Hoy debuta en elviajeroaccidental Amparo Tamayo Lázaro ¿y quien es? Se presenta ella misma: 

Soy una persona con muchas inquietudes, aparte de mi trabajo habitual que me ocupa muchas horas, siempre saco tiempo para hacer cosas que me gustan, como leer, hacer un poco de deporte , estar con mis amigos, pasear… pero lo que más me gusta de esta vida es poder viajar, es mi pasión. Me da igual un fin de semana rural, que una escapada de un fin de semana a cualquier pueblo o ciudad de España, que una escapada a Europa, o (cuando se puede) realizar un gran viaje. Ése que todos alguna vez hemos soñado…  Yo he tenido la gran suerte de haber viajado mucho, me siento muy afortunada y quería empezar esta aventura que me propuso Luz Picos, editora y co-fundadora de elviajeroaccidental, con uno de mis mejores viajes… hay muchos más, poco a poco los iréis conociendo…. ¡Y ahora empezamos!

¿Por qué digo que Islandia es un país de dualidades extremas?

Es la tierra del hielo y fuego, donde volcanes y glaciares se miran desafiantes.

La tierra más joven y más vieja, el último rincón del planeta en formarse y el primero en tener un parlamento.

Es la tierra donde poder observar como dos continentes se desafían, América y Europa.

Es sin duda un lugar donde ir a embaucarse de historias y leyendas. De sueños de noches que nunca llegan en verano o luces del norte en el invierno.

ISLANDIA 2014

Nos decidimos a esta aventura sin saber muy bien donde nos metíamos, pero nos fuimos a Islandia dos parejas y cogimos una caravana. Puedo decir sin lugar a duda que ha sido uno de los viajes que nunca se me borrarán de mi memoria.

La naturaleza tan inusual que hay en Islandia, sus paisajes únicos en el mundo que te dejan con la boca abierta, despertar en medio de la nada, rodeada de paisajes espectaculares…

Yo solita planifiqué el viaje que debía durar 10 días para recorrer todo el país. Hay una única carretera que da la vuelta a todo el país, habíamos decidido empezarlo de derecha a izquierda y cuando llegamos allí nos dijeron que mejor al revés, ya que por la izquierda llegaríamos antes al norte y las condiciones climatológicas iban a ser más favorables, ya que se preveía buen tiempo los 4 días siguientes a nuestra llegada.

La carretera circular número 1 es asfaltada en su mayor parte, salvo en unos pequeños tramos pequeños situados en los fiordos orientales, en ningún modo complicados. Es mayoritariamente de dos carriles bien diferenciados, uno por cada sentido. Lo que viene siendo una carretera secundaria en cualquier país. Por el momento no existen las autopistas ni autovías en Islandia. Está bien mantenida, sin apenas baches o badenes molestos.

El ir en caravana fue una buena elección ya que está super preparado el país, los campings… ¡qué campings! No te querías ir… bien preparados, limpios, pequeñitos y muchos de ellos gratis. La isla tiene acampada libre, con lo que puedes parar cuando quieres y dónde quieres.

Hemos aparcado y pasado la noche siempre donde hemos querido, hasta pudimos aparcar en el centro de Reykjavik y comer dentro de la autocaravana.

Hay supermercados cada dos por tres, los precios similares y cada dos días llenábamos la nevera. Nos llevamos de España sobres de sopa preparada (que bien caía…)  y algo de embutido al vacío. El resto lo íbamos comprando por el camino.
Existe la opción de traer la comida de casa (los sobres de pasta con salsa deshidratada vienen muy bien), o acudir en Islandia a los supermercados Bonus, son fáciles de reconocer porque su logo es un cerdito con cara de estar colocado. Ahí los precios son similares a España. En el aeropuerto conviene cambiar algo de dinero (una pequeña cantidad, es muy habitual pagar con tarjeta) y alcohol: hay mucha diferencia entre los precios de la zona sin impuestos del aeropuerto y los de las tiendas autorizadas para la venta de bebidas.

