Ahora que hay una oleada de novedades alrededor de John le Carré, se publica nuevo libro autobiográfico “The pigeon tunnel” y se ha estrenado la adaptación cinematográfica de “Our kind of traitor”, es momento de recordar unos de sus novelas más famosas: “La Casa Rusia”.

Como es habitual en JLC lo que parece una novela de espías en realidad no lo es. “La Casa Rusia” representa el tránsito del autor británico de la Guerra Fría al mundo actual. Y para hacer ese tránsito le Carré utiliza a un héroe improbable, “Barley” Blair, uno de sus personajes más sorprendentes.

Pongamos antes en perspectiva la historia. La URSS está a punto de desmoronarse y el juego de espías que alimentó tanta literatura en los años setenta y ochenta se muestra cansado. Es por ello que John le Carré concede el papel principal a la personalidad y convicciones del protagonista, Scott Blair, un pequeño editor inglés, borrachín y algo inestable, pionero de los negocios con la Rusia comunista. De por medio un científico ruso que parece querer pasar sus secretos a Occidente utilizando a una bella mujer. Hasta ahí la aventura. El contraste lo ponen los servicios secretos británico y norteamericano, en particular la sección del espionaje británico llamada La Casa Rusia que se ocupa de interrogar a Barley y luego de controlarle para que consiga los ansiados secretos.

Más allá de la acción intrínseca en una novela de este género, lo que resulta apasionante es la descripción que le Carré hace de los personajes. Las personas están por encima de los gobiernos, por encima de la propia acción del libro. El estado de ánimo del narrador, un abogado miembro de La Casa Rusia, dota a la novela de una atmósfera sombría y elegante. Los interrogatorios a los que es sometido Scott Blair son la parte más brillante de la novela, los instrumentos que usa le Carré para desgranar las personalidades de los protagonistas, con dureza e ironía.

En lo que siempre es consistente John le Carré es en hacer de su héroe un ser testarudo, movido por principios más que por intereses y rebelde frente al poder. En “La Casa Rusia” esos principios de sus novelas se cumplen a rajatabla, de hecho abriendo la puerta a sus novelas post Guerra Fría en las que persiste el héroe pero ya contra los más diversos enemigos (mafias, empresas farmacéuticas, etc.).

Un libro que hay que leer.

Y si te apetece pasar unos días en Lisboa como a Scott Blair, lee nuestro artículo:

Nota del autor: “No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo, no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”.

 

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