protagonista, montó a lomos de un buey increpando a los judíos. Otros sitúan el origen de esta fiesta, prohibida por el franquismo y recuperada durante la transición, en la prohibición a los forasteros de recorrer la villa a caballo. Por este motivo Xan de Arzúa optó por recorrerla sobre un buey. Sea como fuera «a festa do boi» arraigó y hoy en día es muy popular.

Escultura A festa do boi en Allariz

 

 

Escultura de O boi en Allariz

 

En esa misma calle Entreascercas es visible un tramo de la muralla que no solo protegía a los habitantes sino que ademas permitía un control del comercio y la gente que entraba en la villa.

 

Otros tramos de la muralla se conservan en la Ronda Socastelo, en la plaza de Os Blancos y junto al río Arnoia.

Cuando estamos en la Ronda Socastelo podemos además admirar la iglesia de Santo Estevo. Es románica de mediados del siglo XII. Sufrió muchas reformas en el siglo XVI, se hicieron cambios por ejemplo en el claustro y en la fachada principal. Es en esa época cundo se le añade la torre que hoy la identifica.

Vista de la Iglesia de Santo Estevo en Allariz

 

 

Después de contemplar esta iglesia podemos caminar por la calle Castelo hacia la atalaya donde estaba ubicado el castillo de Allariz. Antes, en la propia rúa Castelo, dejaremos en la acera de la derecha la antigua cárcel de Allariz. Cuando fue comprada por la Xunta en 1989 era un caserón viejo de planta baja y un piso, después de su rehabilitación se convirtió en la Casa da Cultura.

 

Casa da Cultura de Allariz

 

El castillo se construyó en el siglo XI y fue uno de los pocos en Galicia que resistió el asedio de la revuelta Irmandiña. Sirvió para proteger al Reino contra los portugueses pero por diversos avatares acabó en ruinas. A mediados del siglo XIX los restos del castillo se subastaron, siendo comprados por el ayuntamiento que los empleó en el empedrado de la villa ¡Que pena que en aquellos tiempos no existiese conciencia de la necesidad de conservar el legado histórico! Primaba más la necesidad…

Esta pequeña localidad cuenta con numerosos monumentos entre los que destaca el convento de Santa Clara y varias iglesias de estilo románico gallego. Ya hemos visto alguna y veremos más en nuestro paseo.

El conjunto monumental del Real Monasterio de Santa Clara está formado por el monasterio, donde se encuentra el convento, y sus dependencias adyacentes. Está ubicado en las inmediaciones de Campo de A Barreira, donde se celebra la feria todos los sábados. El terreno de A Barreira pertenecía al convento pero se cedió al municipio por el marqués de Viana y señor de Allariz.

Campo da Barreira en Allariz

 

El convento de monjas de clausura se funda en el siglo XIII por deseo de la esposa de Alfonso X el Sabio, Doña Violante. Pasó por diversos avatares y acontecimientos históricos que lo llevaron a un estado ruinoso. Pero a mediados del siglo pasado un grupo de monjas clarisas provenientes de Salamanca se instalaron y han mantenido las instalaciones.

Convento de Santa Clara

 

 

Ocupando tres pequeñas dependencias barrocas de este convento se encuentra el Museo de Arte Sacro de Santa Clara. Alberga dos joyas del siglo XIII que destacan sobre el resto: la Virgen Abrideira y la Cruz de Cristal. Se cree que ambas piezas fueron donadas por doña Violante, la esposa del rey Alfonso X el Sabio, que como hemos dicho fue quien fundó el convento.

La Virgen Abrideira está construida en marfil, ébano y madera. Según nos contó nuestra guía sólo hay tres vírgenes de este tipo en toda la Península Ibérica. Las otras dos están una en la Catedral de Salamanca y la otra en Portugal, concretamente en el Convento de Nuestra Señora del Paraíso de Évora. Dicen que de las tres la de Allariz es la de mayor calidad y la mejor conservada.

La Cruz de Cristal de roca combina diferentes materiales como esmaltes y cristal por ejemplo. Se trata de una creación minuciosa que también impresiona.

 

En el Campo da Barreira se encuentra también la Iglesia de San Benito. Esta imponente iglesia barroca dedicada a San Bieito, patrón de la villa desde 1900, se empezó a construir en 1770 y no se finalizó hasta bien entrado el siglo XIX.