En cuanto a pernoctar, los campings son muy buenos: además de situarse en parajes preciosos, disponen de comodidades como cocina, wifi, duchas… A menudo no hay nadie para cobrarte. En su lugar hay una caja para dejar el importe de la noche de camping, así de leales son los islandeses. En el caso de que sí esté presente el dueño, tan sólo te pedirán lo equivalente 1100 ISK, unos 6,8€. El cálculo mental de divisas es sencillo para los españoles. Como 1€ equivale a unos 161 ISK, podemos simplemente “pensar en pesetas”.

El norte es mucho más frio y más inhóspito que el sur. El sur es más turístico y tiene mejor clima, a nosotros particularmente nos gustó más el noreste.

Si nunca has considerado viajar a Islandia, párate a pensarlo: Islandia es realmente un paraíso natural mágico. . El turismo en Islandia crece cada año y en 2017 ya han llegado más de 2.000.000 visitantes. Islandia no solo ofrece un paisaje imposible de ver en cualquier otro lugar del planeta sino que, además, presenta innumerables actividades para disfrutar de tu viaje. Esta isla situada en el extremo de Europa, con 338.500 habitantes en 103.000km2, con su bella capital Reykjavík, con sus volcanes (que inspiraron a Julio Verne), sus géiseres, icebergs y fiordos, sus increíbles cascadas y sus caballos en libertad, reúne unos atractivos que no puedes encontrar en otros países: saludables aguas geotermales, volcanes, glaciares y parques naturales.

Puedes hacer trekking, rafting, jugar al golf, observar las ballenas, montar a caballo y sacar las fotos más increíbles.

Reikiavik es preciosa, bien cuidada, con encantadores rincones para tomar algo, poco gente y muy tranquila.

El verano es la mejor opción si quieres ver toda la isla, aunque eso sí, con anorak todo el viaje.

El Oeste: infinita diversidad

En el Oeste y los Fiordos del Oeste se palpa la historia geológica de Islandia, desde su creación, hace 15–16 millones de años, hasta la colonización en el s. IX, cuando la actividad volcánica cesó en la zona. Las rocas más antiguas están en Kögur y las más jóvenes al fondo de Borgarfjörður. Esta historia se refleja en la diversidad paisajística, con toda clase de volcanes y geotermia, desde fuentes de agua mineral hasta el géiser más caudaloso de Europa, el Deildartunguhver. Uno de los lugares que mejor evidencian el vulcanismo es Snæfellsnes, con su mítico Snæfells-jökull y su parque nacional, enmarcado en un municipio de Turismo Sostenible, certificado por el Green Globe 21.Las fuerzas que van demoliendo la tierra, los ríos y los glaciares, también han dejado sus huellas en el paisaje, como en Breiðafjörður, con sus incontables islas, o en los Fiordos del Oeste, al principio una elevada meseta y hoy recortada por fiordos y valles. También atrae la ecología, sobre todo la gran variedad de aves. Breiðafjörður es el paraíso de los ornitólogos, y en los Fiordos hay los tres mayores acantilados de aves de Europa: el mayor es Látrabjarg, la última atalaya hacia el oeste.

El Oeste y Breiðafjörður, bastante poblados desde la colonización, son el marco de muchas de las sagas que extienden su acción hasta los Fiordos; hechos recordados en Reykholt, la granja de Snorri Stuluson; en el pueblo de Borgarnes, con su Centro de la Colonización, donde los visitantes pueden ver dos exposiciones con audioguía: una sobre la colonización de Islandia y la otra sobre Egill Skallagrímsson, uno de los personajes más interesantes de la época de la colonización. Otro lugar que merece una visita es Eiríksstaðir, el hogar de Eric el Rojo donde supuestamente nació su hijo, Leif el Afortunado, quien descubrió América en el año mil, 500 años antes que Colón.

Últimamente han surgido nuevos núcleos de población en Borgarfjörður, p. ej. alrededor de dos universidades: la de Ciencias Empresariales de Bifröst y la de Ciencias Agropecuarias de Hvanneyri.

El Norte: bajo el sol de medianoche

Acogedoras comarcas, montañas espectaculares, islas frente a las costas y una tierra viva hacen del Norte de Islandia un mundo único. Al oeste los volcanes hace tiempo terminaron su cometido y desde la desaparición de los glaciares las corrientes fluviales han moldeado un paisaje de contornos suaves, atravesado por ríos salmoneros.

