Este artículo forma parte del viaje que contamos en nuestro Podcast, “El norte de Italia” que puedes escuchar en ivoox. ¡¡Incluye entrevistas, reseñas de libros y mucho más!! 

Empezamos en elviajeroaccidental un recorrido por las carreteras de La Toscana en Italia, dos artículos en los que hablamos de torres, pueblos en lo alto de montes y arte. 


Qué mejor manera que conocer La Toscana que coger nuestro Atlante Stradale y echarnos a la carretera.

Nuestra primera etapa comienza en San Gimignano, pueblo medieval que impresiona por sus características torres. Construido en lo alto de un monte que domina los valles circundantes, San Gimignano ha tenido la suerte de conservar sus torres (la Manhattan de La Toscana) que junto con las plazas e iglesias le han valido ser nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

 

En San Gimignano tuvimos la suerte de poder quedarnos en una casa muy cerca de la Porta di San Matteo. Muy agradable, algo ruidosa por la noche, pero de amplios salones y techos altos:

San Gimignano es un centro turístico de primer orden en La Toscana. Visitarlo en coche exige aparcar en los parkings fuera de las murallas, a ser posible cuanto más lejos, mejor. Luego la caminata para acceder normalmente por la Porta di San Giovanni. La villa se puede recorrer transversalmente por la Via San Giovanni y la Via San Matteo que confluyen en las plazas: Piazza delle Cisterne, Piazza Duomo, Piazza Pecori y Piazza delle Erbe.

Las dos vías principales bullen con restaurantes, tiendas de souvenirs y algunas tiendas gourmet muy interesantes.

San Gimignano a pesar de no ser muy grande tiene algunas joyas. Su colegiata, anterior catedral, es digna de una visita detallada, con frescos realmente bellos.

Por su tamaño, la belleza de sus calles y edificios de piedra, San Gimignano es ideal para una visita de medio día. Para pasear por sus calles en cuesta.

Nosotros probamos la cocina local en Ristorante Perucà y nos gustó mucho. En especial su Risotto Perucà.

 

Y desde San Gimignano nos movemos ahora hacia Arezzo.

El recorrido en coche no va más allá de los 100 km, pero los límites de velocidad más las onduladas carreteras toscanas nos harán tardar al menos una hora y media.

Piazza Grande Arezzo

 

 

 

En Arezzo es posible presenciar la Giostra del Saracino, una representación histórica de una justa medieval que se celebra el penúltimo sábado de junio y el primer domingo de septiembre. Cunado estuvimos allí estaban preparando la Piazza Grande para el espectáculo.

En Arezzo lo atractivo es subir por Corsa Italia para llegar al Duomo. Por el camino hasta llegar a la catedral se puede admirar Santa Maria della Pieve.

 

Corso Italia Arezzo

Y en la Basílica de San Francisco se pueden admirar los frescos de la Leyenda de la Vera Cruz, de Piero della Francesca.

En el Duomo nos gustó especialmente su altar. Allí se encuentra también la Madalena de Piero della Francesca.

 

Arezzo es famosa por ser cuna de numerosos escritores y artistas. Allí nació Petrarca y también Piero della Francesca. Y mucho más recientemente, allí se rodó “La vida es bella” de Roberto Benigni, algo que se puede advertir por los numerosos puntos informativos que recuerdan escenas de la película.

A la hora de la comida nosotros paramos en el restaurante La cantina del doc, que fue un gran acierto. Un sitio pequeño, con pasta hecha al momento y deliciosa. No tuvimos más remedio que hacernos una foto con el chef.

Y dejamos Arezzo para partir hacia Cortona.

Los 30 km entre estas dos ciudades de La Toscana son un recorrido muy agradable. Cortona está en lo alto de un monte que domina la llanura, al fondo se divisa el Lago Trasimeno.

Al llegar lo primero que sorprende son las escaleras mecánicas que ayudan a salvar el desnivel para llegar al pueblo.

Cortona es pequeño y coqueto, con su plaza y sus calles estrechas.

Pero esconde un auténtico tesoro: su museo diocesano. Situado frente al Duomo, en un extremo del pueblo, este museo contiene una extraordinaria colección de pintura: obras de Fray Angélico (Anunciación), de la escuela sienesa (Duccio, Pietro Lorenzeti, Sassetta), o del boloñés Crespi (Éxtasis de santa Margarita), también expone un conjunto muy interesante de obras de Luca Signorelli. Todo exquisitamente presentado y explicado.

Cortona nos gustó mucho, un sitio perfecto para terminar nuestro recorrido del día y desde allí volver a nuestra base en San Gimignano.

Nos esperan en nuestro segundo día por las carreteras toscanas vinos y montes: Montepulciano, Pienza y Montalcino.

 

Links en este artículo:

Ristorante Pirucà, San Gimignano

Leyenda de la Vera Cruz, Arezzo

Trattoria La cantina del doc, Arezzo

Museo Diocesano, Cortona

 

Nota del autor: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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