Se trata de una iglesia de cruz latina en la que llama la atención su campanario de 3 cuerpos y la gran linterna que corona el cimborrio del crucero. La figura de San Benito la podemos contemplar en la fachada principal dentro de una hornacina.

 

Allariz, como dijimos cuenta con varias iglesias románicas. Y ahora hablaremos de algunas de ellas.

La Iglesia de Santiago data de finales del siglo XII. Esta ubicada en el cogollo de la villa, en la plaza Mayor. Llama la atención su ábside semicircular que invita a rodearla.

 

La Iglesia de San Pedro es otra de las iglesias románicas del casco histórico de Allariz y también data del siglo XII pero el edificio original fue muy modificado a lo largo del tiempo. En el siglo XVIII amenazaba ruina por lo que el obispo de entonces ordenó hacerla de nuevo, por ello su fachada occidental es barroca.

Destaca la altura de su torre campanario, que debe ofrecer una vistas impresionantes del casco histórico. En uno de sus laterales a principios del siglo XIX se adosó el pórtico de la ermita de San Salvador de Piñeiro, que fue desmontada porque dentro de ella cayó un rayo matando a más de veinte personas e hirió de gravedad a muchas más durante la celebración de un funeral. Como consecuencia de la catástrofe el templo fue rechazado por los vecinos y se desmontó. Este pórtico es de estilo románico tardío, ya de transición al gótico.

 

Dónde comer en Allariz

Diversos locales de restauración conservan la estética de tasca de toda la vida, es el caso de O Pepiño de Allariz.

Podemos decir que se trata de un local de película porque se utilizó de escenario en el rodaje de la película «La lengua de las mariposas», dirigida por José Luis Cuerda.

Se trata de un local en un enclave estupendo en plena Plaza Mayor, al comienzo de la calle Cruz. Cocinan comida tradicional y con productos de kilómetro 0 proporcionados por proveedores locales que aportan productos de su propia cosecha. Toda la carta está de chuparse los dedos pero os dejamos por aquí algunos ejemplos de lo que probamos y nos gustó: chorizo y salchichón de jabalí de sus montes, croquetas cremosas, empanada, tortilla de huevos de Allariz con boletus y jamón de buey, bacalao en la teja al estilo Pepiño, croca de vaca madura al plato caliente…

 

En O Pepiño de Allariz

 

 

Lo mismo ocurre con Casa Pepiña ubicada en el edificio en que antaño estuvo el mítico restaurante Casa Fandiño, también en la Plaza Mayor.

Una casa de comida tradicional en un local entrañable y todo con mucho sabor. Guardamos un especial recuerdo del caldo gallego que nos metimos para el cuerpo después de haber pillado una tremenda caladura en la visita guiada a Santa Mariña de Augas Santas y la Cibdá de Armea, de la que os hablamos en otro de nuestros artículos. Pero como podéis contemplar en estas fotografías hubo mucho más y todo estaba de toma pan y moja…

 

 

También merece mención la tapería Fío de Liño, ubicada al lado del Museo de la Moda.

Recrea uno de los 50 talleres de sastrería que había en la villa hacia el año 1900 cuando Allariz vivía momentos de gran prosperidad. Llegó a tener una población de 10.000 habitantes (actualmente ronda los 6.500) cuya principal ocupación era el lino.

Encontramos platos muy originales como la hamburguesa de pulpo…

 

Otros establecimientos optan por la innovación pero manteniendo siempre la estética de la fachada exterior, cosa que se agradece cuando paseas por sus calles.

Y no podemos abandonar Allariz sin mencionar la existencia del puente románico de Vilanova. Este puente medieval supera el río Arnoia gracias a sus dos grandes arcos de medio punto.

Pasear al lado del río es otra de las cosas que no os podéis perder. Desde la ventana del hotel Oca Vila de Allariz, en el que nos alojamos, las vistas del puente parecen una postal.

 

En nuestro caso paseamos por Allariz en una visita guiada contratada a través de Troulanda de la mano de la guía oficial Noemi Álvarez Doallo de Xeitura y resultó ser una experiencia altamente recomendable… ¡Tomad nota!

¡Seguimos recorriendo Galicia de cabo a rabo!

 

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