Un archipiélago al fondo de la Ría de Vigo cumple su destino, la guerra civil española le depara un lugar en la historia y después llega el olvido.

Lo acaecido durante la guerra civil española en San Simón centra el relato, pero también señala lo que pasó después, los años de posguerra, el olvido de lo sucedido hasta tal punto que permanece desterrado de nuestra memoria colectiva.

Gracias a escritores como Agustín Fernández Paz, la memoria se ha conservado.

 

En la novela Sara, una joven adolescente de dieciséis años, encuentra en sus vacaciones de verano unas cartas, unas fotos y un diario de un tío abuelo suyo, el tío Moncho, a quien no llegó a conocer porque murió antes de su nacimiento.

El tío Moncho fue un maestro republicano represaliado durante la guerra del 1936. Lo sacaron de noche del piso donde se escondía para meterlo en la cárcel llamada “El frontón”, en Vigo, y de ahí al campo de concentración ubicado en la isla de San Simón, en la ensenada del mismo nombre, situada en el fondo de la Ría de Vigo.

El pequeño archipiélago de San Simón llama la atención por la belleza de su enclave, cuando vas por la autopista o en el tren resulta difícil imaginar que el régimen franquista lo escogiese para ser “una colonia penitenciaria”.

Leer el diario de Moncho resulta sobrecogedor, el autor nos introduce en la vida truncada de un hombre lleno de ilusiones, con un amor correspondido y una profesión que le apasiona, la docencia.

La novela está narrada con un lenguaje asequible, contiene ritmo, resulta muy amena y de fácil lectura. Al mismo tiempo nos introduce en un gran número de escritores, creando en el lector ganas de leerlos. Lectura muy recomendable para jóvenes, se divertirán y aprenderán nuestra historia .

Para mí fue una necesidad leer el libro, tras una visita guiada a San Simón, me lo compré. En la visita nos enteramos de que el tío abuelo de Sara escondió su mayor tesoro en una piedra del cementerio y claro, me entró curiosidad (la foto de portada corresponde a dicho cementerio y a dicho rincón).

Estas notas del diario encontrado os ayudarán a entenderlo :“En la isla hay un cementerio, un espacio mínimo, rectangular, todo amurallado… escribo en el cementerio pequeño. Aquí me siento otro, no sé qué tiene este lugar… Hoy pude volver al cementerio del lazareto… y por fin hice lo que llevaba planeando desde hacía días. Si me matan, que quede allí para siempre, antes que lo aproveche mi verdugo. Y si sobrevivo, volveré a buscarlo…”.

Espero que vosotros también tengáis curiosidad y queráis conocer, como me sucedió a mi, qué escondía Moncho en la Isla de San Simón.

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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