Hoy Marta y su familia nos llevan a Los Dolomitas, una etapa de excepcional belleza en estas montañas del norte de Italia. Una etapa para los amantes de la montaña y de la fotografía. Un paso más en este gran viaje que tenemos la suerte de compartir con Marta. ¡¡Vamos allá!!

Dolomitas, roca y cielo
Le montagne più belle del mondo

“Crecí en las Dolomitas…Después de más de mil rutas y escaladas en mi territorio, escalé en otras miles de montañas alrededor del mundo. Mi conclusión: ninguna otra montaña puede competir con la belleza de Dolomitas”. Éstas fueron palabras pronunciadas por el famosísimo alpinista austriaco Reinhold Messner en 2007, en apoyo de la nominación de estas montañas como Patrimonio de la Humanidad.

En mi opinión, la belleza, de las montañas y de cualquier otra cosa, tiene un poco de objetivo, y también bastante de subjetivo. Personalmente, las montañas en general me gustan más que otros lugares.

Pero hay tantos factores que pueden influir en la consideración de la belleza de unas u otras montañas. Las montañas en sí están acompañadas de sus gentes, sus costumbres, lo que cuesta llegar a ellas, o lo que significa para uno llegar a ellas…
Las caras de la gente de la montaña, las casas de la gente de la montaña, sus flores, sus olores, son también la montaña.

 

Lago di Carezza

 

También, el tiempo que uno pasa en unas montañas puede influir poderosamente en la consideración de su belleza..A veces, cuando visitamos unas montañas con poco tiempo o tendemos a ir a los lugares “conocidos o famosos”, no conocemos tanto sus recovecos, sus ángulos, sus valles, sus cumbres menos renombradas, sus aldeas. Y no tenemos la oportunidad de verlas bajo distintas luces, en las distintas estaciones, entre nubes y lluvia o arco iris, con el sol del amanecer.
Por esto, yo creo que hay tantas y tantas “montañas más bonitas del mundo”. Las de al lado de mi casa tienen momentos que son las montañas más bonitas del mundo. Y las de no tan al lado pero que he podido estar más veces. Y en las que pude estar una vez, y me impresionaron especialmente.

 

 

Y las Dolomitas…sí, estas montañas sin duda impresionan, con sus murallas de roca, sus desniveles que caen a pico al valle, sus figuras que parecen fantasías de cuadro. Son moles pétreas magníficas, espectaculares, mágicas. Son únicas en muchos sentidos, empezando por la naturaleza singular de su formación: su roca, la dolomía, el sello que dio nombre a sus montañas. Los profundos valles repletos de bosques estàn siempre coronados por moles, agujas y torres casi surrealistas.
Por si tanta belleza fuera aún poca, a veces estas montañas se engalanan aún más, con el fenómeno conocido como “enrosadira”, un fulgor rosado producido en muchas de las paredes rocosas al alba y al atardecer, motivado, al parecer, por el elevado contenido de magnesio de su caliza.

Nosotros empezamos nuestro periplo por este territorio en el lago di Carezza, un lago verdiazul que refleja las agujas del grupo Latemar. ¡Un lugar mágico!

Y directamente nos fuimos a dormir a cotas altas, a casi 1700 donde al día siguiente cogimos una seggiovia y de ahí empezamos ruta.
Para muchas de las rutas de verano, la gente usa remontes mecánicos, que te acercan a rutas a pie de altura, refugios y ferratas. Nosotros usamos sólo uno, en parte porque preferimos no andar gastando dinero en esto, ¡aquí si te descuidas pagas por todo! Las áreas y campings tampoco son nada baratos.

 

 

Por ello, combinamos con pernoctas “alternativas” y salió bien la cosa. En muchos sitios estas montañas están llenas de remontes, aunque no es el concepto de “estación de esquí” de España, creo yo. Aquí son dominios esquiables muy grandes, y en un sitio ves un remonte o dos, pero no más, y es que te está conectando con el valle de atrás y con el otro…pero salen de los propios pueblos muchas veces; otras de los puertos, aquí llamados “passo”. Durmiendo en estos “passos”, o en lugares discretos cerca del punto de partida de los remontes mecánicos, no tuvimos problemas para pernoctar libremente en nuestra casita con ruedas. ¡Abrigados, eso sí! El tiempo no estaba del todo estable, aunque tampoco hizo muy malo. Suele amanecer despejado, pero en algún momento del día llueve. Pero todos los días pudimos disfrutar de alguna excursión, a refugios como el de Roda di Vael en el grupo del Catinaccio, o del Viel del Pan a verle la cara ( y el glaciar) a la maravillosa Marmolada. Y deleitarnos al despertar en el Passo delle Tre Croci a la sombra del monte Cristallo…
O subiendo puertos míticos como el Passo di Pordoi o el de Fedaia…

Y aquí seguimos, encantados, en las que para nosotros son las montañas más bellas…¡del momento!

