Habiendo vivido más de 20 años en Madrid tuve que venirme a más de 600 km para descubrir un lugar como Alcalá de Henares. Había estado alguna vez en mi infancia visitando a algún pariente lejano. Incluso oía hablar en casa de esta localidad porque mi hermano, cuando éramos adolescentes, iba con la familia Valdajos algún que otro fin de semana. Había hecho una visita guiada con los compañeros de clase cuando cursaba el CAP después de acabar la carrera de Historia. Pero ha sido con ocasión de pasar varias semanas repartidas durante los dos años que duró un máster en su Universidad, cuando he podido vivir y descubrir Alcalá, patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Estamos hablando de una de las principales ciudades de la Comunidad de Madrid, situada en el este de la misma. Tiene una extensión de unos 89 km cuadrados y una población de 200.000 habitantes. Alcalá de Henares es una ciudad con más de 2000 años de historia y un puñado de nombres antes de llegar al actual. Empezando por el mítico nombre de Iplacea, que se le atribuye después de la guerra de Troya, como población celtibérica, al asentarse en esta zona el rey Tehuero y algunos soldados. Pasando por la época romana en la que se bautiza como Complutum, y hasta llegar al actual nombre que deriva del que tenía una fortaleza cercana de época musulmana. La llegada del Islam trajo consigo no sólo el cambio de nombre sino también el de ubicación.

Desde 1118 con la Reconquista se convirtió en residencia habitual de los Arzobispos de Toledo, y será uno de ellos, Cisneros, como veremos luego, quien funda su Universidad.

Maqueta de la ciudad

La historia y la estética de Alcalá de Henares se ha ido forjando con el paso de carpesios, romanos, musulmanes, judíos y cristianos. Resaltando cuando la conoces el magnífico trazado urbano medieval en el que convivieron tres religiones y tres culturas. Este diseño de las calles se puede apreciar perfectamente cuando contemplas la maqueta que existe en la Universidad de Alcalá.

En 1547 nace en Alcalá don Miguel de Cervantes Saavedra, que vivió aquí sus primeros años.

La casa natal de Cervantes es una muestra de vivienda típica castellana del siglo XVI que hoy en día  se puede visitar y disfrutar al haberse convertido en museo. Dispone de una espléndida colección de ediciones cervantinas. Sólo tenemos fotos del exterior porque hicimos caso a la prohibición de hacer fotos en las estancias, a pesar de que hay mucho visitante que hace caso omiso.

El Cardenal Cisneros diseñó “la ciudad del saber y ciudad de Dios” de la que se conservan construcciones magníficas del Renacimiento y del Barroco. Destaca su Universidad, fundada en 1499, que forma parte del conjunto que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Hoy en día el edificio del Colegio Mayor de San Ildefonso es el rectorado de la Universidad de Alcalá que originalmente fue la Universidad Complutense. Merece la pena visitar la página de la Universidad y leer sobre ella:

http://visitasalcala.es/content/10-universidad-cisneriana

Alcalá aparece vinculada siempre de una forma u otra con el siglo de Oro Español, unas veces a través de los profesores de su Universidad y otras por sus propios estudiantes.

No podéis dejar de visitar el Paraninfo de la Universidad, en el que cada año se entregan los Premios Cervantes. Lo he vivido y no puedo transmitiros la emoción y lo que impone recibir un título en ese mismo escenario…

Claustro Universidad de Alcalá

La UNESCO esgrimió 3 criterios en la cumbre de Kioto para que “Universidad y Recinto Histórico de Alcalá de Henares” fueran incluidos en la lista del Patrimonio Mundial:

  1. Es la primera ciudad diseñada y construida especialmente como sede de una universidad que serviría de modelo a otros centros de enseñanza en Europa y América.
  2. El concepto de ciudad ideal, la Ciudad de Dios (Civitas Dei) se materializó por primera vez en Alcalá de Henares, desde donde se irradió al mundo entero.
  3. La contribución al desarrollo intelectual de la humanidad plasmado en la Civitas Dei, en los avances linguísticos que se dieron en esta ciudad en lo relativo a Lengua Española y mediante la obra de Miguel de Cervantes Saavedra y su obra “Don Quijote de la Mancha”.

Es una ciudad en la que apetece pasear y empaparte de su historia, perderte por su casco histórico, descubrir muchos rincones curiosos y vivirla.

 

En mi caso tuvimos hasta la suerte de disfrutarla con una intensa nevada y como podéis ver tiene muchísima belleza también con el manto blanco.

Alcalá de Henares con nieve

En cuanto a visitas culturales no dejéis de visitar el Corral de Comedias. De este lugar no dispongo de fotos propias porque no salieron bien por la falta de luz.

¡También merece una visita el Museo Arqueológico Regional! Aquí tenéis alguna muestra de lo que podéis encontrar.

Y para acabar después de tal recorrido por Alcalá de Henares tenemos la suerte de estar en una localidad en la que los bares tienen la buena costumbre de poner pinchos incluidos en el precio de la consumición sin que supongan un incremento de precio. Hablamos de locales bastante cuidados en muchos casos, con terrazas acogedoras y buenos pinchos, de los que ofrecen variedad. Entre los sitios para tapear de cañas os recomendaría:

En definitiva… que Alcalá de Henares me encantó y ha sido un placer pasar allí algunas temporadas. Una ciudad que tiene al menos dos puntos en común con otra de las ciudades de la que hemos hablado en esta revista: Córdoba. Allí pasó Miguel de Cervantes alguna temporada y también es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

¡En serio, os animo a conocer Alcalá de Henares! ¡Hasta pronto!

 

Nota de la autora: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he
mencionado y mi opinión es independiente”

 

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