La salida esta vez es desde Cóbreces, en concreto desde la Posada Alfonso donde nos hospedamos y donde nos trataron muy bien.

Para quien decida quedarse en Cóbreces hay una visita que no hay que perderse. En la vecina Oreña, muy cerca en dirección a Santillana, se puede visitar la iglesia de San Pedro (s.XVI) y en especial dos lugares de gran belleza en los acantilados de esa parte de la costa. Aparcando en el parking que hay en la propia iglesia, tomando al oeste se llega a los propios acantilados de Oreña. Y hacia el este se llega a Puerto Calderón, una ensenada que en su día se usó como puerto libre entre San Vicente de la Barquera y Santander (aquí podéis leer algo sobre su historia). Esto viene a rebatir en parte las tres mentiras de Santillana del Mar: ni es santa, ni llana, ni tiene mar. Recomendación: los accesos a ambos puntos por carretera son estrechos y complicados, mejor acercarse andando.

Bueno, comencemos ya con el recorrido.

Partí de Cóbreces en dirección a Novales, el pueblo de los limoneros. Ya en una de mis rutas anteriores (Mi Felt y yo: de Santillana del Mar a San Vicente de la Barquera) había pasado por este pueblo que por su microclima especial es capaz de producir cítricos.

Desde ahí en dirección a Casar de Periedo hay una subida no muy dura que permite admirar el paisaje y dejar Novales detrás metida en su hondonada. Pasé por Golbardo antes de llegar al río Saja que se cruza poco antes de llegar a Casar de Periedo.

Desde aquí me adentré en Casar donde hay sitios que ver, no el menos importante la iglesia de San Lorenzo (s.XVI):

Y a continuación de Casar se llega a Villanueva de la Peña en donde se encuentra el Santuario de Ntra. Señora de la Peña.

 

Aquí ya llegué a Mazcuerras y sus diferentes barrios (Cos, Ibio, Villanueva de la Peña, etc.).

Mazcuerras tiene, aparte de sus numerosos edificios reseñables, una componente literaria importante. En Mazcuerras nació Concha Espina, novelista de comienzos del s.XX que ambientó aquí una de sus novelas, La Niña de Luzmela. Por eso en su honor el pueblo se llama también Luzmela.

No puede uno parar mucho tiempo para admirar Mazcuerras, aun queda bastante camino.

Así que siguiendo por la CA-180 llego a Ruente. Aquí, antes de adentrarse ya camino de Cabuérniga, se puede admirar el Palacio de Mier y también el nacimiento de la La Fuentona. Este manantial es conocido en toda la región.

Continuando ya en el Valle de Cabuérniga, zona protegida, paso pequeñas poblaciones y al llegar a Valle dejo a la derecha el desvío que por la CA-182 conduce a Carmona y Puentenansa. Esa es una ruta muy interesante que habrá que hacer en breve.

Esta parte del recorrido, ya todo naturaleza hasta Bárcena Mayor, es una suave subida.

 

Y finalmente llegamos a Bárcena Mayor. Es cierto que esta pequeña población montañesa se ha convertido en un atractivo turístico, pero aun así conserva todo su encanto.

Para terminar subimos a Los Tojos para reponernos del exigente esfuerzo. Los Tojos es una pequeñísima población a unos 5km de Bárcena Mayor. Se puede subir en bici y de hecho es un buen remate para hacer hambre. Porque a La Montañesa hay que llegar con hambre. Solo así se le hace justicia a este restaurante de comida local (cocido, alubias con chorizo, chuleta y solomillo de novilla) donde uno encuentra buena comida, amable atención y la posibilidad de comer viendo los valles de alrededor.

Hasta aquí ha llegado esta ruta. Hasta la próxima que por Cantabria quedan muchas por hacer.

 

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