Cuando hablamos de la ciudad-estado de Génova, conviene recordar que la unificación  de Italia es muy reciente, se produce a mediados del siglo XIX. Hasta entonces la península era una amalgama de diversos estados, alguno de ellos bajo el dominio austríaco, pero Italia siempre tuvo conciencia identitaria como país, heredada del imperio romano y de las repúblicas medievales.

En Italia existieron grandes ciudades-estado que entre los siglos XI y XV gozaron de una gran  prosperidad económica. Esas ciudades han llegado a nuestros días mostrándonos un patrimonio inconmensurable.

Hoy vamos a visitar una de ellas la Serenísima República de Génova que  fue un estado independiente, creado a principios del Siglo XI, y que pronto se convirtió en una potencia naval. Es la capital de la región de Liguria.

Esta ciudad brinda al mundo el haber sido la ciudad natal de Cristoforo Colombo (Cristóbal Colon, en español), sin embargo existe controversia sobre el lugar de nacimiento de este gran navegante. La casa  natal que hoy  la ciudad nos  muestra es una reconstrucción de una  que fue destruida por los ejércitos franceses. Se encuentra muy próxima a la Porta Soprana o Porta di Sant’Adrea, una de las puertas de acceso a la ciudad amurallada.

Genovés o no, Cristóbal Colón nos recibe al salir de la estación de ferrocarril “Génova Piazza Príncipe”.

 

Llegar en tren te permite recorrer la  ciudad de forma peatonal y ya después asomarse a su puerto. Conviene saber que Génova tiene dos estaciones de tren, Génova Piazza Príncipe y Génova Brignole, la primera te permite conocer la ciudad de una forma muy interesante por ello optamos por ella. Al llegar, lo primero que hicimos fue adentramos en la Vía Balbi, seguimos por la Vía Cairoli y enseguida llegamos a la Atrada Nuova, hoy llamada Vía Garibaldi.

El trayecto parece un escaparate de palacios – hoy muchos  convertidos en museos-, entre ellos destaca el Palazzo Rosso, el Palazzo Bianco y el Palazzo Tursi. Los palacios genoveses  reciben el nombre de “Rolli”, eran destinados a ser la residencia de gobernantes, príncipes, grandes mercaderes, altos cargos eclesiásticos… Su número supera ampliamente la centena y la UNESCO los ha reconocido como Patrimonio de la Humanidad.

 

La zona histórica está compuesta de estrechas calles y callejuelas, llamadas “caruggi”, que en ocasiones se abren a una plazoleta que ilumina la zona. Las calles se construyeron así por motivos defensivos, al ser tan estrechas era fácil colocar en ellas barricadas contra los invasores, generalmente piratas, y poder disparar desde las propias casas.

Lo más curioso de ver son los altos edificios, generalmente de seis pisos, construidos en calles cuyas anchura en muchas ocasiones se aproxima a los dos metros, ¡Increíble! Entre los edificios ropa colgada, en los bajos tiendas de las de toda la vida, entre los vecinos saludos… Esta parte de la ciudad me resultó muy bonita pero está muy degradada, necesita una importante intervención económico-social.

 

Las caruggi  estan próximas a la zona monumental, a las grandes avenidas y a tres plazas que son imprescindibles conocer: piazza Ferrari, piazza de Gioccomo  Matteoti  y la piazza de la catedral di San Lorenzo. Las tres plazas cuentan con la ventaja de poder ser vistas una a continuación de la otra, porque son colindantes.

La primera que sale a tu encuentro es la piazza Ferrari, la plaza principal de Génova, en ella nos reciben majestuosos edificios como el de la Bolsa (Borsa, en italiano) ubicados alrededor de una fuente monumental, como también el teatro Carlo Felice o una de las fachadas del Palazzo Ducale. Este palacio era la residencia de los dux de Génova (gobernantes de la república genovesa), pero, atención,  la fachada principal del Palazzo Ducale se abre hacia otra plaza.

 

Tras disfrutar de esta plaza nos encaminamos a conocer la Puerta Soprana, una de las puertas de acceso a la ciudad cuando estaba amurallada. Próxima a ella, los genoveses ubican la casa de Cristóbal  Colón.

 

Con los deberes hechos, nos dedicamos a callejear, encaminándonos a la zona de las tres plazas. Ahora disfrutamos de la piazza Matteoti, el centro neurálgico de la ciudad, allí se encuentra la fachada principal de Palace Ducale que cuenta con una estructura medieval y una torre, la Grimaldina, que puede visitarse. En esta plaza también podemos ver ex el palacio  arzobispal.

 

Y ya detrás, de esta plaza nos encontramos con  la Piazza de la Catedral de San Lorenzo, que me sorprendió porque nos recibe con dos leones.

 

Cómo anécdota decir que la catedral se salvó de un bombardeo en la segunda guerra mundial. En mi planificación del viaje le conté a mi acompañante tantas cosas de la catedral (sus fachadas laterales son de estilo románico, su fachada principal es gótica, los mármoles utilizados van alternando los colores…) que poco a poco noté que su atención no estaba en nuestra conversación, por eso decidí gastarle una broma, le dije que durante la segunda guerra mundial habían protegido a un cerdo en el interior del templo. Al ver que mi comentario pasaba sin pena ni gloria, comprobé que efectivamente no me estaba prestando ninguna atención, por eso sonriendo le comenté mi broma y nos reímos mucho. Si os apetece ver la bomba que cayó y no explotó, al fondo de la nave, a la derecha, se conserva.

En esta zona genovesa existen numerosos locales donde comer pizzas, focaccias, piadinas… Yo comí en uno de ellos y enfrente había un panadero obrador que durante el tiempo que estuve observándolo tuve la impresión de que en aquel obrador se cocinaba toda la pasta de Italia.

Poco a poco llegamos  al puerto, que tiene unas proporciones realmente impresionantes, no en vano es el puerto más importante de Italia. Para valorar esas dimensiones lo mejor es coger un ascensor panorámico ubicado próximo a las galerías Garibaldi, otra posibilidad es utilizar el funicular para poder ascender hasta lo alto de la colina “Righi” .

Este funicular es usado por muchos genoveses para llegar a sus casas ubicadas en barrios altos, es un medio de transporte barato y te permiten transportar bicicletas en él. Al llegar, subes a una terraza donde contemplas la ciudad a tu pies. Los funiculares y trenes de cremallera son utilizados por los genoveses como el metro en otras ciudades.

Existe la posibilidad de coger un barco que en algo más de una hora recorre desde el puerto antiguo hasta “Pegli”, el barrio residencial. Desde el mar contemplas edificaciones, iglesias, fortificaciones..  y hasta su faro emblemático “La lanterna”.

El puerto Antico cuenta además con el mayor  acuario de Europa, con más de 70 piscinas, que sirven de hogar a numerosas especies marinas.

Visitad la dársena portuaria, en ella se aprecia la importancia marítima de esta ciudad, mezcla de tradición y  modernidad.

 

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Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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