Fecha última actualización 15/02/2023 por El Viajero Accidental
Esta pequeña localidad riojana está ubicada en la sierra, concretamente en la Sierra de Cameros en la zona denominada Cameros Viejo.
Esta sierra que limita con la provincia de Soria es de gran belleza paisajística, con ríos y bosques frondosos que están llenos de rincones para disfrutar.
El Camero Nuevo es quizás más conocido por pueblos como Torrecilla, Villoslada, Ortigosa, el Rasillo… que se llenan de veraneantes deseosos de disfrutar de la naturaleza. Pero el Camero Viejo ha experimentado una gran transformación en los últimos años y muchos pueblos antaño semiabandonados hoy están totalmente rehabilitados.
Este es el caso de San Román de Cameros, un pueblo donde todas las casas están rehabilitadas manteniendo el estilo arquitectónico tradicional de esta sierra. Este estilo utiliza piedra, madera y teja en la construcción. El pavimento de sus calles es de canto rodado, como eran antes en las calles cameranas, habiéndose eliminado el cemento y el asfalto.
Al recorrer sus calles te llama la atención no sólo la restauración del pavimento original sino también distintas figuras geométricas que están representadas en las entradas de las casas. Es como si cada una de ellas tuviese su propio felpudo de piedra.
En nuestra visita recorrimos sus calles y plazas sorprendiéndonos con sus empedrados. Llegamos a la plaza de la fuente y allí un cartel explicativo nos informó sobre qué representaban las formas geométricas dibujadas por las piedras. Quedamos sorprendidos por la belleza de las casas, alguna de ellas blasonadas, y casi todas adornadas con macetas.
Fuimos subiendo por sus calles empinadas y llegamos a la Iglesia de la Asunción. Por su ubicación en lo más alto destaca en la silueta del pueblo. La construcción actual es del siglo XVI pero la portada de entrada es la del anterior templo del siglo XIII.
Al llegar al atrio tuvimos la suerte de que una vecina nos mostrase el interior del templo porque contaba con las llaves para ello. Se ofreció a abrirla para que pudiésemos entrar, ya que está cerrada cuando no se celebra el culto.
La señora nos mostró el antiguo yugo de la campana, que hoy descansa en la entrada de la iglesia parroquial, el retablo de tres calles de madera cromada y subió con nosotras hasta el coro que nos sorprendió gratamente. Cuenta con una sillería de 15 piezas realizada en madera de nogal que fue elaborada a finales del siglo XVIII.
La sillería cuenta en los respaldos con relieves dedicados a la Virgen María, a través de diversos símbolos marianos: el sol, la luna, las estrellas, la palmera, la torre… distribuidos a izquierda y derecha del respaldo central donde está representada la Inmaculada.
El coro cuenta con un precioso facistol, que así se llama al gran atril utilizado para poner los libros de cánticos o lecturas religiosas. En este caso el atril cuenta con 4 caras para poder depositar varios libros.
Una curiosidad a destacar en esta localidad de montaña es la existencia de las escuelas publicas más antiguas de toda La Rioja, gracias a la generosidad de unos vecinos (Francisco Martínez de Cabezón, Manuel García Herreros y los hermanos Diego y Simón de Ágreda) que emigraron a Méjico y donaron el dinero suficiente para que el pueblo en 1787 tuviese su propia escuela. Los emigrantes eran muy conscientes de la necesidad de potenciar la alfabetización de la población en la sierra riojana. El buen funcionamiento de la escuela hizo que acudiesen a ella niños de otros localidades cercanas.
En la actualidad continúa funcionando, perteneciendo al Colegio Rural Agrupado Cuatro Villas, con sede en Agoncillo.
San Román de Cameros cuenta también con distintas fuentes. Algunas de ellas son singulares. Hay una ubicada en la plaza del Olmo, llamada así por el árbol que antiguamente la presidía.
Todo está magníficamente conservado y restaurado en San Román de Cameros.
A todo esto hay que sumarle la belleza del valle del río Leza y las numerosas rutas de senderismo que podemos realizar.
¡Seguiremos recorriendo La Rioja y sus pueblos!
Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo. No tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”.
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