A ambos lados del fiordo de Eyjafjörður se elevan antiguas cadenas montañosas con valles arropados por formaciones más jóvenes, salvo al norte, donde las olas han formado vertiginosos acantilados. Ésta es la tierra soñada de los senderistas, donde el ocaso, en época de solsticio de verano, no tiene parangón, cuando el sol apenas besa el mar antes de elevarse de nuevo.

Más al este otras fuerzas intervienen: lavas recientes y fallas evidencian una tierra en creación; sólo han pasado dos décadas desde la última erupción en la zona de Krafla. Del choque de las fuerzas de la naturaleza también son testigos el paraje de Ásbyrgi y el impresionante cañón de Jökulsá á Fjöllum, donde un cataclismo de gigantescas riadas ha seccionado la tierra dejando a la vista lo más profundo del subsuelo. A poca distancia, otra perla natural: la comarca del lago Mývatn, famosa por su fauna aviar y belleza paisajística.

Durante siglos el hombre habitó las zonas bajas, viviendo de los frutos de la tierra y del mar. En los últimos tiempos las comarcas más dependientes de la pesca han sucumbido a las exigencias modernas de mayores comodidades, dándose un creciente despoblamiento. Éste es el caso de la costa este de Eyjafjörður, así como de grandes zonas de Melrakkaslétta y Langanes. Cada vez más, los turistas buscan la paz y tranquilidad de estos lugares, además de su peculiar naturaleza.

El Norte une la literatura medieval, la historia y la naturaleza. Húnavatnssýslur y Skagafjörður son el escenario de conocidas sagas islandesas. En las costas son fáciles de avistar las focas y el Selasetur, un museo sobre la foca, en Hvammstangi, es un lugar excelente para aprender más acerca de estos animales. Delante de la bocana de Eyjafjörður y por el golfo de Skjálfandi, se pueden observar manadas de ballenas. En Húsavík hay un museo dedicado a los cetáceos.

El este: asombrosos contrastes

En el Este de Islandia, el visitante se sorprenderá por la variedad y los contrastes del paisaje. Aquí encontrará desde impresionantes fiordos hasta simpáticos y tranquilos pueblos pesqueros, desde fértiles y boscosos valles hasta fenómenos geológicos únicos. Y como telón de fondo, impresionantes montañas y – más allá – el glaciar Vatnajökull.

Para el turista activo hay espléndidas rutas de senderismo a través de verdes valles y a lo largo de altas sierras, tanto para los que optan por excursiones cortas como para los senderistas apasionados que prefieren seguir durante días e incluso semanas. Los Fiordos del Este constituyen un magnífico paisaje de fiordos largos y estrechos, montañas escarpadas y picos recortados. Ésta es, geológicamente, una de las zonas más antiguas del país, esculpida por los glaciares de la edad de hielo. La acción glacial dejó a la vista las bolsas de magma que se encontraban a 3 km de profundidad donde se habían formado vacuolas rellenas de zeolitas. Estas hermosas rocas se pueden apreciar a lo largo del litoral, por ejemplo en Teigarhorn. A poca distancia de la costa hay islas que se pueden visitar en barco.

Para la gente que se interese por la cultura y la diversión, una visita al Este de Islandia será muy gratificante. En verano, se celebra como mínimo un acontecimiento festivo por semana, del más variado temario: historia, música, golf, arte, senderismo, arte para y por los jóvenes, amor, pesca – ¡cualquier cosa!

En los Fiordos del Este hay numerosos puertos naturales, que dieron lugar, a finales del s. XIX, al nacimiento de varios núcleos de población; la mayoría persiste todavía. Estos municipios tienen un encanto especial, subrayado por festejos anuales. Varios museos de los Fiordos testimonian diferentes aspectos de la historia local: la II Guerra Mundial, la época de los pescadores franceses en aguas islandesas hace un siglo, u obras de arte y útiles tecnológicos. Otras exposiciones ponen el acento en la naturaleza, los bellos minerales de la región y los renos que deambulan por las tierras altas del Este.

