Mucha gente visita la Rioja, esta singular tierra conocida por su vino, por sus monasterios e incluso por las huellas de dinosaurios que se pueden observar en Enciso, sin embargo La Rioja es una comunidad llena de tesoros poco conocidos, como es el caso de la Sierra de Cameros.

Los Cameros son dos, el Nuevo y el Viejo. El Camero Nuevo se encuentra en el Parque Natural de la Sierra de Cebollera con impresionantes bosques de hayedos, mientras que en el Camero Viejo nos vamos a encontrar montes más pelados.

Hoy os voy a hablar de uno de los pueblos de Camero Nuevo, ya que tengo la suerte de conocerlo mucho, porque una buena amiga, antes de irse a vivir a Las Merindades (Burgos), vivió varios años en Ortigosa de Cameros.

Conduciendo desde Logroño, por la carretera de Soria, hacia Ortigosa de Cameros yo esperaba encontrarme con una pequeña aldea de montaña, sin embargo al llegar el pueblo me sorprendió gratamente. Ortigosa de Cameros es un pueblo de alta montaña, con calles empedradas que intentan evitar en lo posible los resbalones por el hielo o por la nieve, aunque en algunas zonas el empedrado original no se ha conservado. Sus casas son construcciones recias, sólidas y amplias.

 

La primera vez que veraneé en la sierra riojana me enamoré del lugar y por ello durante varios años fui a pasar unos días de vacaciones a este precioso pueblo de montaña ¡Estando allí, a mi me encantaba aparcar el coche en el tejado! La casa, que estaba ubicada en una de sus características calles empinadas, daba a dos calles y por una de ellas entrábamos con el Renualt4 -el Cuatrolatas- directamente al altillo de la vivienda, de manera que el coche dormía encima de nosotras.

 

Con la llegada del buen tiempo la vivienda de mi amiga se llenaba de todos los de la cuadrilla que íbamos a visitarla, invadiendo a tropel la casa y el pueblo. Una vez allí, casi todas las tardes solíamos bajar al fondo del pueblo, a la plaza de El Casino, lugar de reunión de lugareños y de visitantes. Conviene decir que una vez que llegas al pueblo bajar es fácil pero al subir te aconsejo que vayas fijándote en las casas para entretenerte, se hará más llevadero…

 

Dando un paseo enseguida te das cuenta de la abundancia de casas solariegas con fachadas blasonadas, que no pueden ocultar que esta región fue próspera, muy próspera, debido fundamentalmente a la Mesta. Hablar de Cameros es hablar de trashumancia, de aquellos pastores que con su ganado, fundamentalmente compuesto de oveja merina, se desplazaban por la Península buscando pastos. En primavera y verano estos pastores vivían en esta zona de montaña y al llegar el frío marchaban hacia Extremadura.

 

La Mesta enriqueció a las gentes de la Sierra de Cameros, llenó su cancionero popular con composiciones que hacían referencia a la marcha de los pastores de la sierra y a la tristeza que dejaba esta circunstancia en las mozas del pueblo. Y además permitió el nacimiento de una industria textil -hoy desaparecida- dedicada principalmente a las mantas, derivada de la lana de miles de ovejas merinas que pastaban en sus prados.

 

Desde el primer momento me llamó la atención la distribución de las viviendas en las dos laderas de la profunda hoz del río Albercos, Ortigosa de Cameros esta encajonada en el barranco del río. Esta localidad serrana cuenta con dos barrios, San Martín y San Miguel, cada uno de ellos asentado en uno de los lados del barranco, cada uno con su propia iglesia y cada uno lleno de singulares rincones, al adaptarse la construcción de las casas al lugar  montañoso en el que se asientan.

 

Los dos  barrios se encuentran unidos por dos puentes. Un puente de hormigón construido en los años veinte del siglo pasado, que mide 90 metros y que te impresiona ya que supera los 54 metros de altura que tiene el cañón natural, pero además Ortigosa cuenta con otro puente, el de hierro, que fue construido antes que el anterior (1910), financiándose las obras con aportaciones particulares. Llama la atención que una población tan pequeña disponga de infraestructuras tan notables.

 

El puente de hierro, además de unir los dos barrios del pueblo, une el parque de Santa Lucía con las únicas cuevas visitables de La Rioja. Estas cuevas fueron exploradas por primera vez por un francés que nos dejó hecho el trabajo. Para llegar a ellas podemos cruzar andando el puente de hierro o si estamos en la plaza del pueblo utilizar el sendero de los escalerones. La gruta de La Paz tiene un recorrido de algo más de doscientos metros, cuenta con estalactitas, estalagmitas y otras formaciones rocosas. La gruta de La Viña es más pequeña, unos cien metros. Para visitarlas debemos podernos en contacto con la oficina de turismo.

 

Cerca de Ortigosa, apenas a 5 km, se encuentra el embalse González Lacasa, más conocido como el pantano de El Rasillo. Es un gozada acudir al Club Náutico, allí podemos bañarnos y además realizar distintas actividades náuticas como piragüismo, windsurf, vela… también dispone de mucho espacio para poder disfrutar de un picnic.

 

Ortigosa cuenta con muchos atractivos para pasar en ella unos días de vacaciones, como ya lo hacen numerosas familias que son asiduas. Durante el verano los bosques y senderos de la Sierra de Cameros resultan muy  agradables y en invierno visitar el lugar también es una buena opción, eso sí recordad que es posible que nos encontremos con nieve.

¡La Sierra de Cameros, mucho por descubrir!

 

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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