 

 

Otro poco Dolomitas y Tarvisio, tierras fronterizas

Septiembre seguía, y nosotros con él….Y las montañas de los Dolomitas siguen impresionando desde los distintos ángulos, con distintas luces, bajo todos los cielos…Cruzamos valles y descubriendo lugares, pasamos de largo la afamada y muy turística Cortina d’Ampezzo buscando rincones más tranquilos; nos gustó Misurina y su lago, donde hay un área autocaravanera de altura, a nada menos que 1800m…que parece estar en un paisaje digno de las Rocosas canadienses, con las moles pétreas dolomíticas y unas extensas praderas con caballos pastando a sus pies. Para nosotros…¡un paraíso! Pedaleamos al col di Varda, donde también llega una telesilla, pero qué tendrá lo del esfuerzo, que luego las vistas gustan más…o será que nosotros somos un poco masocas, jajaja.

 

Subiendo al Col de Varda

 

Lago Misurina

 

Dejando poco a poco esta fabulosa zona de montaña, que daría para toda una vida de maravillarte, recalando aún en otro lindo rincón, Auronzo, con valle ciclable, casas coquetas, y lago con vistas a Le Tre Cime di Lavaredo, que ya dejamos atrás.

 

Auronzo y su lago

 

 

Desde aquí, cruzando aún por terreno de Dolomitas pero ya en otra región, Friuli Venezia Giulia, aprovechamos una super-siesta de nuestra criatura y nos plantamos en pleno territorio fronterizo Italia-Austria-Eslovenia, en un pueblo llamado Tarvisio.

Y poquísimo antes de llegar…¡¡zas!! ¡Primer contratiempo automovilístico del viaje, en forma de RUEDA PINCHADA! Es todo tan rápido que no nos dio tiempo ni a asustarnos, y con la gran suerte de que nos pudimos echar a un lado sin más contratiempos, para nosotros ni causarlos a nadie. ¡Uff, menos mal! “Apañao” que es el mozu, en un periquete cambió la rueda y llegamos por fin a Tarvisio. Y al día siguiente cuando fuimos a preguntar para comprar una nueva rueda, pues la otra quedó inutilizable (aargg, un pequeño contratiempo para nuestro capítulo de “gastos”), y nos dicen que no llegará hasta el dia siguiente.

Como se suele decir, “no hay mal que por bien no venga” y nos dedicamos un par de días a explorar un poco esta zona, il Tarvisiano, que nos encantó. El propio Travisio es un pueblo-estación de esquí, pero se nos hace mucho más tranquilo y como con menos “artificio”que otros lugares así. Seguramente porque hay cerca otros sitios más grandes, famosos,…y para nuestro gusto éste tiene mucho encanto.

 

 

Pernoctamos gratis en el mismo parking de donde salen las telesillas, que está caminando a dos minutos del pueblo. O sea, que si eres panadero o ferretero, o profe,o lo que sea, en Tarvisio, puedes salir del curro a mediodía y sin coger coche ni nada, te cambias de botas y te vas a hacer unas bajaditas…¡qué sueerte!

En la oficina de turismo unas chicas super simpáticas nos dieron un montón de información sobre la zona. ¡Vaya sitio interesante! Tarvisio está a unos 10km de Eslovenia y a unos 7 de Austria…hay muchísimas posibilidades para esquí, fondo, travesía, valles para caminar, bici…y un carril bici que une un montón de estas zonas chulas, el “Alpe Adria trail”. Para empezar, esta misma tarde podemos elegir si ir pedaleando a Eslovenia o a Austria…como motorizados vamos a ir a Eslovenia, nos hace gracia lo de cambiar a otro país pedaleando…

El recorrido es precioso y casi sin enterarnos ya estamos Austria. Me quedo pensando cuánto más sencillo sería el mundo si todas las fronteras fueran así de fáciles…Estamos en Austria poco tiempo esta vez, sólo una media hora más o menos, jajaja, y desde Arnoldstein vuelta, con grandes vistas del magnífico macizo del Triglav esloveno, que ya está ahí mismo.

 

 

Las mozas de la ofi de turismo nos comentaron que en esta zona hay libertad de pernocta con la autocaravana, ¡qué diferencia de unas zonas a otras del mismo país!, así da gusto…siempre y cuando se respeten los lugares, por supuesto. Nos sugirieron un par de sitios para pasar otra noche por la zona, y elegimos el lago di Fusine, un sitio encantador, alpino y bucólico a más no poder, donde estuvimos genial con tres o cuatro autocaravanas más, y ya de mañana dimos la vuelta al lago con el majestuoso monte Mangart de fondo.

Y, con muy buenas sensaciones antes de cambiar de país, pasamos por Tarvisio a por nuestra rueda, subimos un pequeño puertito y..”¡Ziviyo, Eslovenia!”; Hola, nuevo país….

 

Lago Fusine con el Mangart entre neblinas. ¡A un paso de Eslovenia!

 

 

Links en este artículo:

Reinhold Messner

lago di Carezza

Passo delle Tre Croci

Misurina y su lago

Le Tre Cime di Lavaredo

Tarvisio

 

Más Cambolitas en El Viajero Accidental

 

 

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

 

Loading

Print Friendly, PDF & Email