En pocas partes de Islandia, el hombre percibe tan nítidamente su pequeñez como en las proximidades de Vatnajökull, el mayor glaciar de Europa. Aquí todo es a lo grande: los grandes casquetes glaciales recortados contra el cielo, las ciclópeas montañas y las huellas de las fuerzas telúricas debajo.

Pero no es sólo esta belleza titánica y escarpada lo que fascina. En sitios como Lónsöræfi, Borgarfjörður eystri, etc. el paisaje despliega una paleta extraordinaria de colores. En el reino de Vatnajökull, la tierra es más verde, el glaciar más blanco, las arenas volcánicas más negras que en ningún otro lugar. Este entorno de otros mundos se ha convertido en escenario popular para las productoras de cine y publicidad internacionales.

La fauna aviar del Suroeste es muy rica. Es aquí donde la mayoría de las aves migratorias llegan, además de numerosas especies erráticas desviadas desde la Europa continental.

El Sur: aquí todo es distinto

En ninguna parte como en Reykjanes y Þingvellir queda tan patente cómo las placas continentales de Eurasia y América se alejan la una de la otra, unos 2 cm. al año.
Þingvellir es el lugar histórico más famoso del país. Aquí los islandeses fundaron su parlamento en el año 930 y celebraron sus asambleas anuales hasta 1798. También fue el escenario de varias sagas. Fue convertido en parque nacional en la primera mitad del s. XX y declarado Patrimonio de la Humanidad en 2004. Otro lugar histórico de la zona es Skálholt, sede episcopal y centro eclesiástico desde el s. XI hasta finales del XVIII.

Más al este se encuentra la Llanura del Sur, más fértil, con la historia y la literatura resonando a cada paso. Aquí está el escenario de la Saga de Nial, una de las más conocidas. Para zambullirse en ella visite el Sögusetur –Centro de las Sagas– en Hvolfsvöllur. Otros museos como el de Skógar, en Eyjafjöll, y excursiones organizadas sirven para recordar la historia. Y el Draugasetrið, el Centro de los Fantasmas, en Stokkseyri, es un museo único, dedicado a los fantasmas islandeses.

Pero también seducen las numerosas perlas naturales de estas comarcas. En varios sitios hay impresionantes cascadas, de las que Gullfoss –La Cascada Dorada– es la reina indiscutible.

En muchas partes se evidencia la geotermia del subsuelo y cerca de las principales zonas de géiseres han nacido pueblos, dedicados al cultivo en invernaderos. La zona más famosa es la de Geysir, de cuyo nombre deriva la palabra «géiser». Poco más al este se encuentran dos de los volcanes, vecinos a zonas habitadas, más activos.

El Hekla, el más famoso, ha entrado en erupción unas 20 veces desde que Islandia se colonizó. Y hacia el este, bajo el glaciar de Mýrdalsjökull, se esconde el Katla que lleva dormido un tiempo inusualmente largo.

Pues se acabó el viaje, en la capital Reikiavik que tal como os comentaba antes nos encantó.

Es genial pasear por sus tranquilas calles, con sus tiendecillas, sus rincones… es como un cuento de hadas. Y para comer: los pescados, el marisco y el cordero son la base de la alimentación islandesa. También el sushi.

Y no se os ocurra abandonar Islandia sin disfrutar del balneario geotermal de Blue Lagoon, situado al suroeste de la isla, no lejos de la capital. Sus aguas vaporosas son parte de una formación de lava.

¡Os recomiendo, con el entusiasmo que me caracteriza, mucho este viaje!

Por todos estos motivos os recomiendo viajar a este fabuloso país, te sorprenderá gratamente, como me lo hizo a mí, por sus contrastes, por su naturaleza, por su  gente, por su paisaje… Me quedó pendiente ver las auroras boreales, pero eso ha de ser en invierno… y no lo descarto. Si coges un vuelo directo con tiempo y algún alojamiento barato puedes estar 3 o 4 días y poder disfrutar de esta maravillosa ciudad y con un poco de suerte contemplarlas.

Espero que os haya gustado todo lo que os he explicado, está redactado un poco deprisa y a ratos, pero lo he hecho con “el corazón”, porque yo soy así y si me comprometo le pongo mucho cariño a todo.

¡Gracias Luz, me parece todo lo que hacéis muy gratificante y ha sido un placer!

 

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”

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